Capítulo 8.- Fantasmas

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Niha siempre ha tenido hambre, pero Niha es la mayor así que Niha no puede quejarse. Es el deber de la mayor cuidar a la menor, eso dijo mamá, de verdad extraño a mamá, pero Niha debe ser fuerte, Niha debe cuidar a Nohe. Hace varias lunas la mamá de Niha y Nohe dejo de moverse y un hombre grande nos golpeó y echo de nuestra casa. Niha lloro y grito pero nadie la escucho, así que Niha dejo de llorar, tomo a Nohe y se marchó del lugar.

Niha es la hermana grande, Niha debe cuidar a Nohe, así que Niha busco un lugar en donde esconder a Nohe y salió a hacer algo que mamá dijo que era malo, Niha salió a robar, nadie me daba comida, nadie se preocupaba por Niha, así que Niha decidió que robar serviría, si nadie ayudaba a Niha, Niha se ayudaría sola. Varias veces Niha fallo, algunas veces me golpearon, otras intentaron venderme a un burdel, pero Niha es la hermana grande y debe cuidar a Nohe así que nunca se rindió.

Hace algunas lunas Niha encontró el mejor lugar para esconder a Nohe, es una casa grande donde vive un hombre grande. El hombre grande dejo abierta la ventana del sótano así que Niha y Nohe entraron por ahí. El hombre grande hace pan, pan delicioso y blando, si Niha lo hace bien puede robar unas cuantas piezas, incluso muchas veces Niha pudo tomar comida desde la olla y por primera vez en muchas lunas comer comida comida. 

Pero algo raro le paso al hombre grande, un día bajo de madrugada y casi atrapa a Niha robando comida. El hombre grande puso unas velas en la cocina, canto algo raro y dejo unos extraños panes en un plato. Al otro día casi se desmaya al ver que Niha se había comido los panes raros y no había nada en el plato. El hombre grande es raro.

Pero eso no es todo, al día siguiente el hombre grande trajo un sacerdote y este bendijo la cocina ¿Hay fantasmas en la cocina? Niha no ha visto ninguno, quizás el hombre grande tenga problemas.

Durante varios días el hombre grande cantaba algo antes de entrar a la cocina, sonaba como "padre nuestro que estas..." o algo así, Quizás tiene problemas con su papá, Niha nunca conoció al suyo así que no sabe cómo se siente el hombre grande.


***Cambio de Vista –Pam***


Ayer en la noche hice un ritual de apaciguamiento de espíritus, no se mucho de eso y lo poco que se lo vi en la televisión, aun así al otro día los espíritus se llevaron mi ofrenda, eso o tengo ratas. Como panadero prefiero creer que son espíritus antes que ratas, aunque me dé miedito.

Aun así traje a un sacerdote quien bendijo la casa, me dijo que no había señales de fantasmas o no muertos, aun así le agradecí y le regale un poco de pan para la iglesia, al otro día volvió con otro sacerdote para firmar un contrato para que yo le suministrara el pan para sus sacerdotes residentes, obviamente acepte y les di un buen descuento.

Aun así rece cada vez que entre a la cocina, lo admito me dan miedo los fantasmas, pero como no temerle a algo que no puede comer pan, imagínense lo enojado que deben estar por eso. Un día la gente del cuartel me pido un pedido especial, acepte sin problemas pero después de ese día los ruidos comenzaron a apagarse, hasta que de la nada comencé a escuchar pequeños susurros, luego quejidos hasta que un día mientras amasaba pan escuche un claro "ayuda", casi me orine del miedo pero luego lo volví a oír, pero esta vez era distinto. Esa voz era demasiado suave para un fantasma, parecía la voz de un niño, deje la masa a medias y armado con el uslero abrí la puerta del sótano y baje y lo que vi me dejo mudo.

Había dos niñas pequeñas en el piso, había rastros de vómito y otros desechos por todo el lugar. La más grande apenas respiraba y la más pequeña se arrastraba por el piso pidiendo ayuda. Las tome en brazos y las moví rápidamente a mi cuarto, no importaba que estuviesen sucias o fueran desconocidas, eran niños, los niños deben reír, jugar, comer pan, bailar, hornear pan, cantar, hablar del pan y divertirse no rogar por sus vidas.

Apenas las deje en la cama corrí hacia la clínica médica que está a una cuadra, golpee tan fuerte que casi rompo la puerta, apenas apareció el doctor lo tome en brazos y técnicamente lo secuestre, corrí a mi casa y lo lleve a mi dormitorio, el medico asustado y sin entender nada me quedo mirando, rápidamente saque cinco monedas de oro de mi saquito secreto, se las puse en su mano y le dije: "sálvelas".

El médico me mando a buscar su botiquín y rápidamente se puso en movimiento, a decir verdad me sorprendí de su rapidez, hasta que recordé que una persona normal suele ganar con suerte media moneda de oro al año y yo acababa de darle cinco. Finalmente llegue de vuelta con la mujer del doctor y el botiquín. Me echaron de la habitación y de la pura ansiedad me puse a cocinar, amasar e incluso hice un nuevo tipo de dulce. Fabrique un pequeño cartel que decía que la tienda hoy no abriría y sin querer reacomode todo el mobiliario de la tienda. También descubrí que mis temidos fantasmas eran esas pequeñas niñas, habían entrado por una ventana al sótano donde habían estado viviendo por un tiempo, por los restos pude deducir que eran ellas quienes se comían el pan que sobraba o el que pensaba que había olvidado hacer. Comenzó a salir el sol y pude ver como mi diosa se desanimaba al ver que la tienda estaba cerrada, antes de que se fuera abrí la puerta y la hice pasar. Le conté lo que había ocurrido mientras le servía unos cuantos dulces, ella me dijo que preguntaría si había algún niño perdido y me recomendó que me consiguiera por mientras una nueva cama. Finalmente se marchó, dándome a entender que volvería cuando su turno terminara.

Finalmente el medico bajo, me explico que las niñas se habían envenenado con Alios, una planta que se suele usar para aromatizar las casas pero que para los Catfolk (gente gato) es altamente venenosa. Entonces recordé que hace unos días había hecho pan con Alios para un evento especial en el cuartel, era pan para unas bestias que usan de montura y por eso no me importo usar ese nuevo ingrediente, seguramente deje algunos sobre la mesa y esas niñitas la tomaron, me sentí horrible. El médico me explico que las niñas estarían débiles durante unos días y que debía alimentarlas con comidas blandas y darles mucha agua. Le pedí al doctor si podía quedarse un rato cuidando la casa mientras salía a comprar provisiones, agregue que podía comer de los dulces horneados y acepto encantando.

Ahora bien, vamos al mercado a conseguir todo lo necesario para un par chicas, espera ¿El doctor dijo que eran Catfolk?

PantasyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora