Capítulo 23.

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“¿Estás celosa de Megan?”

 
Andrea Lowell.

 
Las clases de ese lunes cada vez se me hacían más eternas y sobre todo porque lo único que quería era contarle a Katina sobre el beso con Luke, pero ella estaba ocupada terminando un trabajo así que la dejé tranquila en el primer y en el segundo descanso.

Seguí escuchando al profesor de biología dar la clase, mientras me dedicaba a subrayar el libro que tenía encima de la mesa. Retorcía el lápiz entre mis dedos y levanté la cabeza, él continuaba explicando como funcionaban las mutaciones.

Cinco minutos antes de que el timbre sonase, me levanté y metí el libro a la mochila, le escribí un mensaje a Katina avisando que debíamos hablar de un tema urgente.

Al salir de la clase la busqué con la mirada por los pasillos, pero no la encontré así que comencé a caminar en dirección a la sala donde sabía que tenía clases. Apoyé la espalda en la pared casi en frente de la sala y esperé a que saliera. Un par de minutos después la vi aparecer y levanté una mano para que se diera cuenta que estaba ahí, me sonrió antes de llegar hasta donde yo estaba.

—No vas a creer lo que pasó. —Fue lo primero que dije cuando estuvo en frente y Katina frunció el ceño al no entender.

— ¿Qué cosa? —Preguntó preocupada— ¿Tú papá te hizo algo?

—No, tranquila. —Hice una mueca algo extraña, ladeando la cabeza.

—¿Entonces?

Me quedé unos segundos en silencio para ver como ella comenzaba a desesperarse. Y justo cuando iba a regañarme, hablé.

—Besé a Luke.

— ¿Estás bromeando? —Cuestionó mirándome muy sorprendida y apreté los labios intentando ocultar la sonrisa que luchaba por aparecer en mi cara— ¿Y qué esperas para contarme cómo fue?

Empecé a contarle todo con detalles, Katina me escuchaba atenta y cuando llegué a la parte del beso gritó causando que varios compañeros que pasaban por ahí nos miraran como si estuviéramos locas.

—Por fin dieron el paso, creí que iban a continuar dándose miraditas idiotas sin hacer nada. —Comentó ella encogiéndose de hombros— Supongo que vas a hablar con él sobre eso.

— ¡No! —Negué con el ceño fruncido— Yo creo que ni siquiera lo recuerda, estábamos ebrios y recordárselo sería como darle importancia y no quiero eso ya que fue solo un simple beso.

—Ay por favor. —Exclamó rodando los ojos y dándome una mirada acusadora— Eso no te lo crees ni tú, Luke no es cualquier chico con el que te hayas enrollado antes y no creo que él sea de estos idiotas a los que les gusta jugar con las chicas, además se verían muy lindos juntos.

Tenía razón, Luke no era cualquier chico. Él era amable, simpático y a pesar de que la había cagado un par de veces, siempre buscaba la forma de solucionar las cosas, pero eso no quitaba el hecho de que a él le gustaba muchísimo Megan.

—Sí, tienes razón, pero prefiero no hablar con él de lo que pasó. —Me encogí de hombros con una mueca— Quizás si lo hago, él lo niegue porque se dio cuenta que fue una estupidez de dos amigos borrachos y yo quedaré como la idiota ilusa que se emociona por un beso sin importancia.

—No creo que Luke sea tan estúpido como para negar eso. Andrea... Yo creo que si lo que siente por Megan es tan real, no te hubiese correspondido el beso. —Respondió sin dejar de mirarme, me reí internamente y alcé una ceja esperando a que ella continuara— Quizás estaba confundido con lo que sentía por ella y con el beso, le quedó todo más claro, a veces pasa eso.

No puedes salvarme.®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora