¿Enserio estaban manteniendo está conversación? Sus susurros se escucharían a metros de distancia, ni siquiera se molestaban en hablar al oído.
—¿Alba? — susurra Alba señalándome. —¿Por qué estás enfadada con Christian? — dice aún más bajo.
¿Por qué estaba susurrando cuando era más que evidente que todos estaban atentos a la conversación? Cada día entendía menos a esta familia.
—Mark, ¿no crees que es hora de irnos ya? — digo mirándole con ojos suplicantes, tratando de evadir la pregunta.
—Claro. — dice dándome un beso en la mejilla. — En cuanto sepamos el porqué de tu enfado no iremos. — dice apartándose de mi mientras se carcajea.
Le miro con cara de enfado y mi cerebro empieza a funcionar a mil por hora intentado encontrar alguna respuesta convincente, pero creo que por cerebro tengo una esponja ya que nada llega a mí. Muevo la pierna derecha nerviosamente intentando salir de esto victoriosa.
—Le cogió un libro erótico sin permiso, ya sabéis como es Alba con los libros. — dice Olivia encogiéndose de hombros, y vuelve a centrarse en la pantalla del portátil dando por zanjado todo.
Me lanza una mirada de reojo y yo le sonrío con agradecimiento. No me sorprendía que Olivia me ayudara, en el pasado lo había hecho muchas veces. Su cerebro era mucho más rápido para inventar excusas, el mío llevaba bastante tiempo ausente.
Mi madre bufa y se levanta de la mesa con la niña susurrando para ella misma «Alba y sus libros eróticos» ,y juntas se van a dar un paseo por el jardín, no sin antes ponerse unos abrigos.
Agradezco a mi padre que se ponga a hablar de negocios con mi hermano y yo aprovecho la oportunidad para sentarme en un sillón frente a la chimenea. Cuando vivía con mis padres me encantaba esta parte del salón, era relajante. Todas las noches antes de acostarme me encantaba leer un buen libro acompañada sola por la compañía del fuego. Muchas veces a altas horas de la madrugada aún seguía inmersa en la lectura, hasta que me quedaba profundamente dormida. Mis padres se habían acostumbrado a encontrarme durmiendo en las posiciones más extrañas en ese pequeño sillón.
Cojo el móvil del bolsillo delantero del pantalón y en la pantallita veo un mensaje de Christian.
«¿Podemos hablar esta noche? »
Ignoro el mensaje y después de juguetear con el en las manos, mis dedos se mueven sin ser consciente y me encuentro respondiendo a su mensaje.
«¿Dónde? ¿Cuándo?»
Después de pulsar enviar me arrepiento al momento. ¿Dónde? ¿Cuándo? Madre mía, parece que estoy desesperada por verle, pero una parte de mi sabe que necesito respuestas.
La llegada de su respuesta no se hace esperar y en la pantalla bloqueada del Iphone aparece su mensaje.
« Mi casa. A las 21:00»
Echo un ojo a la hora y este indica que son las 18:45, el tiempo se había pasado volando. No le respondo ya que soy por sentado que sé que iré. Mientras observo las llamas del fuego me pregunto porque querrá verme. ¿Será para disculparse por lo ocurrido el viernes? La verdad es ellos no tenían la culpa, ya que yo no opuse ninguna resistencia para no hacerlo.
Aprieto los muslos instintivamente al recordar a James y Christian besándome, y me doy una bofetada mental por estar pensando en eso. Son los novios de mis dos mejores amigas, y por mucho que doliera nunca podría estar con ellos. A partir de esta noche me olvidaría de todos ellos, solo quería lo mejor para mis amigas.
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Mi Perdición
RomanceCuando lo vi supe que sería mi perdición. Era el hombre que cientos de escritoras describían en sus libros y era mucho mejor de lo que me imaginaba. ¿Sabéis cual es la parte más increíble? Es escritor y acaba de publicar un LIBRO ERÓTICO. ¿Lo peor...