Capítulo 11 (parte 6)

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Miro hacia el suelo avergonzada y noto como el calor en mis mejillas sigue presente entre nosotros. Vuelve a dirigir su polla a mis labios y esta vez no me hago de rogar. Saco mi lengua y lamo la punta lentamente, como si se tratase de un delicioso helado. Aunque siendo honesta sus pollas saben mejor que cualquier cosa que halla podido probar. Meto la punta de su enorme polla en mi boca y jugueteo con ella paseando mi lengua al mismo tiempo.

Christian vuelven a hacer una coleta con mi pelo y empieza a follarme la boca lentamente disfrutando de la humedad que mi boca le proporciona. Contemplo su perfecto rostro con la mandíbula apretada soportando el placer que le doy.

James deja de torturarme y me baja el tanga despacio hasta que este desaparece a espaldas de Christian.No saber que va a hacer me pone nerviosa. Su aliento caliente se posa en mi coño y mi cuerpo se estremece. Mis pezones se yerguen a le espera y sin que me digan nada me quito el sujetador de encaje en segundos. Mis pechos por fin respiran libres.

—Tu coño es una jodida cascada. Tus jugos se deslizan deliciosamente por tus piernas. Nunca había visto algo tan maravilloso.— susurra cerca de mi coño y sus palabras van directas a mi botón mágico. Ese botón que ruega por ser atendido.

Christian arremete una última estocada en mi garganta y sale de mi boca. Un hilo de saliva se escapa de mi boca y él lo recoge con su mano y lo esparce por su polla.

—Cielo, tu saliva decora de maravilla mi polla.—acaricia mi pelo suavemente y yo le devuelvo una sonrisa.

Tiende sus manos en mi dirección y yo las agarro gustosamente. Me ayuda a levantarme y una vez que estoy de pie soy consciente de la fiesta que hay ahora mismo entre mis piernas. Estas están completamente mojadas.

Christian pega mi espalda contra su pecho y me da un tierno beso en el hombro. Su mano derecha avanza lentamente hacia mi coño y yo me agarro a su antebrazo. Agarra mi coño con fuerza y un estrepitoso gemido se abre camino a través de mi garganta.

—¿Quieres probarte, cariño?— susurra cerca de mi oído.

—Si.— exclamo ferviente. Ahora mismo estoy cegada por el placer. No puedo pensar con claridad absoluta.

Sube su mano por mi cuerpo dejando el rastro de mis jugos calientes por el camino hasta que su mano se posa sobre mis labios. Introduce cuatro dedos dentro de mi boca y los chupo con desesperación.

Retira los dedos de mi boca y yo gimo, queriendo más. Me da un azote en el culo y un alarido se escapa de mi boca. Un escozor empieza a hacerse presente en mi nalga derecha.

James se acerca hasta nosotros con sus ojos completamente oscurecidos por el placer. Aprieta sus puños a ambos costados y yo me acerco hacia él. Paso mi mano por sus abdominales, sintiendo como su respiración se acelera al sentir mi contacto. Subo delicadamente mi mano hasta tocar su mejilla cubierta por una barba de tres días. Baja su cabeza hasta que nuestras narices se tocan. Me lanzo desesperada a devorar sus labios. Son como una droga para mi. Nuestras lenguas se enzarzan en una guerra en la que el objetivo principal es dar placer.

Agarra mi culo y me sube hasta su regazo. Me agarro a su cuello sin separar ni un segundo nuestros labios. Soy adicta a su sabor. Con su mano derecha acaricia lentamente mis nalgas y un dedo suyo juega en la raja de mi culo. Introduce lentamente su dedo corazón en mi ano y de pronto una sensación extraña nace en mi cuerpo. Me separo de sus labios y respiro con dificultad.

—¿Te gusta?— susurra sobre mis labios.— ¿Sientes como mi dedo entra y sale de ti?

—Necesito más.— exclamo desesperada mordiendo su labio inferior.

Mi PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora