“No estás sola”
Andrea.
A lo largo de las semanas que siguieron las cosas entre Luke y yo volvieron a la normalidad, nos sentábamos juntos en literatura y a veces salíamos, justo como antes.
Las cosas en general estaban bastante bien, a excepción de que hace una semana había comenzado a recibir mensajes y llamadas de parte mi padre y también de Lisa. No les respondía, pero sí leía lo que me decían y resumiendo, lo menos agresivo que decían sus mensajes era que iba a arrepentirme de haberme ido de su lado.
No quise contarle a nadie que se habían puesto en contacto conmigo porque ¿de que iba a servir? Tan solo quería dejar toda esa mierda atrás, en algún momento debían cansarse así que hasta entonces continuaría ignorándolos.
Las agujas del reloj de la clase de química se movían tan lento que parecía que había pasado la mitad de mi vida ahí dentro, el profesor solo nos mostraba una presentación en power point sobre los compuestos orgánicos y yo tomaba algunos apuntes de lo que explicaba.
Cuando el sonido del timbre avisó que la clase ya había terminado guardé mis cosas lo más rápido que pude y salí de ahí escuchando todo el bullicio que se formaba cuando terminaba la jornada escolar. Me dirigí al estacionamiento para esperar a mi madre ya que hoy tendríamos un almuerzo familiar así que vendría a buscarme, a ella le encantaban esa clase de cosas. Antes de que se divorciara de mi padre muy a menudo hacíamos lo mismo, era bonito volver a hacerlo.
Busqué con la mirada el auto de mi madre y no lo encontré, quizás se había atrasado un poco con el trafico así que me quedé en un lugar donde no se le hiciese difícil verme. Saqué mi teléfono del bolsillo para revisar si tenía alguna notificación y solo encontré un mensaje de Katina diciéndome que había aprobado un examen que tuvo hace unos días, la felicité y le envié muchos corazones, luego guardé el aparato y vi un auto que se me hizo bastante familiar estacionarse cerca de donde me encontraba, todos mis músculos se tensaron al darme cuenta que mi padre se estaba bajando del vehículo y no apartaba su vista de mí.
—Andrea, sube al auto. —Ordenó abriendo la puerta de los asientos de atrás permitiéndome ver la silueta del cuerpo de Lisa en el asiento del copiloto, luego volvió a hablar— Eres una malagradecida, crees que podrás escapar de mi, pero te regresas ahora a la casa. No olvides que cuando tu madre te abandonó yo te cuide.
Tragué saliva sintiendo como mi pulso se aceleraba por el miedo.
—No, no volveré a vivir contigo jamás. —contesté con la voz firme— Sí, me cuidaste, pero eso fue solo hasta que conociste a Lisa y luego sucedió el accidente. ¿o acaso se te olvidó que me culpaste de lo que pasó y avalaste que Lisa me tratara mal?
—Andrea no quiero armar una escena, sube al auto ahora. —murmuró antes de saludar con un movimiento de cabeza a un profesor que iba saliendo, como siempre disimulando ante todos que no pasaba nada.
—Te he dicho que no, ¿acaso estás sordo? —Mi tono de voz se elevó un poco porque estaba cansada de que me tratara de esa forma, además ahora ya no dependía de él como antes, es más, ni siquiera debería estar cerca de mí por la orden de alejamiento que tenía en su contra.
Su mandíbula se contrajo al oírme, luego avanzó hacia mí con el rostro serio y una postura intimidante pretendiendo asustarme, confieso que sí lo estaba, pero no retrocedí. Me tomó el brazo con fuerza y comenzó a llevarme hasta el auto. ¿Qué mierda le pasaba? Quise deshacerme de su agarre, pero no lo conseguí porque el continuaba tirando de mí, entonces comenzamos a forcejear porque yo ni loca me subía a ese auto y volvía a vivir con ellos.
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No puedes salvarme.®
JugendliteraturAndrea Lowell cae en el abismo del vicio, al ser señalada como la única responsable de un trágico accidente que le costó la vida a su hermanastro. Las drogas, parecían ser su único consuelo antes de la llegada de Luke Harwood a su vida, un chico ama...