Capítulo 3.- La Ciudad Libre de Alcance

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Si piensas en los grandes héroes, magos y políticos de este mundo casi todos tienen algo en común: Estudiaron en una de las academias de la Ciudad Libre de Alcance. Y cuando digo una de las academias es porque esa ciudad está llena de institutos, escuelas, talleres y todas esas cosas donde puedes aprender cosas. Según mi padre, la ciudad se formó como un centro de investigación mágico apartado de las grandes ciudades, poco a pocos muchos magos y aventureros llegaron al lugar a aprender y compartir sus ideas cosa que llevo a la creación de posadas, luego casas y antes de que alguien se diera cuenta ya era una ciudad. Por cierto es una Polis, eso quiere decir que se auto administra y no le rinde lealtad a ningún reino.

Entonces ustedes pensaran "ahora viene el arco de la academia", pues no, la educación en la mayoría de las academias dura hasta más tardar los 20 y dentro de las pocas academias que no tienen límite de edad ninguna me interesa, así que paso. Mi objetivo actual es encontrar un buen local donde poner una panadería y quizás un café, hornear pan y vivir mi vida en paz ¿Esposa e hijos? Técnicamente soy un solterón en este mundo, ya que la mayoría de las personas se comprometen antes de los 20, si eso no ocurre usan sus contactos para encontrar un matrimonio arreglado, yo no tengo contactos, no conozco a mucha gente, no tengo amigos, estoy gordo...creo que moriré solo otra vez.

En fin, pasemos a otra cosa, no, no estoy llorando, bueno un poquito. Mientras un par de lágrimas recorrían mi cara he llegado a la muralla de la ciudad. El guardia me mira y dice:
-No te preocupes muchacho, yo igual llore cuando llegue a esta ciudad, sus murallas son asombrosas.

Le di una suave sonrisa a modo de respuesta, pague el peaje de entrada y rápidamente me escabullí a una tienda de ropa de segunda mano, por si no se acuerdan, aunque tengo varias piezas de ropa son solo pijamas. El vendedor rápidamente me hizo llegar ropa de mi talla, la cual extrañamente se me veía bien, pague sin regatear y le prometí al vendedor que volvería, cosa que lo alegro.
Ya bien vestido, me acerque a un guardia y le pedí indicaciones para llegar al gremio de comercio, con una idea más o menos clara me dirijo a mi objetivo. Si bien la Ciudad de Alcance es mucho más grande que la ciudad de la que vengo, como un hombre moderno la altura de los edificios y la cantidad de gente no me pareció abrumadora o sorprendente como le ocurre a la mayoría de la gente que visita este lugar por primera vez, lo que si llamo mi atención fue la limpieza del lugar, las calles brillantes y casi sin polvo en ellas era un espectáculo divino.

Después de caminar un par de cuadras llegue a mi destino, un enorme edificio que ocupaba casi una manzana entera, de cuatro pisos y finas decoraciones en todo el lugar, por donde lo vieras el edificio decía "tengo más dinero que tú y lo sabes". Suspire profundamente y entre en modo comerciante


****Cambio de vista – Recepcionista del Gremio****

Mi nombre es Eilen, aunque suene raro que yo lo diga, soy una muchacha de 18 años bastante bella, mi cabello negro largo y rasgos finos me han hecho ganar muchas propuestas de matrimonio, pero ninguno de esos tipos me resulto a lo menos interesante. Trabajo hace cinco años como encargada en el gremio de comerciantes, mi trabajo consiste en vender propiedades, entregar licencias y algunas raras veces servir de asistente de uno de los líderes del gremio. Hoy el trabajo estaba lento, la mayoría de las academias estaban de vacaciones así que los comerciantes no tenían mucho que hacer, mientras pensaba en si debía comprar un nuevo vestido o no apareció por la puerta un cliente, era bastante alto y también ancho, lo primero que pensé al verlo fue que era un oso, pero al verlo más de cerca el "oso" tenía una cara infantil, de esas con cachetes redondos que dan ganas de presionar, ojos grandes y un cabello castaño bien corto . Si bien su físico daba la impresión de que solo era un joven rechoncho su caminar y aura me recordaron al líder del gremio, se veía seguro y por su ropa de buena costura se notaba que era el hijo de un comerciante importante o incluso de un noble. Suspire, ese tipo de personas eran las más difíciles de tratar. Aun así me arme de valor y salí a recibirlo.


-Buenos días señor ¿Puedo ayudarlo en algo?- Le pregunte

-Buenos días, pues si, necesito ver las propiedades disponibles para uso comercial, como también los registro de población de las zonas donde se encuentran las propiedades y el mapa de tiendas de la zona.

Quede en blanco, solo los grandes empresarios y uno que otro bicho raro suelen solicitar esa información cuando compran una propiedad. Y este muchacho no parecía ni un bicho raro ni un pez gordo. Recupere rápidamente la compostura y con una falsa tranquilidad pregunte:

- ¿Alguna característica o requisito con el cual deban cumplir las propiedades?

- Que posean a lo menos dos plantas, que tenga un horno para pan instalado y que posea los requisitos para ser usado como panadería según los estándares legales de la ciudad – me respondió.

¿Estándares legales? ¿Quién era este tipo? Casi grite por dentro cuando me pidió algo que casi todos los comerciantes olvidan, estaba claro, este tipo era el hijo de un gran comerciante, seguramente había sido educado desde niño y por la forma de expresarse posee una gran seguridad. Rápidamente asentí y camine tranquilamente al pasillo y apenas estuve fuera de su vista corrí como loca al archivo, busque rápidamente todas las propiedades , le grite un poco a los archiveros y volví rápidamente al pasillo, antes de entrar al salón serene mi corazón , arregle mis ropas y suavemente volví al salón.

-Aquí tiene señor, puede usar las mesas del recibidor para examinar los documentos, si me necesita puede llamarme – Le dije con una voz serena.

Él se paró y me dio las gracias y se dirigió a las mesas en donde reviso todos los documentos y los separo en montones, luego esos montones los dividió en otros montones y finalmente se acercó a mí con los papeles en las manos, me miró fijamente y dijo:

-Me quedare con esta propiedad, quisiera tramitar el pago y al mismo tiempo quiero tramitar una licencia de panadería.

Mire la propiedad elegida y me sorprendí al ver que había elegido una tienda de dos pisos que por alguna razón tenía un horno. La casa no era pequeña, pero tampoco muy grande, era justo el tipo de casa que me gustaría tener, quizás si el señor oso estuviese soltero podría seducirlo e irme...espera, concéntrate, estás trabajando Eilen, dejemos eso para otro momento.

Lo mire y rápidamente procese su solicitud, ahora venía la parte difícil: los pagos. Por lo general los comerciantes intentaban regatear, cobrar favores, prometer cosas e inclusive amenazar con tal que se les bajase el precio de los servicios del gremio, lo cual no se podía hacer, suspire y dije:


- Serán 6 monedas de oro y doce de plata

-No hay problema aquí tiene- me dijo pasándome exactamente 7 gruesas monedas de oro.

- Gracias, aquí tiene su recibo y su cambio, mañana puede venir a buscar la documentación y las llaves de la propiedad.

Casi me caí de la silla cuando pago sin siquiera reclamar, rápidamente le hice su recibo y se lo entregue. Mientras el señor oso, no, el señor Pam se retiraba del gremio no puede sino pensar que vivir con un hombre grande, seguro pero sencillo y con bolsillo lleno de monedas no sería algo malo.

****Cambio de vista – Pam****

Cuando salí del gremio me sentí reconfortado, la hermosa recepcionista me puso un poco nervioso ya que mantuvo una cara seria y solo cuando me iba sonrió ¿Quizás yo no era de su agrado?

En fin, me dirigí a una posada y reserve una habitación por tres días, tenía que limpiar y equipar mi nueva casa antes de mudarme, en el camino me puse en contacto con un par de comerciantes para conseguir el equipo y los ingredientes que necesitaba, como también compre un poco más de ropa en la tienda de segunda mano, descubrí que mucha de la ropa que me quedaba bien venia de un noble caído en desgracia, me sentí un poco mal, pero no era mucho lo que podía hacer. Finalmente me fui a dormir pensando en que mañana podría hornear pan. 

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