Pasos corriendo se escuchan por la casa, pero soy incapaz de moverme. Mis ojos siguen el recorrido de las llamas. Creo escuchar mi nombre a lo lejos. Puede que a lo mejor sean imaginaciones mías.
Unas manos tocan mis mejillas y me aparto completamente aterrorizada. No quiero que nadie me toque.
—Cielo, no pasa nada, estoy aquí. — la suave voz de James inunda mis oídos.
Veo como acerca su mano lentamente de nuevo a mi rostro y yo me alejo.
—No.. q... quiero... — me cuesta un poco hablar, tengo la boca seca. — que... me toques... —susurro muy bajo.
—¿Qué?— exclama James sorprendido.
Intento levantarme pero tengo las piernas entumecidas. Me duele todo el cuerpo.
—Cielo— noto las mano de Christian en mi espalda y chillo con todas mis fuerzas.— ¿Qué le pasa?
Cuanto más me toca más chillo.
—No lo sé. Está como ida. — dice con un tono preocupado.
James me coge en brazos y chillo desconsoladamente, mientras las lágrimas inundan de nuevo mis mejillas. El terror inunda mi cuerpo. Nunca había estado tan asustada en mi vida. Chillo con todas mis fuerzas pidiendo auxilio, pero es como si nadie me escuchara. Sentir sus manos agarrándome es como sentir témpanos de hielo en cada zona que toca.
Enciende una luz y yo parpadeo varias veces hasta que mis ojos dejan de doler. James me posa en el suelo y noto como mis piernas fallan y mi cuerpo se empieza a desvanecer pero sus brazos logran atraparme antes de que impacte contra el suelo. James me sienta sobre el inodoro y yo me agarro a este a ambos lados. Abre los grifos de la enorme bañera y se acerca de nuevo a mi y yo no puedo evitar que el miedo se deja entrever en mi cara.
—Cielo...— susurra en voz baja, incapaz de decir nada más.
—No me llames cielo. — le espeto.
Tiene la mirada perdida, no entiende nada. Seguro que no sabe que he visto que salían armados.
—Necesito quitarte la ropa para que te des un buen baño caliente.— susurra.
Por un instante pienso en negarme, pero no puedo hacerlo yo sola, tengo el cuerpo demasiado entumecido. Asiento débilmente con la cabeza y en el momento que sus manos tocan mi cuerpo de mi boca sale un sonoro quejido. Su rostro se descompone al verme sufrir por sus caricias y yo cierro los ojos. No soporto ver su mirada.
Cuando estoy completamente desnuda delante de él noto como la vergüenza ha desaparecido. Sólo noto miedo al tenerle cerca. Es como si este no fuera mi cuerpo. No me reconozco.
Me ayuda meterme en la bañera y un calor empieza a recubrir mi miedo. Me siento despacio con su ayuda y noto como poco a poco los músculos de todo mi cuerpo se van destentando, hasta que soy capaz de mover de nuevo las piernas.
Por el rabillo del ojo veo como James se empieza a desnudar y yo me quedo atónita. ¿Qué se piensa que está haciendo? Cuando se quita el bóxer aparto la mirada. Nunca había visto su cuerpo desnudo con tanta claridad como la que proporcionaba la luz de este baño.
Se mete en la bañera lentamente y se sienta en el otro extremo de esta. En cuanto noto como sus pies tocan los míos me hago un ovillo. No quiero que me toque.
—¿Qué ha pasado?— dice susurrando. Su mirada está perdida intentado entender mi actitud.
Dudo si decirle la verdad o no. ¿Me hará daño si descubro su secreto?
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Mi Perdición
RomanceCuando lo vi supe que sería mi perdición. Era el hombre que cientos de escritoras describían en sus libros y era mucho mejor de lo que me imaginaba. ¿Sabéis cual es la parte más increíble? Es escritor y acaba de publicar un LIBRO ERÓTICO. ¿Lo peor...