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El último Emperador de la familia Imperial Han, murió un mes después de la boda de la Princesa Heredera.

Según los rumores, éstas habían sido las últimas palabras del gran emperador Han:

" —En esta vida, sólo tuve una Emperatriz y un sólo hijo."

El Emperador se llevó hasta la tumba aquel amor por la concubina Taeyeon y por el hijo que tuvo con ella, al igual que el rencor contra la Princesa Han Seok y su Madre.

Con la muerte del Emperador Han, el trono fue ocupado por un nuevo gobernante.

Choi Byungchan, el esposo de la Princesa Heredera, ascendió a la Corona.

La nación alabó al nuevo Rey, quien tenía una inteligencia universal, un gran carisma y mucho poder militar.

Tomó únicamente un par de meses asegurar las fronteras, e incluso lograron tomar las tierras de un pequeño país cercano que causaba problemas.

La nación creció en riquezas económicas e intelectuales rápidamente.

Medio año después de la ascensión del Emperador Choi, el país gozaba de paz y prosperidad.

Choi Byungchan era digno de respeto y adoración, el Emperador era todopoderoso, habían un sin número de historias sobre sus días en el campo de batalla y sobre sus días como aprendiz del Príncipe Heredero Han Seungwoo.

A los ciudadanos les encantaba hablar sobre el Rey, pero cuando se trataba de relatos y rumores, preferían hablar sobre ella.

La belleza que deslumbraría hasta a los Dioses en los cielos, la Emperatriz.

Se decía que los grandes artistas tanto del país como los extranjeros rogaban por hacer una pintura de la Emperatriz, y las grandes figuras influyentes de distintos lugares buscaban cualquier excusa para ir al Palacio de la familia Imperial y poder verla algunos segundos.

Habían incluso aquellos que sobornaban a los sirvientes por algo de información.

La Emperatriz era difícilmente vista incluso por los miembros de su propio palacio, solo su doncella de compañía tenía libre acceso al pabellón en el que vivía, sin embargo, los curiosos que se aventuraban a espiar a escondidas, aseguraban que Su Majestad salía todos los días sin falta y se sentaba en medio de su jardín a observar el atardecer.

Ella se vestía de túnicas simples y blancas, como si viviera eternamente atendiendo a un funeral, su cabello del color de la tinta era tan liso y delgado que se asimilaba a una corriente de agua cristalina y sin perturbaciones, tenía un par de ojos redondos que reflejaban las estrellas, sus labios eran como un elegante botón de rosa, sus cejas eran rectas dándole un aspecto frío, y su piel era tan blanca como las nubes en un día soleado.

Todo aquel que alguna vez haya visto a la Emperatriz, guardaría por siempre un suspiro de adoración en su corazón.

No obstante, además de nombres que hacían alusión a su belleza, Su Majestad tenía otros apodos.

La Emperatriz fría.

La Emperatriz de Hielo.

La Emperatriz triste.

La Emperatriz que espera entre las flores.

Esto era debido a esa costumbre suya de sentarse en su jardín todos los días al atardecer.

Ella alzaba su bonito rostro al cielo y observaba, no hablaba, no se movía, solo observaba con sus grandes ojos melancólicos y anhelantes hacia el cielo, esperando por algo que nadie sabía.

Corona Imperial (Wooseok/Seungyoun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora