“Víbora”
Andrea Lowell.Desde que Luke me confesó que le gustaba otra persona no volví a plantearme eso de poder ser algo con él, porque era imposible. Así que mi cabeza dio un vuelco y asumí que Luke era simplemente mi amigo, nada más. Me fue fácil quizás porque no sentía nada por él, solamente aquella ilusión de que alguien me quisiese, pero nada más.
Después de varios días en los que él continuó insistiendo e implorando mi ayuda, me rendí.
—¿Si acepto dejarás de joderme la existencia?
El rubio asintió frenéticamente, hasta casi parecía que haría todo lo que yo dijera con tal de ayudarlo, y en ese caso...
—Bueno... Entonces, ¿Podrías traerme un helado?
Con una notable obediencia corrió a hacer la fila para pedir un helado, ya que estábamos pasando por el frente de una heladería que quedaba de camino a mi casa, después de haber salido del instituto. Mientras él esperaba a avanzar, yo gozaba por dentro porque lo estaba disfrutando mucho.
Al poco tiempo se sentó frente a mí y me tendió un sabroso helado de mora-crema. ¿Cómo, demonios, sabía que era mi favorito?
—Gracias por aceptar ayudarme —dijo después de darle una lamida a su helado de vainilla.
—Mientras seas mi esclavo soy capaz de convencer a Megan para que se case contigo.
Luego de confesarle lo que me motivaba a ayudarlo creí que me regañaría o se sentiría utilizado, sin embargo, sonrió aún más demostrando lo feliz que le hacía oír esas palabras.
—¿Cuándo comenzarás a entrenarme? —preguntó volviendo a lamer el helado.
—Mañana es el primer día del plan “conquistando a la víbora” —hice comillas con los dedos. Luke rodó los ojos mostrando su desacuerdo con el nombre, de seguro porque para él Megan es una puritana, pero no, su concepto sobre ella estaba totalmente equivocado.
En lo que te has metido, Luke.
[...]
El día pasó muy rápido y, sin darme cuenta, había llegado la hora de comenzar a realizar el plan “Enamorando a la chica” como Luke había insistido en ponerle. Salí de casa y esperé impaciente en el parque que llegará mi esclavo.
—¡Andrea! —sentí un jalón y caí sobre la persona que me rodeo. Fue tanta la impresión del momento que no alcancé ni a gritar. Un chico había doblado para esquivar un perro y casi me choca con la bicicleta si no fuera por la persona misteriosa.
Me levanté con dificultad por la posición en la que caí, pero a penas tuve equilibrio me giré para ayudar a mi salvador o salvadora. Me llevé una sorpresa al ver a Luke con el rostro contraído en regaño.
—Deberías tener más cuidado.
Rechazó mi mano y se levantó por su propia cuenta. Luego, para mi sorpresa otra vez, llevó sus manos a cada lado de mis brazos y me hizo girar levemente en distintas direcciones.
—¿Qué haces? —pregunté frunciendo el ceño al no entender qué estaba haciendo.
—Quiero ver que estés bien.
—Eres idiota.
Reí y comencé a caminar en dirección a su moto que estaba estacionada a unos metros de donde estábamos.
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No puedes salvarme.®
Teen FictionAndrea Lowell cae en el abismo del vicio, al ser señalada como la única responsable de un trágico accidente que le costó la vida a su hermanastro. Las drogas, parecían ser su único consuelo antes de la llegada de Luke Harwood a su vida, un chico ama...