CAPÍTULO 2 | DECESO

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Era un respiración ahogada y cortada, un pulso acelerado acompañado con un temblor de cuerpo. Un chico unos años menor que ella ¿Qué hacia ese mocoso en la entrada de su residencia? —____— trato de decir en un tartamudeo, el corazón de chico parecía explotar en cualquier segundo, para verlo en tal estado era algo grave sin duda alguna.

—¿Qué ha pasado, Takeshi?— formulo inmediatamente, dejo caer el bastón y trato de buscar el rostro del chico con sus manos.

Sudor frio; mala señal.

Lagrimas salían de los ojos del pelirrojo —Me viene persiguiendo, se llevo a mi hermana ¡La ha matado ____, ayúdame!— esa desesperación, parecía que se veía así misma en ese día de desgracia.

La chica lo jalo al muchacho de sus ropas hacia el interior de la casa —No pasara nada, yo...— ¿Qué debía decir? ¿Qué debía hacer para que se sintiera seguro? ¿Mentirle? —Te protegeré— malas palabras si el demonio resultaba ser una luna.

Takeshi apenas emitía sonido alguno, le temblaba todo y estaba cayendo en un pánico tremendo. El de mata roja solo veía a ____, confiaba en ella, el sabia su historia, sabia de los demonios y sobre los cazadores, sabia que ____ antes formaba parte de ellos.

Era un momento crítico, ella supo que era hora de sacar esa katana, y así lo hizo, la tomo aun sin sacarla de su vaina. Se concentro todo lo que pudo para escuchar atentamente cualquier leve ruido, sonidos nocturnos era todo lo que percibía. Pero algo peculiar la hizo ponerse alerta, había algo mas allá afuera.

La criatura estaba afuera, apunto de atacarlos.

—¡Aun lado!— grito ____ empujado al menor que se encontraba a aun lado de ella hacia una esquina de la casa.

La vivienda había sido partida en dos por aquel poder monstruoso, el poder de la criatura era terrible, pero aun con eso ella iba a darte tanta pelea como pudiera. La fémina se incorporo de inmediato.

No podía verlo pero si oírlo y sentirlo, esa cosa no la iba a vencer.

No iba a permitirle matar a la única persona que la había ayudado en tiempos de necesidades. Iba a defender al muchacho así le costara la vida, si no era capaz de hacer eso la vergüenza la acompañaría incluso después de la muerte.

El de piel azulada soltó una carcajada desde el techo de la casa destruida de ____, la miraba como un ratón al cual podía matar en el momento en el que le placiera —¡Así que era cierto que la ciega estaba aquí!— grito el demonio con asombro fingido.

La de orbes negros contuvo una risita —Ese era el insulto mas patético que he escuchado en toda mi vida— declaro la chica.

____ hizo a un lado al pelirrojo quien yacía a su costado aun temeroso de la criatura de melena morada. El no podía comprender como era que la chica no mostraba ninguna señal de miedo ante el imponente fuerza del ser. Ella era admirarle, ante los ojos de el era la persona mas valiosa y valiente en el mundo, así era como el la veía.

Entonces ella lo llamo —Takeshi— pronuncio su nombre —Cuando tengas la oportunidad, corre, corre tan rápido como puedas hacia el pueblo.

Al escuchar eso del de mata escarlata palideció, el no seria capaz de abandonarla para huir —Pero ____, no quiero irme. Yo no podría dejarte aquí— protesto inmediatamente el chico con preocupación.

—No te esto preguntando si quieres, vas a irte cuando lo veas mas conveniente — dijo en un tono gélido la de cabello corto —Tienes que decirle a los habitantes lo que ocurre antes de que sea demasiado tarde y los maten a todos.

El negó con la cabeza —¡Yo se que puedes matarlo, se que no servirá de mucho pero te ayudara y daré mi vida si es necesario!— chillo el muchacho muy exaltado.

—¡No seas estúpido y has lo que te digo!— grito ella con hostilidad —La sede de los exterminadores de demonios esta en Japón, deveras contarles todo y pedir ayuda.

El chico apretó los puños de impotencia —¡Pero...!— iba a negarse pero la fémina lo interrumpió de golpe.

Ella dio unos pasos al frente y se coloco en posición de ataque —Yo lo voy a entretener todo lo que pueda, durante ese tiempo deveras irte.

Takeshi no respondió nada, sentía que su voz se quebraría si trataba de hablar. El de tez azulada rodo los ojos —¡Tendrán tiempo para hablar en el otro mundo todo lo que quieran!— bramo el demonio —Si estoy dejando que digas tus ultimas palabras es por respeto a la gran exterminadora que un día fuiste, pero ya estas postergando tu muerte demasiado, ____, y esta vez tu hermanito no esta aquí para salvarte.

—¿Quién te ha dado la orden de matarme?— cuestión ella con seriedad.

El demonio medito la pregunta por cinco segundo —No pensaba decirte pero creo que al menos mereces saber quien te quitara la vida tan miserable que llevas— espeto el peli dorado — Son ordenes de arriba, ____, tu estas al tanto de quien se trata.

Tiene que ser una maldita broma, pensó para si misma.

Empuño su espada con fuerza —¿Qué esperas entonces? Ven y mátame ¿O tienes miedo de una ciega?

Aquellas palabras de provocación desquisiaron al demonio y provoco que este se lanzara contra ella. La velocidad era anormal en esa bestia, tanto que le era complicado evitar los golpes. Eso la hizo preguntarse si la criatura tenia sangre de Muzan, eso era algo claro y fácil de deducir, si, si la tenia. Esquivar ataques cuerpo a cuerpo era fácil, pero si los veías —¡Yo jamás le tendría miedo a una escoria como tu!— le inserto un golpe en el abdomen, ____ estaba perdiendo sin poder evitarlo —Acabare contigo y después con el chiquillo ese que intentas estúpidamente ayudar— patadas brutales le fueron proporcionadas a ____ en el estomago.

Takeshi al ver esto se olvido de correr e intento ayudarla, pero no pudo hacer nada contra la fuerza brutal del demonio. Aquí era el momento en el que la de cabellos negros se sentía inútil, no pudo mantenerse en combate ni tan solo unos minutos. Sentía su muerte, esa basura la iba a matar sin que ella pudiera evitarlo. Lo peor era que no solo ella moriría, si no que también Takeshi y probablemente todas las personas de la aldea. Se levantó del suelo con todas las fuerzas que pudo sacar de su herido cuerpo; tenia al menos que darle un golpe.

Ella desenvaino su katana y se posiciono a atacar —Respiración de sueño, segunda postura; absorción silenciosa.

Su golpe fue esquivado por su oponente, había fallado de nuevo. De un momento a otro sintió una fuerte presión en su cabeza, el demonio la había sujetado de hay y estaba dispuesto a asesinarla —Aplastare tu cráneo— le escucho decir

¿Voy a morir así? fue en lo que supuso, el dolor la estaba matando. Dejo caer un par de lagrimas. Que vergüenza, pensó con desdicha. Aflojo el cuerpo dejando de poner resistencia, sabia que iba a morir y nada iba a impedirlo —Lo lamento, Takeshi...— susurro por ultimo.

No obstante, alguien llego a su ayuda. El de cabellos negros salto sobre el demonio tomándolo desprevenido para ejecutar su tecnica y acabarlo ahi mismo—Respiración de agua, undécima postura: en calma.

 El de cabellos negros salto sobre el demonio tomándolo desprevenido para ejecutar su tecnica y acabarlo ahi mismo—Respiración de agua, undécima postura: en calma

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MELANCOLÍA ✔ | TOMIOKA GIYUUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora