Capítulo 13.- Reporte de Eilen

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¡Aquí Eilen la guapa recepcionista del gremio de comercio reportando! Hoy me toca ir nuevamente a inspeccionar la panadería Pantasya, no es que vaya cada tres días a comer deliciosos dulces, ni que me guste como el señor Pam prepara el té, no, no es nada de eso, esto es una labor oficial. Aunque espero que queden pasteles de frutilla.

¡Horror! La tienda está cerrada, mi desesperanza se nota en mi rosto ¿Cómo que no se nota nada? Sé que mi cara no es muy expresiva y que me llaman "La glacial reina del hielo eterno" pero sigo siendo una adorable y bella muchacha de 18 años que adora el pastel de fresa. Así que por el honor del gremio y por el delicioso pastel de fresa comencé a realizar averiguaciones.

Pues resulta que la panadería lleva un par de días cerrada, según lo que averigüe el señor Pam encontró a dos niños en su sótano, los cuales estaban muy enfermos. Lo normal acá hubiese sido llamar a la guardia y olvidarse del asunto, pero el señor Pam tomo la ruta B. Contrato un médico y mobiliario para ponerlos cómodos ¿Qué tipo de persona es el señor Pam? Sé que es un obseso con la panadería, que no trata a nadie mal y tiene la costumbre de regalar el pan que sobra a la gente que limpia las calles. Sus vecinos lo tienen catalogado como un buen vecino y una persona decente, su vecino de la izquierda el señor Aldus también agrego que tiene una linda voz cuando canta, jamás me imagine que el señor Pam fuera de los que cantan.

Debo admitir que cuando llego el señor Pam por primera vez al gremio me lleve una idea equivocada de él, pese que era el hijo de un gran mercader o un noble pero en realidad es solo el hijo de un guardia que tras perder su casa se cambió a esta ciudad. Pero eso lo hace aún más interesante, no solo comenzó un negocio al llegar a la ciudad, sino que lo remodelo entero y mejoro por mucho las condiciones de la tienda. Tanto que cuando fui la primera vez me sorprendió el estado del lugar e incluso comprobé dos veces.

La panadería presenta buenas ganancias, y siendo sincera nunca vi un estado de cuentas tan ordenado como el del señor Pam. Pero eso no son sus únicos ingresos, al principio recibía pequeños ingresos por derechos de autoría de cuentos e historias, pero al poco tiempo esos ingresos se volvieron una buena cantidad y no hay casa noble que no se jacte de tener toda la colección de libros.

Pero eso no es todo, al poco tiempo de llegar a la ciudad realizo un negocio con una tienda de segunda mano, la cual no solo compro, sino que también remodelo y especializo en ropa para gente "grande", ya sea por exceso de musculo o de grasa, la cual vende ropa de excelente calidad lo cual acompañado de una excelente atención la hacen una de las tiendas favoritas de muchas personas. Cuando le pregunte por ello se sorprendió y partió a la tienda, luego me entere que él no sabía que la había comprado, pues creía que solo le había hecho un préstamo al dueño y que sus lecciones de atención al público como sus elecciones en mobiliario y tipo de ropa habían solo sido consejos de buena voluntad hacia al dueño.

Pues, después de enterarse de la situación y aclarar algunas cosas con el ahora encargado de la tienda el negocio subió nuevos escalones, no solo mejoraron su atención, inventario y mobiliario, si no, también, consiguieron que el excelente y exclusivo diseñador Kevin Lauren expusiera y vendiera algunos diseñados creados especialmente para la venta al por mayor. Siento que si el señor Pam no amara tanto el pan, sería un tiburón que devoraría el mercado.

En fin, basta de negocios, seguí yendo a la panadería todos los días hasta que finalmente abrió, rápidamente entre a la tienda y una pequeña vocecilla me saludo:

- Bruenos días

- Es buenos días Noha, no Bruenos- Respondió la voz profunda del señor Pam

-¿Buenos días? – respondí ¿Quién era esa niña y por qué el señor Pam la trataba tan bien?

- Hola señorita Eilen, ¿viene por asuntos oficiales o a probar nuestro nuevo pastel?- Me pregunto el señor Pam

- ¿Nuevo pastel?

- Así es, es un pastel de fresa que no lleva masa, es solo crema y frutillas

- ¡Las putrillas son deliciosas¡ - Exclamo la niña pequeña

- Frutillas Noha, frutillas. Putrillas suena a algo malo- Respondió el señor Pam sonriente.

¿Qué estaba ocurriendo aquí? Puedo entender que esa niñita catfolk de pelo negro es una de las que el señor Pam encontró en su sótano, pero no entiendo qué tipo de relación tienen estos dos, es casi como un padre con su hija, admito que me siento un poco celosa. Pero ahora lo importante, el nuevo pastel.

-Me encantaría un trozo de ese pastel.

Probé el cielo, es imposible pensar que con simple crema y frutillas pueda ser creado algo tan maravilloso, Mientras comía el señor Pam me hizo varias preguntas con respeto a los trámites de adopción y a las obligaciones que tiene un padre con sus hijos ¿De verdad piensa adoptar a esas niñas? Admito que se me hace raro, pocos harían eso, pero conociendo al señor Pam no me sorprende, es más, me sorprende que no hayan más niños huérfanos por aquí, aunque escuche que suele donar grandes cantidades de una especie de tortilla que no se echa a perder fácil a orfanatos y a ciertos templos de los barrios bajos.

Aun así, respondo sus dudas, mientras tanto el sigue dándome pasteles y sirviéndome más te. Debo admitir que como observador, si no conociera la situación, no tendría problemas para asumir que ellos son padre e hija. Mientras comía mi cuarta porción de pastel comenzaron a llegar los soldados de la guardia, al principio la mayoría venia solo por la curiosidad de ver al hombre que hacia sonreír a su comandante, pero luego de probar lo que venden aquí, esta panadería se convirtió en su favorita, no los culpo, todo lo que venden aquí es exquisito.

Pero los guardias no son los únicos que la prefieren, se de buena fuente que varios nobles mandan a sus trabajadores a comprar pan y que la copia de los pasteles de fruta del señor Pam han comenzado a aparecer en algunas dulcerías y cafés importantes, aunque solo son copias y con suerte llegan al diez por ciento del sabor de los reales.

Pudo ver que la mayoría de los guardias saludan a la pequeña, ella les devuelve el saludo y eso pone una sonrisa en los soldados, el señor Pam la mira orgulloso ¿Pero que no eran dos niñas? ¿Qué paso con la otra? 

PantasyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora