55.- Porque yo te amo

17 4 6
                                    

***Punto de vista de Aleksai/Pam ***

¿Puedo uno amar a dos? ¿Tengo suficiente amor para dos? ¿Soy suficiente para dos? ¿Soy siquiera suficiente para uno? No lo sé, no lo se.

Siento mi corazón desgarrarse en trozos al no saber que hacer. Como una insignificante hormiga amando al sol y a la luna sabiendo que jamás los alcanzara, así me siento al verlas a ellas. Una, como la flama que hace arder los campos y a la vez calienta el hogar. La otra, como la luz que puede cegarte o indicarte el camino. Y yo, un simple panadero, sin más talento que el de amasar y sonreír ante la vida.

¿Qué puedo ofrecerle yo a aquellas que se merecen el mundo?

No lo sé, no lo se.

Aun así, aun así...temo decirlo, yo, yo las quiero. No, las amo, no contemplo mi vida lejos de ellas y siento dolor al pensar que en otros brazos encuentren amor ¿Soy egoísta por querer a amabas? Si, lo soy y he de vivir con ello.

No dudes Pam, no dudes. En tu vida anterior jamás conociste el amor de una pareja. Recuerda, recuerda como Nana nos decía "Aleksai, cuando ames, ama con todo, sin miedo, sin arrepentimientos y con valor". Si, a veces lo olvido, no solo soy Pam Klaus el panadero, soy también Aleksai Petrov el Panadero, el soldado y cazador. No temo a la muerte, temo a no ser fiel a mí mismo. No temo a la muerte, temo al olvido. No temo a la muerte, temo no vivir.

¡BASTA DE EXCUSAS!

Es tiempo de dejar de llorar en una esquina y actuar, aunque duela, aunque sufra, debo enfrentar mis miedos y luchar, luchar por lo que amo.

Golpeo mi cara y me miro al espejo, el rostro que me devuelve la mirada es el de un hombre llamado Pam Klaus, un hombre que se enamoro de dos mujeres, dos mujeres que igual lo aman y que por milagro del cielo están dispuestas a compartirlo.

Lo siento, pero hoy no necesito a un panadero. Necesito a Aleksai, el hijo que solo tuvo madre, el niño que por ser mixto fue mal mirado, el muchacho que sintió lo que es apagar una vida antes de su primera barba y que construyo sus sueños sobre los cadáveres que su rifle dejo.

Pero no solo al mercenario Aleksai, también necesito al hijo del guardia que sacrifico su carrera para cuidar a su tonto hijo, al muchacho que vendió galletas y tuvo que enterrar en solitario a su padre, al muchacho que lo perdió todo por el fuego y lloro hasta que se secó, al muchacho llamado Pam.

Siento la canción de ora y puedo ver que al fin se ha reconciliado con su pasado. Escucho la canción de mi pequeña Nene y puedo ver que se ha propuesto una meta para el futuro ¿Sera mi canción capas de enfrentarse al presente?

Salgo a escena, solo los músicos conocen mi canción y a cambio de enseñárselas han guardado el secreto. Me siento ridículo con esa ropa, una camisa blanca y un pantalón negro, siento que no van con mi cuerpo, pero ya no queda de otra, el espectáculo termina


Comienzan los primeros acordes. Las veo en el público, se sorprenden al verme, sonrió tímidamente. Antes de pararme aquí les envié una carta diciéndoles que hoy contestaría su confesión. Mírenlas, tuve que haber hecho un gran bien en todas mis vidas pasadas solo por el privilegio de conocerlas. 

Recuerdo la primera vez que la vi, su cara tembló un poco pero no cambio su expresión. Seguramente yo fui una vista extraña aquel día mientras ella trabajaba en el gremio. Poco a poco comenzó a visitarme, lo admito, hice todos los días el pastel de fresas solo para ver su sonrisa. Poco a poco comenzamos a hablar, ella me miraba como si miraba un nudo que no podía desatar. Poco a poco empecé a entenderla, sus gestos y leves movimientos de cejas decían más que sus palabras. Antes de darme cuenta quería atrapar todos sus gestos, todas sus risas y todas sus rabias. Quería saber cómo se sentirían sus pequeñas manos cuando las tocase con las mías.

A ella le di un ramo de flores, me sorprendió saber que era el primer ramo de flores que recibía. Una mujer tan guapa, por muy soldado que fuera, debería haber recibido uno o dos ramos de flores antes, pero al parecer no era así. Ella era como un bombón, Era dura por fuera, seria y elegante, al menos por fuera, por dentro era como una niña que quería ser mimada y yo quería mimarla. Recuerdo que los primeros días me miraba curiosa, cauta, como un gato que se encontró un objeto extraño en su territorio. Ahora me mira como si yo fuera su juguete favorito.

¿Cuándo fue que ellas se convirtieron en mi lugar seguro? ¿Cuándo fue que entendí que ellas estarían para mi como yo lo estoy para ellas? No lo sé, ni siquiera se cuando me enamore.

Recuerdo nuestra vida juntos, fui feliz, más feliz de lo que fuese antes. Verlas charlando en la mesa junto a las niñas, cuando nos sentábamos a ver e cielo mientras me contaban su día a día, cuando me regañaban por tanto hornear, fui feliz, muy feliz. Cuando volvimos tuve que fingir que no estaba triste porque todo eso se acabaría.

Cuando inaugure mi nueva panadería lo que mas me alegro no fue la panadería en si, fue saber que las cenas juntos y las largas charlas continuarían, pero cuando ellas se confesaron entre en pánico, no supe que hacer y hui. Pero basta de eso, hoy debo enfrentarlas, porque lo se: Yo las amo.


PantasyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora