Capítulo 11 (parte 7)

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Y así sin mas los dos empiezan a mover frenéticamente sus dedos. Christian mueve su dedo índice con una rapidez sobrehumana sobre mi clítoris. Mi respiración cada vez se acelera más y más. James mueve sus dedos en círculos, pero sin introducirlos por completo.

—¿Qué..?— No soy capaz de continuar la pregunta. Casi no puedo respirar por el placer. ¿Por qué tengo unas ganas tan inmensas de orinar? Contraigo mis muslos asustada. Nunca había sentido algo así.

—Déjate llevar.— susurra James mirándome directamente a los ojos.

Y así lo hago, me relajo y me dejo llevar por las sensaciones que se agolpan en mi vientre. Y entonces ocurre. Una sensación empieza a aparecer en mi interior. Empiezo a eyacular sin control sobre el vientre de James. Chillo de placer y me apoyo en el hombro de Christian. Ellos siguen tocándome sin darme tregua. Creo desfallecer entre sus fornidos brazos, pero sé que sería la muerte perfecta. Poco a poco sus dedos dejan de provocar tanta fricción y un último chorro sale de dentro de mi.

Una capa de sudor cubre mi cuerpo y me recuesto contra el cuerpo de Christian.

—Eso ha sido maravilloso, preciosa. —susurra James dándome un pequeño beso en los labios.— Ahora vamos a hacerte.. el amor.— Por su tono de voz noto que le cuesta pronunciar esas palabras.

Quiere hacerme el amor.

Los dos me ayudan a mantenerme en pie. Mis piernas siguen temblando después de ese espléndido squirt. James se dirige hacia los envoltorios plateados, pero agarro su brazo y le detengo. Me mira confuso, sin entender.

—Me pongo inyecciones anticonceptivas. No os tenéis que preocupar por nada.— digo suavemente para tranquilizarles. —Sólo quiero sentiros sin barreras de por medio.— una tímida sonrisa se asoma entre mis labios.

Christian me abraza desde atrás y yo me agarro a sus fuertes brazos. James se sienta en la alfombra y nos sonríe. Nunca le había visto tan feliz. Esto es lo que ambos queremos.

Christian me libera de sus brazos y yo camino atraída hacia James. Bajo lentamente hasta que nuestros labios se rozan y él agarra mi cara besándome delicadamente. Nos tomamos nuestro tiempo, no hay prisa. Ya podría estar el mundo desmoronándose fuera que a nosotros nos daría igual.

Lentamente me coloca sobre su regazo y gimo cuando su polla toca mi clítoris. Me agarro a sus hombros y restriego mi coño por todo el esplendor de su glorioso falo. Adoro ver como mis fluidos le recubren su parte mas íntima. Me agarra por las caderas levantándome y yo sujeto su polla y la dirijo hacia mi entrada. Me cuesta esfuerzo, pero bajo despacio hasta que toda su carne está en mi interior. Los dos gemimos y nos quedamos quietos, mirándonos a los ojos. Agarra mis manos y las coloca alrededor de su cuello, haciendo que nuestros pechos hagan contacto.

Besa mi cuello y unas pequeñas risitas mimosas se escapan de mis labios.

Una mano acaricia mis nalgas y me pongo tensa en los brazos de James. Tiemblo ligeramente. Nunca he estado con dos hombres al mismo tiempo.

—Cielo, mírame. —los ojos de James me reclaman con una tierna sonrisa en sus labios.—Todo va a estar bien. Con nosotros siempre estarás protegida. Te...— de repente se queda callado y se aclara la garganta.— Te haremos el amor. Las llamas y la luna serán los únicos testigos de nuestros gemidos.

Le miro perpleja y una pequeña lagrima de felicidad se escapa de mis ojos. Besa mi lagrima con mimo y me vuelvo a agarrar a su cuello, pero esta vez le miro a los ojos y no escondo mi cara. Confío en ellos.

Mi PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora