Andrea Lowell cae en el abismo del vicio, al ser señalada como la única responsable de un trágico accidente que le costó la vida a su hermanastro.
Las drogas, parecían ser su único consuelo antes de la llegada de Luke Harwood a su vida, un chico ama...
Me aburría de una forma increíble. Ese día la profesora no estaba muy motivada y se pasó la hora leyendo en voz alta sobre la literatura medieval. Normalmente lengua y literatura era una de mis asignaturas favoritas, pero ese día la monotonía de las explicaciones era insuperable.
Luke, sentado a unas cuentas filas por delante de mí, parecía más o menos igual de fastidiado que yo. Cada vez que lo miraba estaba viendo algo en su teléfono o con los ojos fijos en el techo del aula. Intentaba no mirarlo de un modo excesivamente descarado, pero me entretenía su expresión de aburrimiento.
Habían pasado dos días desde la fiesta, Michael me había llamado disculpándose por no poder asistir porque debía terminar un trabajo muy importante, le aclaré que no había problema y que en otra ocasión podíamos salir juntos.
De repente la pantalla de mi teléfono se iluminó con un mensaje, era Luke.
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Sonreí sin querer al leerlo y levanté la vista, pero él seguía aparentando estar atento a la clase. Me aseguré que la profesora no me viera para responderle.
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La respuesta llegó casi de inmediato.
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Fruncí el ceño y volví a mirarlo, esta vez lo encontré mirándome intentando reprimir una sonrisa.
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