Por el rabillo del ojo no puedo evitar espiar a Christian, sigue hablando por teléfono. Está muy sonriente. ¿Estará hablando con Emily? Es su novia, por supuesto que estará hablando con ella, es la única que le haría sonreír de esa manera tan estúpida. Intento reprimir los celos, pero es imposible. A estas alturas ya estoy perdida por él, y el viaje aún no ha empezado. ¿Por qué mi mejor amiga estará de acuerdo con todo esto? Y ahora que lo pienso no sé si eso será verdad. Christian me lo ha dicho, pero nunca lo he escuchado por parte de ella. ¿Y si Cristian me ha mentido?
Doy otro largo sorbo al café y apoyo la frente en el cristal, necesito contacto frío. Al ponerme nerviosa tengo mucho calor.
Cojo el móvil del bolsillo y busco en la agenda el número de Emily, marco y tras varios intentos no contesta. Vuelvo intentarlo, pero nada. Sigue sin responder. Aunque esto quiere decir que ella no es la que está hablando con Christian. ¿Entonces con quién estará hablando?
"Necesito hablar urgentemente contigo, por favor."
Le envío un mensaje a Emily, rezando porque me responda antes de que salga el vuelo.
Unos minutos después, un pitido me despierta de mi ensoñación.
"Alba no le des más vueltas, acéptalo. Folla sin control esta semana. Te quiero. Besos."
La respuesta de Emily me deja descolocada. Está de acuerdo con todo esto. ¿Por qué deja que Christian y yo nos vayamos una semana a París? No vamos precisamente a jugar a las cartas.¿Es qué está rematadamente loca? ¿Qué folle sin control? Seguro que no le importaría unirse a nosotros. Emily me ha dejado bastante claro que quiere acosarse conmigo.
En mi fuero interno sé que me hubiera gustado que dijera que no estaba de acuerdo, y así hubiera podido escapar de las garras de Christian. Tengo miedo de lo que pueda pasar. Me destrozará al volver; pero esta semana será única e irrepetible, no querría perdérmelo por nada del mundo.
Unas fuertes manos me agarran de la cintura, y sé que es Christian.
—¿Puedes dejar de pensar en si está bien o mal?— Abro los ojos muy sorprendida. ¿Cómo sabe que estaba pensando eso? Teoría alien confirmada. —Emily me ha mandado un mensaje.—Bajo las cejas aliviada, y decepcionada porque mi teoría sea un completo fracaso.
—No me lo pones fácil.—susurro.
—Aún queda bastante para que salga el vuelo. ¿Por qué no vamos al baño a pasárnoslo bien?
Un quemazón instantáneo se instala en mi vientre. Aparto sus manos de mi cintura y me giro encarándolo. Le doy un pequeño empujón. Tenerlo tan cerca nubla mis pensamientos.
—¿Estás loco? — Exclamo un poco demasiado alto por lo cual las personas de nuestro alrededor se nos queda mirando. Christian me agarra por los hombros y nos lleva hasta la columna donde estaba hablando por teléfono minutos atrás.
—Sólo sé que estoy loco por follarte. ¿Tienes algún problema con eso? Desde que te he visto con ese conjunto la tengo la tengo muy dura.
Bajo la vista disimuladamente y veo como se entrevé un bulto en sus vaqueros.
Aparto la vista rápidamente por miedo a que alguien más se de cuenta de donde estoy mirando, y aún peor, que vean en qué estado se encuentra él.
—Christian...—pronuncio su nombre despacio, saboreándolo en la punta de la lengua.
—Alba...—susurra mientras veo como se agarra la creciente erección por encima del pantalón.
—¿Qué coño estás haciendo?—Le agarro la mano, mirando para comprobar que nadie se ha dado cuenta del percance, pero la mirada sorprendida de las chicas de nuestra derecha, me confirma que lo han visto todo y que no les importaría ver más.—Christian,para.— Le suplico con la mirada.
—Si vamos al baño, pararé.—me agarra las mejillas y me besa suavemente los labios.
Me agarro a su cuello y me derrito por dentro. No me puedo resistir a sus encantos.
Me separo de sus labios a regañadientes y acepto su propuesta.
Tras unos minutos dando vueltas, encontramos los baños. Cuando sujeto la manilla de la puerta del baño de las mujeres, Christian me aparta la mano de golpe.
—¿Piensas que si entramos los dos ahí tan sonrientes no se van dar cuenta de lo que vamos ha hacer?
—Christian, necesito... Ya sabes.— no termino la frase, me da vergüenza pronunciarlo delante de él.
—Alba, vamos a follar en el baño.—ruge silenciosamente.
Mis mejillas se tiñen de rojo al instante. Nunca he follado en un baño, y menos en el de un aeropuerto. Nos va a escuchar todo el mundo. Es imposible que entremos los dos en el baño, las mujeres somos muy cotillas y nos damos cuenta rápidamente de estas situaciones. Van a saber que vamos a follar.
—Tus mejillas sonrojadas no servirán para algo. Pon cara de estar enferma, se me ha ocurrido algo.
No me da ni dos segundos para poner mala cara porque en un abrir y cerrar de ojos nos encontramos en el espacioso baño. Rápidamente finjo cara de tristeza y me agarro al brazo de Christian.
Algunos baños se encuentran ocupados,me sorprende el aroma a fresas que inunda la estancia, normalmente estos baños suelen oler horrible. Unas mujeres que se lavan las manos al darse cuanta de nuestra presencia nos observan, bueno, tienen los ojos puestos en el dios que está a mi lado.
—Lo siento señoritas, mi mujer no se encuentra bien, el vuelo le ha revuelto el estómago.
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Mi Perdición
RomanceCuando lo vi supe que sería mi perdición. Era el hombre que cientos de escritoras describían en sus libros y era mucho mejor de lo que me imaginaba. ¿Sabéis cual es la parte más increíble? Es escritor y acaba de publicar un LIBRO ERÓTICO. ¿Lo peor...