Capítulo 13.

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“Sin peros”



Andrea Lowell.

Caminé hacia el instituto, llegué unos minutos antes y me dirigí hacia mi casillero mientras sentía la mirada de algunas personas sobre mi, escuchaba murmullos sobre lo que había pasado con Megan porque seguramente inventó una fantástica historia dejándome como la peor persona del mundo.

—Se le solicita a la señorita Andrea Lowell acudir a la oficina de la directora de inmediato, por favor. —Se escuchó por los altavoces y rodé los ojos ajustándome bien la mochila en la espalda, comencé a caminar por los pasillos con la cabeza en alto aunque las miradas de los alumnos comenzaban a asfixiarme y me daban ganas de golpearlos a todos por metiches.

Respiré hondo antes de abrir la puerta, la oficina no era muy grande, tenía un escritorio amplio y dos sillas de color negro, en el suelo había una alfombra de color rojo bastante desteñido, al lado tenía un cesto metálico lleno de papeles. Dirigí mi vista a la mujer de unos cincuenta y tantos que se encontraba al otro lado del escritorio, su cabello era de color rojizo rizado, estaba escribiendo algo en una hoja por lo que tuve que carraspear un poco para obtener su atención.

—Oh, ya estás aquí, no pensé que vendrías tan rápido. Toma asiento Andrea. —Pidió señalando el asiento derecho que estaba frente a ella, cerré la puerta a mi espalda y me ubiqué en el lugar después de dejar mi mochila en el suelo— Supe que tuviste una pelea con la señorita Megan Hadid y le avisamos a tu padre, ¿te lo dijo?

"Sí, lo hizo y de una forma muy particular". Pensé en decirle, pero solo me limité a asentir con la cabeza.

—Según unos testigos usted fue la primera en agredir a su compañera, ¿es verdad?

—En teoría sí, pero...

—Cómo usted bien sabe en nuestro instituto no toleramos la violencia, por eso me veo en la obligación de castigarla. —Informó y la miré sorprendida, ¿me iba a castigar a mí y no a Megan?— Tendrá que quedarse ordenando la biblioteca hasta el viernes al terminar las clases y no quiero escuchar ningún pero.

—Pero...

—Dije que sin peros. Usted comenzó la pelea así que debe aceptar las consecuencias por actuar de esa forma. —Me explicó mientras se cruzaba de piernas y apreté la mandíbula molesta por lo injusto que era todo eso— Puede retirarse, que tenga un buen día señorita Lowell.

—Bien, cumpliré con el estúpido castigo, pero tenga clara una cosa. No me arrepiento ni un poco de lo que hice, ella se lo merecía.

Ni siquiera esperé su respuesta y solo tomé mi mochila para salir lo más rápido que pude de ahí. La culpa había sido de Megan, ella debía estar castigada también. Llegué a mi casillero y cambié mis cuadernos, luego comencé a andar hacia mi clase, lo bueno era que me tocaba historia con Katina.

Entré en el aula donde el profesor ya se encontraba sentado, caminé hasta el sitio que estaba junto a la mesa de Katina y me senté.

—Adivina a quién castigaron. —Murmuré abriendo mi mochila para sacar mi cuaderno y estuche.

—¿A ti? —Preguntó girando la cabeza para darme toda su atención, asentí y ella rodó los ojos— Deberían castigarla a ella también, pero como es sobrina de la directora eso no pasará, es muy injusto, ¿cuál es el castigo?

—Ordenar la biblioteca hasta el viernes. —Contesté y Katina hizo un gesto con la mano restándole importancia porque solo eran dos días ya que hoy era jueves— Pensé que sería algo peor como limpiar los vestuarios de hombre.

—Uy sí, eso debe ser asqueroso. —Arrugó la nariz mostrando su desagrado y luego me miró con una sonrisa— Ya no podré enrollarme con cualquier chico...

—¿Y eso porque? —Pregunté confundida, ella soltó una risa tonta. Había un chico.

—Porque estoy saliendo con Logan. —Respondió emocionada y yo abrí mucho los ojos. Mi plan había funcionado y lo mejor de todo era que mi mejor amiga estaba muy feliz.

—¡Señoritas, si no les interesa mi clase las invito a abandonarla! —El profesor alzó la voz causando que nosotras dirigiéramos nuestra mirada a él de inmediato, no estaba para nada contento con nuestra conversación.

—En ese caso... —Katina empujó su silla con los pies hacia atrás dispuesta a levantarse y le di un golpe en el brazo.

—Lo sentimos, profesor. —Me disculpé por ambas y él se giró para seguir escribiendo en la pizarra. Miré la adorable cara de enfado que me estaba dedicando mi mejor amiga por no dejarla irse y lo siguiente que hizo fue mostrarme su dedo corazón, luego se giró para estar "atenta" a la clase.

[...]

Cuando el segundo descanso terminó caminé por los pasillos para ir a mi clase. Escuché que mi teléfono sonó así que lo saqué de mi bolsillo con una mano ya que con la otra llevaba mi cuaderno y un libro cuando una mano me golpeo el brazo haciendo que todas mis cosas se cayeran. Sabía que había sido ella. Las observé unos segundos mientras intentaba calmarme porque la pantalla de mi teléfono se había roto y no comenzaba a golpearla otra vez, luego me agaché a recogerlos levantando la vista hacia Megan, que me miraba con una sonrisa triunfante en el rostro mientras me ponía de pie.

—¿Qué quieres ahora, Megan?

—¿Ya te dijeron tu castigo, Andrea? —Cuestionó riendo un poco y apreté la mandíbula, no entendía cómo una persona podía ser tan desagradable en cuestión de segundos— Creo que te quedó claro que no debes meterte conmigo.

—Sí, lo que tú digas. —Murmuré intentando pasar por su lado para largarme de ahí.

—¿Sabes? Luke me creyó a mí, dijo que no podía creer lo que habías hecho, que parecías un animal con rabia o algo así. —Confesó y pensar en él diciendo esas cosas me dio asco.

—Bien, si me disculpas me voy a clases. —Finalicé y caminé lo más rápido que pude para llegar justo a tiempo a la clase que para mi mala suerte, era la que compartía con Luke. Literatura.

Entré detrás de un grupo de chicas antes de que la profesora llegase, tomé asiento en la primera fila, dejé mi cuaderno y el libro en la mesa, estaba dispuesta a ponerle atención a la clase cuando escuché que movían la silla que estaba en el puesto del lado derecho, ni siquiera tuve que mirar para saber que era él, entonces la profesora entró al aula.

—¿Te cuesta mucho responder un mensaje? —Acusó en un susurro mientras se acercaba a mí. Me sentí un poco culpable porque sí había visto los mensajes que me había mandado, decían cosas como "Necesito que hablemos Andrea, lo siento." "Ya sé todo lo que pasó.", pero debía entender que después de la discusión con mi padre no tenía animo para nada, aunque obviamente eso no se lo contaría. Le miré con indiferencia, él no era el único con un carácter fácilmente irritable— ¿Andrea? Oh vamos por favor...

—¿Puedes dejarme en paz? —Pregunté dirigiendo mi vista a la profesora que estaba escribiendo el objetivo de la clase en la pizarra.

—Claro que no, debemos hablar. —Insistió y rodé los ojos, lo que menos quería era volver a escucharlo defender a Megan.

—¿Quieres callarte?

—No, no quiero. —Contestó decidido y la profesora se dio la vuelta para vernos. Mierda.

—Señor Harwood y señorita Lowell, salgan de mi clase. —Ordenó ella apuntando la puerta. ¿Todos los profesores hoy querían echarme de sus clases o qué?

—Disculpe, no volverá a pasar. —Aclaré, pero la profesora Clarissa negó con la cabeza.

—No lo repetiré, retírense ahora.

Luke tomó su mochila y salió del aula, guardé mis cosas malhumorada y me colgué la mochila al hombro saliendo de ahí al igual que él.

—Ahora sí podremos hablar ¿no crees? —Murmuró con diversión a penas me vio mientras apoyaba su ancha espalda en la pared y cerré los ojos conteniendo mi enfado.

—No tengo nada que hablar contigo. —Afirmé cuando volví a abrir los ojos, él sonrió de lado al parecer le divertía verme enfadada.

—Vamos, dilo. —Me alentó a decir algo que ni siquiera yo sabía lo qué era cruzándose brazos— Insúltala o insúltame a mí, lanza toda la mierda que quieres decir, parece que estás a punto de explotar.

—Déjame en paz Luke, ya lograste lo que querías, te acercaste más a Megan, ahora vete con ella porque a ella le crees todo y no creo que quieras estar con una desquiciada que parece un animal con rabia, ¿no es así? —Murmuré dirigiendo mis ojos a los suyos, quería ver su expresión, que se diera cuenta que me había dolido que se refiriese así de mí.

—¿Animal con rabia? —Preguntó Luke confundido aunque me fije en que estaba intentando ocultar una sonrisa para burlarse.

—Eso fue lo que le dijiste a Megan. —Expliqué y él negó con la cabeza mientras avanzaba hasta mí.

—Eso es mentira, no hablé sobre ti con ella Andrea, lo siento mucho por lo que te dije, estaba enojado y no pienso lo que digo...

Mientras mi mente no dejaba de crear más motivos por lo que debería estar enfadada con él su mano envolvió mi muñeca y me atrajo un poco a su cuerpo, me estaba ahogando la cercanía que teníamos, entonces cuando Luke pretendía dar otro paso mi cerebro le mandó la orden a mi pierna derecha de estamparse contra su entrepierna haciendo que soltase un quejido por el dolor.

—Vete a la mierda Luke y reserva tus palabras bonitas para Megan. —Pronuncié con rabia y comencé a caminar a paso rápido hasta el baño de damas por si se le ocurría seguirme. Respiré hondo una vez que conseguí tranquilizarme, no iba a permitirle hacer conmigo lo que le diese la gana. Yo no funcionaba así.

Después de un rato salí del baño con intenciones de ir al patio para fumar, pero entonces vi a Logan guardar unas carpetas en su casillero y recordé que por su culpa ahora debía compartir a mi mejor amiga así que caminé hasta él.

—Hola guapo. —Saludé cuando estuve en frente y él se giró para verme con una sonrisa en el rostro.

—Hola guapa. —Contestó dándome un beso en la mejilla antes de cerrar su casillero.

—Así que estás con Katina. —Dije sin rodeos y él me miró preocupado. Apreté los labios para evitar reírme de su cara porque seguramente pensaba que iba a oponerme a que estuvieran juntos— Tranquilo Logan, no voy a matarte, solo diré que Katina es como mi hermana de otra madre y siempre voy a preocuparme por ella.

Estaba muy feliz porque estaban juntos ya que al fin y al cabo había sido mi idea que se conocieran, pero de todas formas quería asustarlo un poco para que supiera que a pesar de que él también era mi amigo, no quería que Katina sufriera.

—Lo sé y no debes preocuparte, te aseguro que voy a cuidarla e intentaré ser un muy buen novio porque ella se merece eso.

—Se merece mucho más que un buen novio. —Aclaré con el rostro totalmente serio. De verdad debía plantearme la idea de estudiar actuación y no derecho— Es un poco raro que estén juntos porque pensé que los tres seríamos solamente amigos así que por eso no estoy muy de acuerdo con que sean novios, pero me importa más que Katina esté feliz.

—No te preocupes Andrea, terminaras por acostumbrarte a vernos besuquearnos en frente de ti. —Bromeo y no pude evitar reírme un poco, luego vi que se colgaba la mochila en la espalda.

—Que asco. —Hice una mueca con los labios y luego fingí una arcada, él me mostró su dedo del medio

—Nos vemos después, ¿Bueno? —Se acercó para dejar un pequeño beso en mi frente, asentí con la cabeza y luego él se marchó.

[...]

Llegué a mi casa después de haberme pasado más de dos horas ordenando la biblioteca donde los alumnos dejaban los libros en cualquier parte. Al entrar me dirigí a la cocina para comer algo, Lisa estaba ahí con unos papeles que, supuse, serían de pacientes y esas cosas mientras se tomaba un café, mi padre aún no llegaba del trabajo porque tenía una reunión. Abrí el refrigerador, saqué una caja de jugo y me preparé un pan con mermelada, giré sobre mis talones para salir de la cocina e ir a mi habitación con mi cena de hoy.

Dejé las cosas en el escritorio mientras encendía la televisión y cenaba tranquila viendo una película.

No puedes salvarme.®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora