ANXIETY

XXXIII: Lips.

     El frío se acentuaba en el interior de ese auto. Al punto de volverse insoportable, el castañeo de los dientes de ambos era molesto. El Alfa sacó con violencia el plástico protector de la cablería del auto en busca de los indicados para hacer contacto y con un poco de suerte, lograr encender el auto. La Omega observaba como todos en el exterior también estaban susceptibles a las bajas temperaturas.

     —Maldición —gruñe por lo bajo.
     —¿Está muerto?...
     —No, la batería funciona. Sólo pienso en todo lo que esa chica dijo. Y en el rostro de Shōto...

     Su frente reposó en el volante. Logró encender la calefacción, Hanko podía oler sus feromonas de frustración. No era para nada agradable estar allí y sentir que no podía hacer nada al respecto para subirle el ánimo, aunque fuese solo un poco. Touya cerraba los ojos lentamente al momento en que se inclinaba hacia atrás ahora recostando su cabeza en el asiento suspirando profundamente mientras chasqueaba la lengua al percatarse de algo importante.

     —Ya no tengo cigarrillos...
     —Fumas demasiado... Podrías dejarlo...
     —Lo sé... Puedo hacerlo si quieres —dirige su cabeza hacia la derecha para mirarla con atención.
     —No depende de mi Touya... Fumar no es nada agradable, y si es marihuana peor...
     —¿Fumaste marihuana? —suelta una risita cautivadora para los oídos ajenos, mostrando sus colmillos —¿Me cuentas por qué?
     —Denki... Cuando falleció yo... Bueno, Eijirou y yo... No lo tomamos muy bien...
     —Kirishima y tú... ¿Se hicieron más íntimos después de eso?

Mierda.

Mierda.

La había descubierto. Algo que destacaba a Touya era su agudeza mental. Sabía que en algún momento de sus vidas tendrían ésta conversación, pero el hablarlo en ese momento lo hacía un poco más llevadero. Sentía que con él todo fluía de forma natural. Podía decirle cualquier cosa, confesarle sus más lujuriosos secretos y no se sentiría culpable o miserable. Con Touya todo era más llevadero, lo supo desde el primer día en que ambos durmieron juntos hace tantos años y estando justo ahora a solas con el era igual.

     —Tuve sexo con Shinsou. Luego se marchó, primer amor imposible. Después de eso descubrí que era Omega gracias a un examen completo de sangre, Ochako me recetó pastillas supresoras y estimulantes para madurar mi útero con el fin de recuperar mi ciclo normal como Omega. Básicamente para ayudar a los fármacos tenía que inhalas feromonas frescas de un Alfa puro y...
     —Masturbarte —ella asiente.
     —Eijirou se ofreció para ayudarme y... Lo hizo... Pero yo fallé en el acuerdo que hicimos. Involucre mis sentimientos y no resultó muy bien... Él se acopló con Mina y yo sigo aquí... Segundo amor fallido.
     —Detente ahí, Haru —comenta para luego acomodar su postura quedando frente a ella —Cuando ustedes están en medio del frenesí y la excitación que produce el celo y el olor mezclado de ambos, es muy fácil confundir los sentimientos con el deseo de tu cuerpo, cuando un Alfa realmente se ha imprimado de ti, de inmediato te marca ya sea con marcas menores en el cuerpo o mordiendo tu cuello. Estabas confundida... No enamorada. Las palabras "enamorarse" y "amar" son muy significativas y no todos somos merecedores de ellas.
     —¿Cómo sabes tanto de una casta que no es la tuya?
     —Seré honesto contigo. Hubo en el pasado varias mujeres, pude aprender de ellas sin necesidad de tocarlas primero. Tuve sexo con algunas pero solo fue sexo... En mi ser hay solo espacio para una. A parte de mi madre y hermana.
     —¿Quién es? —eres tu —¿La he visto alguna vez? ¿Por qué no la buscas?
     —Porque ya la encontré. Pero no depende de mi —responde apartando suavemente unos mechones rebeldes del rostro ajeno —He estado enamorado de ella desde hace mucho tiempo. Pero solo ella puede decidir.