Capítulo 41.

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Hacer lo correcto.”
 

Andrea.
 
Cuando salí del examen de química lo único que quería era orinar, ya que cuando estaba nerviosa mi vejiga se volvía una verdadera molestia porque me daban ganas de ir al baño cada cinco minutos. Entre en el baño de mujeres y fui al primer cubículo que encontré disponible para hacer mis necesidades.
 
Me lave las manos mientras escuchaba a unas chicas hablar sobre influencers de Instagram. De pronto la puerta se abrió y me fije en que era Katina. Nos sonreímos y después salí, pero la esperé fuera, cuando apareció lo primero que hice fue tomarle el brazo y llevarla a una sala sin nadie. Necesitaba contarle a alguien lo de Megan y Ander porque no tenía idea de qué era lo que se supone debería hacer en una situación así.
 
—¿Qué te pasa? ¿estás bien? —Preguntó preocupada acercándose a mí.
 
—No, me siento terrible porque descubrí algo que le va a hacer daño a Luke. —Murmuré mordiendo mi labio, mi mejor amiga frunció el ceño mirándome confundida así que continué hablando— Megan está siéndole infiel.
 
—¿Qué? ¿estás segura?
 
Asentí con la cabeza y luego me pasé las manos por el pelo, no podía quitarme de la cabeza la imagen de ellos teniendo sexo y el descaro de Megan por hacer algo así.
 
—La vi teniendo sexo con Ander en la fiesta del amigo de Michael. —Expliqué respirando hondo porque no quería ni imaginarme lo mal que se iba a sentir Luke cuando ella se lo dijera, como se supone debería hacer, pero tratándose de Megan, lo dudaba— ¿Sabes si ellos terminaron? Quizás estuvo con él para olvidar a Luke y solo son suposiciones mías decir que lo está engañando.
 
—Mierda. No, no han terminado, hace un rato la vi besándose con Luke fuera de la sala de música.
 
Solté una risa irónica mientras negaba, Megan no conocía la palabra “vergüenza” ni “respeto” ni “responsabilidad afectiva”. Quizás podrían decir lo mismo de Luke por haberme besado estando en una relación, pero creo que entre un beso y tener sexo hay bastante diferencia.
 
—¿Debería decirle a Luke lo que vi? Porque si me pasara algo así, me gustaría que me lo contara. —Dije pasando todo mi peso a una de mis piernas.
 
—No lo sé Andrea, pero puede pasar que de nuevo no te crea, pero se enoje contigo, deje de hablarte y todo eso. Además, quedarías como la ridícula que está inventando cosas de su novia.
 
Era cierto, si ya lo había hecho cuando Megan era solo la chica que le gustaba, ahora que era su novia con mayor razón podía defenderla además de que sabía que no nos llevábamos bien. Mierda.
 
—Igual no creo que su mentira le dure mucho y tranquila, a veces las mejores decisiones son las más difíciles de tomar. —Agregó y no estaba segura de creerle porque, siendo sincera se me daba fatal tomar buenas decisiones.
 
Cerré los ojos por un momento para poder pensar en qué sería lo mejor que podía hacer, cuando ya había tomado una decisión escuche que la puerta se abrió así que mire quien venia y oh sorpresa, era Megan.
 
La miré con desprecio, mi corazón latió con fuerza cuando me acerqué a ella. Quería gritarle, decirle unas cuantas verdades, pero debía controlarme porque no le iba a decir nada a Luke y aquello me consumía por dentro. ¿Por qué hacer lo correcto debe doler tanto? Siempre me lo he preguntado y jamás he logrado encontrar la respuesta.
 
Megan me devolvió la misma mirada, pero puse todo mi esfuerzo en ignorarla y cuando estaba dispuesta a salir de aquella sala, siseo con amargura:
 
—Desnutrida.
 
Me giré casi en shock, mi cerebro no dejaba de repetir lo que había salido de aquellos labios llenos de veneno en todos los sentidos. No podía creerlo.
 
—¿Qué has dicho?
 
—Desnutrida, cariño, no es de mala pero así no conquistarás a nadie. —Torció el gesto y se llevó una mano al pecho fingiendo compasión hacia mí.
 
Me dolió, pero no tanto como lo que le había hecho a Luke. Recordé lo que decía Dylan: “Lo que daña de verdad es que alguien se meta con la familia, o con cualquier persona que ocupe un espacio dentro de tu corazón.” Él tenía razón.
 
—Si, lo soy. Y ya que esto parece una terapia de personas con problemas por qué no nos hablas de cómo te frustras porque ya no te queda la ropa que usabas cuando tenías quince.
 
Sabía eso porque su hermano me lo contó una vez cuando salíamos, Megan tenía problemas con su peso y sé que esos temas son delicados, pero ella empezó, mi plan era ignorarla e irme.
 
—Esa edad tenías cuando mataste a tu hermanastro, ¿verdad? —Preguntó con fingido interés. Era detestable.
 
 Di un paso adelante con todas las intenciones de hacerla añicos, pero Katina fue más veloz y se adelantó a mis pensamientos. Me sostuvo con fuerza de los hombros y luego me obligó a salir susurrando palabras para tranquilizarme.
 
Cuando se aseguró de que estábamos lo suficientemente lejos como para que no pudiese volver a partirle la nariz, otra vez. Me soltó y quedó frente a mí, preparada por si lloraba o algo así.
 
—Sabes que no tienes que hacerle caso a las estupideces que dice, ¿cierto? —Murmuró acariciando mi brazo derecho, asentí con la cabeza, pero no pude responderle nada sobre lo que acababa de decirme porque el timbre sonó indicando que debíamos volver a clase, por fortuna era la última del día así que le di un beso en la mejilla como despedida porque se iba a ir a la casa de Logan ya que iban a celebrarle el cumpleaños de su abuelo.
 
—Nos vemos, saluda a Logan y a su abuelo de mi parte. —Dije viendo cómo me guiñaba un ojo antes de irse rápido a su clase mientras que mis pies se movían lo más lento posible por el suelo del instituto, no quería entrar a filosofía porque me aburría demasiado, pero el profesor podía llamar a mi padre y lo último que quería era que volviera a ahorcarme porque recibe una llamada del instituto informándole mis faltas.
 
Entré en la sala y me senté al final escuchando al profesor pedir ayuda para poder usar el proyector ya que al parecer nos iba a mostrar una película o algo así, que fastidio.
 
[…]
 
Estaba bajando las escaleras de la entrada del instituto cuando vi a Luke trotando en mi dirección. Mierda. Se veía tan guapo con esa camiseta azul que realzaba el color de sus ojos, pero no pude evitar sentir como el sentimiento de culpa por no decirle la verdad se apoderaba de mí poco a poco así que puse todo mi esfuerzo en dejar de pensar en eso.
 
—¿Cómo te fue en el examen? Por favor dime que soy un buen tutor, no quiero que mi mamá se ría de mí. —Rogó con gesto angustiado y me reí negando con la cabeza.
 
—Creo que me fue bien y sí, dile a tu mamá que eres un muy buen tutor, en unas horas pude entender lo que el profesor había estado enseñando durante un mes.
 
—¿Lo dices en serio? —No pudo ocultar en el tono de su voz ni su expresión la sorpresa que le causo oír lo que dije.
 
—Sí, muy en serio. —Afirmé asintiendo con la cabeza mientras continuaba caminando, pero ahora con él al lado— De hecho, mientras respondía el examen el profesor no quitó sus ojos de mí porque pensó que estaba haciendo trampa.
 
—Wow, cuando te de la calificación, ¿me das la hoja para tenerla de recuerdo de la vez en la que le enseñé a alguien y lo hice bien?
 
Comenzamos a reírnos y seguimos hablando de otros temas, me contó que ya había terminado de leer un comic y esperaba poder leer el resto durante el fin de semana, pero no estaba seguro de lograr acabarlos todos porque la familia de Megan lo había invitado a una cena y obviamente ella iba a querer pasar más tiempo con él. La sola mención de su nombre causo que me tensara.
 
Me di cuenta de que caminábamos muy juntos y hubo un momento en el que nuestros brazos se rozaron por lo que di un paso al lado casi de inmediato.
 
Luke se detuvo de golpe.
 
—Ya está bien. —Dijo mientras me tomaba de un brazo y acercaba mi cuerpo al suyo de manera que acabamos chocando— ¿Qué te pasa?
 
—Nada.
 
Su ceño se frunció y me miró a los ojos. No me creía.
 
—Estás tensa y me gustaría saber cuál es la razón de eso. Más que nada, para saber si puedo hacer algo para que te relajes. —Explicó pasando una de sus manos por su cabello, luego me tomó el brazo— ¿Tuviste algún problema en tu casa?
 
Me aclaré la garganta y me concentré en no quedarme mirando su boca como una idiota.
 
—No, simplemente podrías mantener las distancias, Luke. No quiero que piensen que soy una “roba novios” —Fue lo primero que se me ocurrió decir. Estúpida.
 
Su primera reacción fue mirarme sorprendido, después de unos segundos, comprendió lo que dije y me soltó como si mi cuerpo le quemara.
 
—Lo siento, no quiero que las cosas se vuelvan raras y no deberías preocuparte por eso, Megan no hace caso a los rumores y ahora nuestra comunicación como pareja ha mejorado mucho.
 
—Eso es bueno, me alegro por ustedes, en serio espero que su relación siga mejorando. —Mentí. Eso fue todo lo que pude hacer en ese momento.
 
Era todo lo que podía hacer en general con todo el tema de ellos juntos porque no me correspondía entrometerme ya que la que estaba cometiendo el error era Megan, yo no. Ella era la que debía ser fiel o en este caso, honesta con Luke.

No puedes salvarme.®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora