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Adiós,
Ya jamás podré verte de nuevo

Después del fallido intento de suicidio de la Emperatriz Han, ella se había convertido en un recipiente vacío, o al menos eso es lo que se decía.

La Emperatriz estaba viva, pero seguramente su alma había sido cremada con el cuerpo de su hijo aquella mañana.

Durante la primera noche del funeral, la Emperatriz se arrodilló hasta el amanecer frente al cuerpo, con un rostro en blanco y un par de ojos sin vida. Si estaba rezando o no, nadie podría saberlo, pero no derramó una sola lágrima y no mostró alguna muestra de dolor por la pérdida, simplemente se quedó ahí como si de una estatua divina se tratara, y éste comportamiento se repitió durante la siguiente noche y los demás rituales fúnebres.

—¡Rezamos a los Dioses por la próxima reencarnación del Príncipe de la Corona! —Había dicho el maestro de ceremonia antes de iniciar la cremación—

Incluso mientras veía al adorado hijo que crió por sí misma durante tantos años, Han Seok todavía no derramó una sola lágrima.

Para tener un corazón tan duro, ¡sólo podría tratarse de la Emperatriz Fría!

Más tarde, se llevó las cenizas del Príncipe, y con sus propias manos las colocó en el hall ancestral de la familia Imperial, colocando la placa de oro con el nombre del Príncipe Heredero Han Ah Ram justo debajo de la del Tercer Príncipe Han Seungwoo, que a su vez, estaba justo al lado de la placa de Han Yohan.

La Emperatriz pronunció unas únicas palabras mientras se arrodillaba nuevamente y veía aquel nombre.

—Lo entiendo, esa vez, el Quinto hermano tenía razón. —rememoró las palabras de su quinto hermano:— "La elección que hiciste esta noche, volverá a ti como el fruto de tus acciones y tus pecados. ¡Han Wooseok, cosecha lo que siembras!" —finalizó con una pequeña sonrisa—

Los guardias sintieron un escalofrío debido al tono de voz de la Emperatriz y esa pequeña sonrisa retorcida. Luego se volvieron muy incomodos y ansiosos por verla guardar silencio hasta que cayó la noche. ¿No estaba planeando quedarse toda la noche, o sí?

—Su Majestad. —Uno de los guardias habló en angustia— La temporada es tan fría, por favor, vuelve a tu residencia a descansar. 

Wooseok fijó lentamente su mirada en ese guardia, dándose cuenta de que se trataba del Oficial Heo Chan, por lo que asintió.

Los demás guardias suspiraron en alivio al verla marcharse bajo el resguardo del Oficial Cho.

Por su parte, Wooseok anduvo con pasos lentos y la cabeza gacha.

—¿Qué hay de Dongpyo? —preguntó—

—Su Majestad, ya no te preocupes por él, está a salvo.

—Ya veo.

Wooseok volvió a andar distraídamente, mirando hacia las dos sombras producidas por la luz de la linterna que Heo estaba sosteniendo. Ladeó la cabeza cuando una tercera sombra más alta apareció, sin embargo, momentos después, una sombra volvió a marcharse y dos permanecieron.

Se detuvo y miró a Seungyoun, quien ahora sostenía la linterna de papel.

Cho le dio una mirada complicada y cargada de sentimientos.

—¿A dónde vas?

—Te dije que te vería mañana.

—No quiero dejarte una noche más aquí.

—Quiero recoger las cosas de Ah Ram.

—Wooseok...

—¿De qué estás tan ansioso? 

Corona Imperial (Wooseok/Seungyoun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora