PREFACIO

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La noche había tocado la tierra y ____ caminaba sola hacia un lugar desconocido. A lo lejos podía escuchar como un demonio se acercaba rápidamente a su ubicación, empuño su katana dispuesta a defenderse cuando este llegase. No obstante, también podía percibir otra presencia, a pesar de haber perdido la visión, podía reconocer fácilmente los pasos de la persona que se aproximaba.

Su sentido del oído no le fallaba nunca.

Sabia perfectamente de quien se trataba.

Era el.

A solo una corta distancia de ella, el demonio estaba a punto de lanzarse contra la mujer. Para la fortuna de la fémina el pelinegro corto la cabeza de este antes de que el devora hombres pudiera tocarle un solo cabello a la chica, evitando así que ____ tuviera un enfrentamiento contra aquella bestia. El varón envaino su espada y dedico una mirada a ella.

La de cabello corto por su parte, siguió caminando sin prestar atención a los acontecimientos antes dichos.

Tomioka camino tras ella, esto claro manteniendo una distancia de unos cuantos pasos.

El no podía creer que ella se iba, mas bien, no lo quería aceptar.

Observo detalladamente a ____, sus cabellos oscuros que le llegaban unos cuantos centímetros por encima de los hombros relucían cual hilo de seda a la luz de la luna. El kimono celeste que portaba le quedaba de maravilla hacia resaltar la bella figura de la que estaba dotada, pero a pesar de que le agradaba verla de esa forma, el ya se había acostumbrado a apreciarla con el traje de cazador. Le hubiera gustado ver los ojos deslumbrantes de ella por ultima vez, pero ahora se había tornado en un sueño imposible con la venda que llevaba en estos...

Se mentiría a si mismo si dijera que no la extrañaría.

Porque, a pesar de no tener una relación muy cercana, su presencia haría falta en la sede.

Echaría de menos el saludo que le daba cada que coincidieran en algún lugar, añoraría las risas tímidas de la mujer y sobre todo sentiría la falta de su cálido semblante. 

Aun con todo esto no se sentía con el derecho de impedirle su partida, el conocía los motivos por los cuales la fémina se iba. El azabache no podía permitir que se fuera así como así, al menos diría unas palabras para hacerle ver que el no quería que se marchara.

—No tienes que irte— vocifero el con un tono gris.

____ ni siquiera lo pensó, estaba decidida a irse. Era un estorbo para los institución a pesar de que ya podía andar sola por su cuenta, no podía complicarles mas la situación a sus camaradas con infortunio que la aquejaba . La ceguera que tenia no iba a dejarla pelear de la mejor manera, tampoco iba a sanar y mucho menos curarse completamente, ____ necesitaba su visión para pelear. Además; seria una vergüenza para su familia si seguía con los cazadores aun siendo consiente que solo iba a obstaculizar el trabajo de sus compañeros.

—Si te vas ahora, tal vez no puedas volver.

Responder a sus razones era inútil, lo dejo con las palabras en la boca. Siguió caminando con sin mirar atrás, le dolía dejar todo por lo que había luchado, se lastimaba a si misma al olvidar su sueño de ser cazador de demonios, y ahí en medio del bosque desapareció de la vista de Tomioka. De cierta forma el se sentía culpable por no tener la fuerza para impedir que se fuera, pero le era difícil expresar dictaminar lo que creía era lo correcto. Era del tipo de persona que respetaba las opiniones, y si no lo hacia de cualquier modo guardaba silencio.

Esa noche la dejo ir.

No iba a detenerla por mas que quisiera.

No iba a reaccionar aun que lo deseara con todas sus fuerzas.

Apretó el puño y retuvo unas lagrimas, sentía como su corazón se achicaba con cada segundo que sabia era mas y mas distancia alejado de la azabache.

Y ella experimentaba la misma afección, le dolía hasta el alma el nuevo destino que poco a poco iba tomando. Se mordió el labio y se negó a sentir algún tipo de arrepentimiento por sus decisiones.

Muy en el fondo ella pidió que Giyuu la detuviera.

Sin embargo. eso no paso y he aquí lo que hacia lamentarse mas que nada.

El rumbo de ____ era desconocido para el hombre e incluso para ella misma en ese momento, por lo tanto, el ya se había hecho a la idea de no verla nunca mas...

El rumbo de ____ era desconocido para el hombre e incluso para ella misma en ese momento, por lo tanto, el ya se había hecho a la idea de no verla nunca mas

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MELANCOLÍA ✔ | TOMIOKA GIYUUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora