Capítulo 19.

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“Confesiones inesperadas.”

Andrea Lowell.

Estaba guardando mis libros cuando sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, fruncí el ceño extrañada y al cerrar el casillero me topé con Luke mirándome fijamente.

—¿Qué tanto me miras? —pregunté exaltada al notar que no tenía intenciones de hablar.

—Eres divertida de observar, Andrea. —comentó despreocupado, como si eso fuera lo más normal del mundo. Quería atacarlo, pero al ver sus ojitos azules fue simplemente imposible.

Gruñí por lo bajo y me recargué contra mi casillero para luego mirarlo fijamente. Luke carraspeo incomodo y se enderezó de inmediato, apartando sus ojos de mí.

—Eres malvada cuando te lo propones. —admitió a lo que asentí reafirmándolo.

—Tú eres idiota la mayor parte del tiempo. —contraataqué divertida. Él rio sabiendo que era cierto—. ¿Ya puedo irme o quieres seguir mirándome? —cuestioné burlesca, él hizo una mueca.

—La verdad es que yo quería decirte que… —. El sonido de un móvil lo interrumpió, se pasó la mochila al frente y rebuscó entre sus bolsillos, pero justo cuando lo estaba sacando la llamada se cortó. Revisó quien era y, por lo visto, no estaba feliz con lo que vio.

—¿Acaso es tu futura noviecita? —pregunté con un fingiendo desinterés, aunque no pude evitar usar un tono de desagrado.

—Es mi hermano. —dijo algo molesto rascando su barbilla donde se podía apreciar un poco de barba rubia recién creciendo.

—Devuélvele la llamada, tal vez le pasó algo. —dije preocupada, por un instante rememoré cuando Dylan me llamaba angustiado, la mayoría de las veces era porque había ocasionado un desastre.

Luke estaba dispuesto a ignorarme, así que le quité el móvil y le marqué al tal Michael. Dejé el altavoz para que el rubio pudiera escuchar. Al tercer tono descolgaron.

—¿Estás con Andrea? —La pregunta se escuchó desde el móvil y en todo el pasillo, levanté la vista extrañada y me sorprendí de ver a Mike a unos metros de nosotros, sostenía su móvil y con la otra mano su mochila.

—¿Mike? —pregunté incrédula frunciendo el ceño.

—¿Andrea? —preguntó él con la misma impresión. Caminó hacia nosotros y Luke me quitó el móvil para después guardarlo rápidamente.

—Espera, espera. ¿Entonces Mike es tu hermanastro? —le pregunté a Luke, pero antes de darle tiempo a contestar, me giré hacia Mike que estaba a su lado—. ¿Y Luke es tu hermanastro? —Ambos asintieron.

—¿En serio Andrea? —cuestionó el rubio levantando una ceja—. ¿No te pareció raro que él contestara el teléfono? —agregó fingiendo estar incrédulo y lo miré con los ojos entrecerrados porque tenía razón.

—Bien, mi pregunta fue idiota, pero en mi defensa en esta ciudad hay muchas personas con el mismo nombre ¿cómo iba a saber que el Mike que conocí en un bar sería tu hermanastro? Y por si fuera súper normal, impidió que me ligara a un chico.

—Pero lo compensé invitándote un trago —dijo Mike a modo de defensa, fue entonces que vio algo sobre mi hombro y miró a Luke—. Creo que te están esperando.

Giré para ver de quien se trataba, Megan estaba de brazos cruzados jugando con su cabello. Levantó su mano a modo de saludo hacia el rubio.

—Si, tienes razón —admitió. Avanzó unos pasos, pero retrocedió y apegó sus labios contra mi oreja para luego susurrar—: Lo que quería decirte, era que no hicieras planes para mañana porque vamos a salir juntos.

No puedes salvarme.®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora