ESPECIAL: Emperatriz sin Corona. [II/II]

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Fue en el invierno de mis catorce años de edad cuando conocí a un miembro de la familia real por primera vez

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Fue en el invierno de mis catorce años de edad cuando conocí a un miembro de la familia real por primera vez.

En realidad, proveniente de una familia noble de terratenientes y obteniendo todos los beneficios que aquello conllevaba, nunca pensé sobre mí mismo como alguien especial. Fui feliz yendo en mi caballo a jugar con los demás niños del pueblo, y visitando a mi mejor amigo.

Mi hermana continuaba diciendo que mi amigo y yo éramos un par de simplones; estaba en lo correcto.

En mi pre-adolescencia podía presumir de que mis únicos problemas consistían en que mi hermana continuara avergonzándome con sus mimos exagerados, y la pubertad. Todos mis amigos habían desarrollado voces masculinas y grandes cuerpos, por mi lado, solo había obtenido lo último, mi voz seguía igual de aguda que cuando tenia 10 años y esto me convertía en el foco de bromas crueles. 

Desde luego, no pensé que la lista de mis problemas podría cambiar considerablemente.

Nunca pensé en cuánto podría cambiar mi vida debido a ti.

A lo largo de los años, me he preguntado qué hubiera ocurrido si aquel día hubiera decido permanecer en casa disfrutando de los postres que Madre estaba preparando, en lugar de visitar el bosque.

Si no te hubiera conocido, seguramente habría crecido para heredar las riquezas de mis Padres. Probablemente habría encontrado una esposa y habría tenido una extensa familia como mis Padres deseaban; entonces, algún día llegarían a mi las noticias de que la familia real había perdido a sus dos Príncipes, y por alguna razón mi mejor amigo estaría afligido durante algún tiempo, sin embargo, eventualmente todo volvería a la normalidad, y el Palacio ascendería a otra dinastía al trono.

Como lo que ocurriese en el Palacio no tendría nada que ver conmigo, entonces no derramaría lágrimas, no viviría en esta permanente desesperación y tristeza, y tampoco tendría que haber intentado matarme a mi mismo atravesando una espada en mi cuerpo, y no habría enfermado hasta encontrar una muerte tan larga y tortuosa. Seguramente habría muerto rodeado de mis hijos, y no tendría nada que lamentar.

Esto fue lo que pensé aquella mañana cuando me dijiste que ibas a quedarte en el Palacio hasta el final, fueron estos pensamientos que hicieron que dijera esas palabras crueles y te tratara injustamente. Estaba convencido de que todo esto era tu culpa.

Aquel día admití que no podía soportar más, y mientras me detuve al borde de aquel acantilado sosteniendo una espada contra mi cuello, me di cuenta de lo horrible que era, me di cuenta que no era diferente a los demás.

Soy igual que todos aquellos que te torturaron hasta matarte.

Te hice cosas horribles, y luego te acusé de haberme perjudicado a mi. Fui un cobarde a través de los años, jamás admitiendo los agravios que cometí en tu contra, y que era yo el responsable de cada uno de mis sufrimientos y los tuyos.

Corona Imperial (Wooseok/Seungyoun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora