Corona Imperial (Wooseok/Seungyoun)

9

Los días siguieron su curso...

Y Seungyoun no hacía más que estar encerrado en su habitación a oscura.

Sus padres se encontraban sumamente angustiados, no podían hacer nada, ya que cada vez que intentaban hacer entrar en razón a su adorado hijo menor, terminaban frustrados y gritando mientras Cho se soltaba en llanto porque "Nada le salía bien y nadie lo entendía", entonces lloraría tan fuerte que tendría dificultades para respirar.

Sus padres no tuvieron más opción que resignarse y dejar que Jimin se encargara, y guardar las esperanzas de que su niño de sonrisas brillantes y movimientos torpes regresara.

Debían entender el primer corazón roto de su hijo debido a su rompimiento con su novia Seokie. Eso les había dicho Jimin.

Esta vez fue el turno del alto para evitar a Hyeongjun, pues sabía que si hablaba con él, terminaría por preguntar por Wooseok, Hyeongjun no le daría respuestas y eso lo pondría más tristes.

Así que cuando Seungyoun no estaba siendo vigilado por Jimin y Hyeongjun, se la pasaba viendo el techo, pensando sobre si habría tomado la decisión correcta.

Y era precisamente lo que estaba haciendo en esos momentos.

Aún recordaba la mirada de Wooseok gritándole que lo había traicionado y sus palabras de desprecio.

Seungyoun lo quería tanto... tanto. Quería tanto a Wooseok que incluso le causaba miedo.

Cada día que pasó junto a él, pudo sentir como su pecho se llenaba de aquel sentimiento tan cálido que le provocaba cosquillas.

Lo extrañaba tanto... pero sabía que era lo mejor que pudo hacer.

Cho sintió su pecho encogerse hasta casi provocarle asfixia ante el pensamiento, dirigió su mirada hacia la caja de madera que reposaba sobre la mesita al lado de su cama.

Se estiró para tomarla y acarició los bordes.

Sus ojos se llenaron de lágrimas cuando la abrió y observó los brazaletes.

Habia sido tan tonto y tan ingenuo.

Los había comprado en el mercado de la ciudad mientras daba un paseo con Wooseok, quien a causa de Hyeongjun volvía a llevar ropas de mujer.

Wooseok se había acercado a la tienda de una anciana cuando ella los llamó.

"Una bonita y joven pareja necesita esto para inmortalizar su amor." Ella dijo, y después de que ambos se ruborizaran, explicó que los brazaletes unirían a la pareja para siempre, incluso a través de las dificultades, el amuleto garantizaba que su amor iba a cumplirse ya fuera en esta o en la próxima vida.

Wooseok se emocionó muchísimo, pero se entristeció cuando recordó que no traía dinero.

Ese tarde cuando Wooseok regresó al palacio, Seungyoun corrió al mercado en busca de la señora comerciante.

Desde luego que había planeado darle uno a Wooseok desde el principio, pero por desgracia todavía era demasiado tímido, y en realidad ellos no eran "una pareja" todavía, por lo que estaba pensando en confesarse en el acto, sin embargo, no encontraba el momento o el valor para hacer nada y mantuvo oculto los brazaletes en su habitación.

Apretó la caja sobre su pecho y se permitió llorar una última vez.

Ya de nada servía lamentarse, la separación era algo que iba a ocurrir tarde o temprano y Wooseok ya lo odiaba de todos modos.

Con el tiempo el Príncipe se olvidaría de todo y Seungyoun sería el único que sufriría entonces.

Debía entender que Wooseok era un príncipe y estaba totalmente fuera de su alcance.