MELANCOLÍA ✔ | TOMIOKA GIYUU

CAPÍTULO 1 | EL DEMINIO DE LA NOCHE

Pasado una larga temporada de tiempo, la joven ____ residió en una montaña cerca de un pequeño pueblo.

Se volvió una cultivadora de manzanas y algunas otras flores.

La vida de la fémina al dejar la sede de cazadores se torno mas complicada, mientras se acostumbraba a su nueva vida y se las ingeniaba para valerse por si misma fue socorrida por varias personas de la aldea a la que llego. Fue bien recibida e incluso quería ser acogida por algunas familias que deseaban ayudarla, pero ella siempre se negaba a esa opción. No quería sentirse una carga para nadie así que fue rotundamente franca con su decisión.

Aun con todas estas decisiones hubo quien permaneció a lado de ella ayudándola y apoyándola en su peores momentos.

Como era costumbre; cada día bajaba a vender su producto. Con su canasta en la espalda, su bastón para no tener percances y mucha determinación bajo a la aldea mostrando una gran sonrisa. Eran días buenos para ella, ya que por lo regular era temporada de vender sus famosas manzanas rojas. Aprender a vivir sin tener la vista no fue lo mas fácil, ya que al principio tuvo que hacer muchas cosas por su propia cuenta, cosa que antes no hacia ya que era ayudada por el personal de la sede. Con el paso del tiempo pudo valerse casi completamente por si misma y eso la ponía feliz. Actualmente el lugar donde vivía era muy tranquilo y no había ningún tipo de problema.

Pero algo la inquietaba — Oí que otras personas desaparecieron—  escucho los murmullos de la gente, las habladurías la agobiaban.

Desde su estancia, nunca había escuchado mencionar algo parecido o similar. Ya se imagina la situación en la que estaban, con la experiencia que tenia y las descripciones que escuchaba podía darse cuenta que si, efectivamente, hablan de un demonio. Pensó que debía matarlo pero no sabia a que se enfrentaba, podía ser una luna, pero lo dudaba ¿Qué haría uno de los guerreros mas fuertes de Muzan en un pueblo olvidado? Si era un demonio normal, podía acabarlo; por el contrario, de ser lo que pensaba, tendría graves problemas. Sus habilidades no eran lo de antes y buscar la ayuda del patrón no era una opción, no luego de lo que hizo. Si es una luna, seguramente el ya debía estar enterando y algún pilar de la corporación debía estar en camino, en ese caso debía irse del lugar.

No quería que nadie de la institución la encontrará.

— Jovencita— la llamo una anciana de abundantes canas — ¿Podrás venderme unas manzanas?— ____ sonrió mientras asintió con la cabeza. Se quito la canasta de la espalda y agarro un saco de tela de una bolsa que llevaba, coloco unos pares de manzanas dentro y extendió el talego.

La mujer tomo la fruta y le pago la cantidad pedida — Gracias hija...— vocifero para después hacer una pausa —Veo que vienes sola ¿La manzanita no esta contigo hoy?

—No, no estas, tuvo que atender unos asuntos y fue con su familia— contesto la azabache. Antes de marcharse recordó los murmullos de los habitantes del pueblo, quizás esa mujer sabia algo, ella dudo en preguntarle sobre lo que pasaba —Disculpe señora ¿Usted sabe lo que ha pasado con las personas desaparecidas?

La anciana se sorprendió —No se mucho al respecto en realidad, querida, lo rumores dicen que es el espíritu maligno que habita dentro de la montaña— respondió dudosa, la mayor dudaba de la autenticidad de esa verdad.

EL monte Shiroi era famosa por su leyenda de Yuki-Onna, se rumorea que es el espectro de una bella mujer que murió congelada en la montaña durante el crudo invierno, desde la muerte de esa doncella la montaña y todo el pueblo se tiñen de blanco cada año, haciendo que las personas caigan en una pobreza al no poder cultivar sus tierras para sobrevivir.

____ creía que eran patrañas.

En dicha montaña, por cierto vivía ____, aun que estaba demás aclarar que en ese lugar no se encontraba ningún ente o espectro maligno, había vivido en ese lugar por mas de dos años por lo tanto estaba segura de que no era la furia de un espíritu—Al parecer alguien lo hizo enfadar, por eso se esta llevando a la gente. Lo peor es que nadie sabe como detenerlo o traer a los desaparecidos de vuelta. Cuídate mucho ____, no es bueno que estés tu sola en ese lugar, será mejor que te vengas al pueblo ¡Podría pasarte algo!

Y dicho eso la vieja se fue, estaba mas que comprobado que de un devora hombres se trataba. El nivel de este se desconocía aun, pero de cualquier forma podía hacer algo si se lo topaba. Buscarlo era una buena idea, pero estaría en serios problemas si se topaba con una luna.

Era cerca de las 7 de la noche, ya había vendido gran mayoría de todas sus manzanas y el día estaba terminando; se encontraba en su casa frente al fuego de una fogata. Toco el pequeño armario que tenia a un lado, mientras sentía la textura de este; hay estaba el honor roto de su familia, se torturaba a si misma pensado en eso todas la noches. La katana y haori de su hermano, que ahora eran de su pertenencia por legado, se encontraban reposando entre la soledad y el polvo de los años. Nunca los toco desde la ultima vez que los guardo; no se atrevía, dijo usarlos solo de ser absolutamente necesario y hasta el momento no lo era. Recordó con melancolía aquel trágico día, pudo haber hecho algo para salvarlo.

El sueño estaba a punto de recibirla pero un golpe seco la despertó, alguien estaba tocando su puerta. Se levanto y tomo su bastón dirigiéndose a la puerta teniendo cuidado de no caer ¿Quién podía ser esas horas de la noche? Tal vez un el demonio, no podía ser ¿O si? Abrió la puerta con suma cautela, esperando algún sonido o en el peor de los casos un ataque de la persona o cosa que se hallaba del otro lado.