Paso mi mano derecha por mis labios y me mojo los dedos con saliva. Llevo la mano hacia mi coño y me abro los labios para que pueda ver mejor como los jugos salen de mi. Me introduzco dos dedos de golpe dentro de mi sintiendo como resbalan. James no aparta la mirada de esa zona y veo como su mandíbula se aprieta con fuerza. Introduzco un tercer dedo dentro y gimo sintiendo como el calor de mi coño envuelve cada centímetro de mi excitado cuerpo.
—¿Sabes lo que es el fisting, Alba? Como sigas tentándome de esa cruel manera, en un rato sabrás lo que es tener una jodida mano dentro de tu coño. Y créeme, la primera vez no es nada delicada.— exclama furioso.
Sigo introduciendo los dedos dentro de mi y en el momento que él se levanta furioso saco los dedos dentro de mi asustada. Quiero hacerlo, de eso no hay duda. Pero no estoy preparada para ello ahora mismo. Sé perfectamente que James no amenaza en vano y que no hubiera dejado pasar esta ocasión si hubiera incumplido su orden.
Me muerdo los labios nerviosa y rápidamente cierro mis piernas bajando de nuevo la camiseta a su sitio. James me sonríe graciosamente y se acerca hasta agarrar mis mejillas.
—Me gusta mandar cielo, pero no puedo evitar que se me ponga dura cuando haces algo que me enfada de sobremanera. Eres peligrosa, cariño. Y ahora necesito llevarte fuera de esta habitación para poder comerte ese dulce coño.— sentencia rugiendo ferozmente como si de alguna fiera enjaulada se tratase.
Me agarro a sus hombros y me sube a su regazo besándome mientras me acaricia lentamente el culo. Cierro los ojos saboreando sus labios y suelto un gemido cuando me da un fuerte cachete en el culo. Siento como camina por la casa, pero soy incapaz de abrir los ojos.
Me tira sobre una cama y abro los ojos sonriéndole. Una pequeña luz ilumina la habitación y pone su dedo índice sobre los labios pidiéndome silencio. ¿En dónde estamos? Giro mi rostro hacia la izquierda y veo a Christian durmiendo plácidamente boca arriba con un bóxer gris de Calvin Klein. Le lanzo una mirada confusa a James y este se tumba encima de mi sonriéndome.
—¿No te da morbo que te coma el coño mientras él duerme? —susurra en mi oído y yo reprimo un gemido al sentir como aprieta su polla contra mi necesitado coño.— Más te vale gemir en bajito si no quieres que don gruñón se despierte y te castigue.— exclama mordiéndome el lóbulo de la oreja y yo me dejo llevar y gimo.
Rápidamente dirijo mi rostro hacia Christian y suspiro tranquilamente al ver como este sigue durmiendo sin haberse inmutado de mi ruidito. James desliza bajo mi atenta mirada la camiseta y la tira en el suelo. Me da un beso húmedo sobre la mejilla y baja lentamente hasta perderse entre mis piernas. Me abre las piernas de par en par y me preparo para lo que se aproxima. Estoy jodida. Es imposible que no gima.
Los ojos azules grisáceos de James me observan atentamente y me da un lametazo sobre el coño y yo cierro los ojos soltando un fuerte suspiro. Pasea su lengua por mi clítoris y un fuerte gemido sale de mis labios. James me proporciona un fuerte placer en el coño y me muerdo los labios conteniendo un gemido.
—Estate calladita.— ruge sobre mi coño y siento como su aliento caliente impacta sobre mi coño.
Joder. Para él todo es muy sencillo. Vuelve a pasear su lengua a lo largo de mi coño y escupe saliva sobre el.
—Umm.— gimo en bajito y agarro las sábanas con fuerza cuando su boca empieza a devorar mi coño sin compasión.
Al mismo tiempo introduce de golpe tres dedos dentro de mi y yo me muerdo el dedo índice tratando de contener los gemidos. Giro mi rostro hacia Christian y este por suerte sigue dormido. James retuerce los dedos dentro de mi, mientras su lengua castiga implacablemente mi clítoris. Sus dedos salen dentro y fuera de mi. El ruido de sus dedos dentro de mi me vuelve loca.
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Mi Perdición
RomanceCuando lo vi supe que sería mi perdición. Era el hombre que cientos de escritoras describían en sus libros y era mucho mejor de lo que me imaginaba. ¿Sabéis cual es la parte más increíble? Es escritor y acaba de publicar un LIBRO ERÓTICO. ¿Lo peor...