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Si Buda dijera, renuncia a tu apego. ¿Cómo podría aceptarlo sin afligirme?

Choi Byungchan estaba furioso mientras lanzaba patadas y tiraba mesas, cada vez era más violento cuando perdía el control, por lo que era más difícil lidiar con él.

—Vete. —Wooseok le murmuró entre dientes a Seungyoun—

—No.

—Si quieres ser de ayuda, ve con Ah Ram, él no escuchará a Dongpyo y esos bastardos de la corte lo abrumarán si está solo. ¡Vete! ¡Esto es asunto mío y de Byungchan, no te metas!

Seungyoun sabía muy bien que la prioridad principal de Wooseok era su hijo, pero aún estaba renuente a dejarlo a solas con ese demente de Choi, sin embargo, también sabía que su presencia podría empeorarlo todo, por lo que apretó los dientes y asintió, apresurándose a marcharse antes de que Byungchan pusiera sus ojos en él o que los oficiales de la corte ofendieran al pequeño Ah Ram mientras estaba desprotegido.

—¡TRAE AL NIÑO DE REGRESO! —Byungchan rugió hacia el Eunuco Park y sus guardias personales—

Aunque Wooseok estaba tan enojado que incluso se sentía mareado, tuvo que conservar la calma para conseguir el tiempo suficiente para que Dongpyo y Seungyoun se llevaran a Ah Ram a la residencia. Tragó la ira en su interior, utilizó una apariencia indefensa a su favor y se lanzó en brazos de Choi, aferrándose a su túnica imperial.

—Byungchan, ¿qué quieres hacer con Ah Ram? ¡¿quieres decepcionarlo y mostrarle la verdadera cara de su ídolo a quien llama "Padre"?! ¡Es un niño, está tan confundido porque le gritaste de repente! ¿Organizaste esta fiesta para perjudicarlo? ¡Los niños guardan rencor fácilmente, no me vayas a culpar si él no quiero volver a verte!

La furia de Choi pareció bajar varios niveles por aquellas palabras y por el rostro afligido del más bajo.

Como los guardias ya habían recibido una orden, ellos estaban por salir y traer al Príncipe Heredero, cuyo llanto aún era débilmente audible.

—Byungchan, vamos a hablar primero. No lo asustes más.

Choi tomó una larga respiración y volvió a ordenar:

—¡Quiero a todos fuera de mi Palacio! ¡Asegúrate que ninguno de ellos se quede rondando por aquí! Y deja al Príncipe volver a su residencia.

—¡Si, Su Majestad! —El Eunuco Park hizo una reverencia y se apuró a hacer lo ordenado—

El gran salón fue desalojado, Byungchan respiraba desigualmente a la vez que envolvía a Wooseok en un abrazo posesivo; el más bajo soportó tanto como pudo la repulsión que lo recorría ante la cercanía del de hoyuelos, hasta que eventualmente parecía haberse calmado.

Wooseok se deshizo del agarre bruscamente y le dio una mirada cargada de desprecio, que dejó confundido al más alto.

—¡Ni siquiera pienses en volver a alzarle la voz a mi hijo! —Exclamó dándose la vuelta a la vez que agitaba las mangas de su túnica— ¡No permitiré más visitas!

Byungchan se rehusó a dejarlo ir y le cortó el paso, Han alzó una ceja y lo empujó para que dejara de bloquearlo, lo que ocasionó un jaleo insistente de un par de minutos.

—¿Por qué te vas? Dijiste que íbamos a hablar.

—Jodete.

—Me abofeteaste delante de toda la corte, tienes que compensarme, quédate conmigo esta noche.

Finalmente la irritación y la cólera se apoderaron de Han Wooseok.

—¡Choi Byungchan! ¡Eres de verdad despreciable! —Jadeó con enojo— ¡¿qué demonios me estás pidiendo?!

Corona Imperial (Wooseok/Seungyoun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora