Capítulo 57

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Mi objetivo
...

Pov Minso

Abrí los ojos de golpe.

"Si hubiese sabido que sería la última vez que lo vería no habría peleado con él"

Debí haberlo escuchado. Él es un caballero y no permitiría que le pasara algo a alguien que se encuentra indefenso, pero los celos me cegaron y solo actué sin pensar.

Limpié mis lágrimas.

Debo seguir recolectando las hierbas. Ya me he tardado mucho. Hago esto, porque ya se "enteraron" que estoy viviendo libre y sin restricciones en el burdel. Así que forzaron a la Dama a que me dieran un trabajo duro, pero ella no quiere faltarle el respeto a la sangre noble por lo que solo me pidió que hiciera esto.

Luego de que caí por la cascada desperté al día siguiente en mi cuarto. Con algunas lesiones, pero nada serio.

Estaba apunto de agarrar una planta, pero me detuvieron.

Dificultosamente quise ver al hombre que me sostenía fuertemente de la muñeca, pero el brillo del sol no me lo permite.

x: Ese no —me soltó.

—¿Uh?

Volví a mirar a la hierba.

x: Es venenosa.

Me alejé inmediatamente.

Miré mi muñeca. Presionó muy fuerte, quedaron marcas de sus grandes manos. Un momento, se parecen a la otra marca de manos en mi brazo.

Lo miré.

—Eres tú.

Caminó frente a mí hasta el río.

—Si tú me trajiste a casa, ¿me dices que ocurrió, por favor? —sonreí.

No lo entiendo, pero no puedo acordarme de nada de lo que ocurrió esa noche. Todo está borroso.

x: No.

—¿Por qué?

Fijó su dura mirada en mí.

x: Engreída.

—¿Ah? ¿yo? —me señalé ofendida.

Me lanzó una hierba.

Manchó un poco mi vestido con lodo.

Supongo que no puedo comportarme como siempre.

—Aish, mierda —empecé a hablar en coreano—. La seda es muy fina, ¿cómo se le ocurre a este esclavo tratarme así? —miré mis mangas con desagrado— Te compraré y te haré sufrir.

Se colocó frente a mí y me jaló del cabello por la nuca.

x: No soy un esclavo.

—Obvio, no cualquiera sabe hablar coreano —lo tomé del brazo e intenté que me soltara—. Suéltame —demandé enojada—. ¿No sabes quién soy? —me miró sin importancia— Soy una princesa —apretó con más fuerza—. Ah.

Descubrió un poco mi hombro.

x: Una pálida piel.

Tocó mis clavículas con sus fríos dedos.

—Yah-yah, ¿un criado como tú se atreve a tocar el cuerpo de su amo?

x: No soy un criado y tú no eres mi amo —dijo aquello sin despegar sus ojos de mi clavícula—. ¿Sabes? Mi pasatiempo favorito es quitar la inocencia de las malcriadas señoritas —ahora sí posó sus ojos sobre mí—. ¿No provienes del burdel?... todas las mujeres de ahí, son mis mujeres.

Lights Wandering |JungKook|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora