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Wooseok era todo sonrisas y buen humor cuando se dirigió al cuarto de baño.

—¡Choseung!

Seungyoun tenía un ceño fruncido mientras conversaba con los sirvientes que traían el agua caliente y lo necesario para el baño. Al ver al Príncipe corriendo en su dirección, hizo un gesto con la mano para echar fuera a los sirvientes y luego sonrió con cariño justo cuando Wooseok se estrelló contra su pecho.

—Su Alteza, hace unas horas estabas tan enfermo que no podías despertar, ¿cómo puedes correr tan rápido ahora?

Wooseok se rió y alzó la cabeza para mirar a Cho.

—¡Estoy bien ahora! ¿Sabes? Byungchan me hizo una promesa en nombre de los dioses y el cielo, así que ya no tengo miedo.

—¿Mm? ¿Qué tipo de promesa?

—¡No puedo decirte!

—Hey, eso es cruel.

—¡Quiero tomar un baño!

—Si, todo está listo, puedes entrar.

—¡Y quiero que vengas conmigo!

Seungyoun se sonrojó ligeramente. Ya que Wooseok era tan tímido y reacio a dejar que alguien viera su piel desnuda, jamás dejaba que los sirvientes lo acompañaran, y aunque Seungyoun lo había acompañado un par de veces, jamás lo había visto tampoco.

Viendo que Cho no se movía, Wooseok rodó los ojos y lo empujó dentro.

Tan pronto como el bajito empezó a sacarse sus prendas, Seungyoun se giró dándole la espalda y no se relajó hasta que no escuchó el sonido de chapoteo de la enorme bañera de madera.

Después de un rato, los chapoteos y parloteos del Príncipe se detuvieron y no podía oírse un solo ruido.

—¿Wooseok?

Silencio...

Nervioso e incómodo, Seungyoun volvió a girarse en dirección a la bañera y sus ojos se abrieron con sorpresa, pues el Joven Príncipe había desaparecido.

—¿¡Wooseok?!

Cho volvió a llamar el nombre del bajito con preocupación pero no estaba en ninguna parte, la superficie del agua estaba cubierta de fragantes pétalos de rosas y no podía verse ni un poco del fondo, así que Seungyoun se acercó para ver con más claridad cuando de repente una figura resurgió del agua y lo asustó hasta casi hacerlo caer sobre su trasero y salpicando su rostro en el proceso.

Wooseok se carcajeó por la expresión de Seungyoun, tenía enredados algunos pétalos rojos en su cabello largo, lo que hacía resaltar sus mejillas y hombros que se habían vuelto levemente rosados por la temperatura del agua.

Seungyoun quiso volver a girarse pero la voz dulce del Príncipe lo llamó.

—Choseung, olvidé tomar el jabón.

El alto bufó, abochornado por la broma de antes y le extendió la caja de jabones sin siquiera verlo, pero como Wooseok no estaba tomando nada de la caja, alzó el mentón y le echó una pequeña mirada.

Wooseok lo veía con una expresión ladina que era demasiado adorable para resistir, sus ojos eran perezosos y su boca estaba ligeramente abierta, las gotas de agua cristalina recorrieron su delicada mandíbula y el vapor a su alrededor había sonrojado por completo la poca piel descubierta que se podía ver. Era una imagen que podría acelerar el corazón de cualquiera, especialmente el de Cho Seungyoun.

Seungyoun lanzó la caja de jabones a un lado y se  inclinó para atrapar los labios del Príncipe quien suspiró complacido y alzó una mano delgada para acariciar las mejillas del más alto.

Corona Imperial (Wooseok/Seungyoun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora