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"You're holding in your hands the two halves of my heart."

Otro semana pasó.

Durante los primeros días, Seungyoun se negó a abandonar su hogar en caso de que Wooseok apareciera por ahí, cuando el chico bajito no se mostró, decidió preguntarle a Hyeongjun, pero este tampoco sabía nada.

Cho pensó que el Príncipe mandón no iba a cumplir su promesa como dijo, y refunfuñando se encerró en su habitación con un terrible mal humor.

Su madre no hacía nada más que empeorar la situación, pues no paraba de hablar de Seokie y de preguntar cuando iba a volver a visitarlos.

El alto ya no sabía qué más excusas dar, o cómo evadir las preguntas de su madre sobre la procedencia de la supuesta chica.

Jimin estaba de fastidiosa intentando averiguar quién era esta misteriosa niña. Tema que él evadía con un  "No sé de qué hablas. ¡Mamá, Jimin me esta molestando"

Al sexto día se había decidido a dejarse dormir todo el día, en busca de la paz mental y el sueño que Han Wooseok le había robado.

Tal vez era medio día cuando sintió un cosquilleo en los labios y un suave toque en su mejilla.

Lentamente abrió los ojos, encontrándose con unas bonitas y largas pestañas, y mejillas del color de los duraznos.

Un pequeño cuerpo se alzaba sobre el suyo y delicados labios rozaban los suyos.

Dirigió su mano hacia los dedos que enmarcaban su mejilla haciendo que el pequeño cuerpo se sobresaltara, le tomó un poco de tiempo percatarse de que no se trataba de un sueño, y cuando reaccionó, Wooseok le regresó la mirada con una sonrisa avergonzada.

—Buenos días, idiota.

Cho sonrió brillante, un chillido de felicidad salió de su garganta, abandonó la cama y se abalanzó sobre Wooseok, brindándole un abrazo asfixiante.

Así como la última vez, cuando escuchó esa risa que lo atormentaba hasta en sus sueños, todo el mal humor que había estado acumulando se dispersó como si jamás hubiese estado ahí.

—¡Seokie! ¡Si volviste!


Wooseok rodó los ojos.

—Claro que sí, idiota. Y me estás asfixiando.

Wooseok se lo quitó de encima y se sentó sobre la cama que el alto había estado usando minutos atrás, mirándolo desde arriba con esa picardia propia de él.

—¡Oh, Choseung! —Exclamó en un tono meloso de voz mientras reía— ¿Estabas esperando por mi?

El alto se colocó sobre sus rodillas como un obediente cachorro y asintió.

—¡Lo estaba! Creí que no vendrías jamás.

—Yo no miento, Choseung. Además, no parece que me estuvieras esperando. —bufó— Estabas durmiendo tan profundamente. Me espera algo más emocional, como encontrarte esperando por mi bajo un árbol, entonces cuando me vieras llegar, correrías a abrazarme. —Suspiró dramático— Tu madre tiene razón, no tienes ningun sentido de la sensibilidad.

Corona Imperial (Wooseok/Seungyoun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora