Fuera del equipo

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—¿Qué te sucede, mi cielo? ¿Te duele la cabeza? —preguntó Lindsey al notar que Harry se frotaba la frente con energía. Ambos estaban sentados en una banqueta del parque mientras él repasaba algunos apuntes—. ¡No me digas que!.. ¿Te duele la cicatriz?

—No, tía —se apresuró a mentir el muchacho para tranquilizarla, pero el énfasis con el que lo dijo al igual que la sorpresa de sus ojos terminó por delatarlo. 

—Harry, Por Dios, confía en mí. Dime si te ha dolido, si te duele ahora. Es muy importante saber...

—Sí, si me ha dolido pero es más que eso.

—¿Cómo que es más que eso? ¿A qué te refieres, mi sol? —preguntó ella tomándolo con delicadeza por las mejillas para mirarlo a los ojos. 

—Es que... bueno yo... no sé como explicarlo pero a veces, en especial cuando siento esta molestia en la cicatriz... de cierta manera percibo emociones que sé que no me pertenecen. Es como si... supiera lo que él está sintiendo en ese momento, puede ser ira o alegría.... Es algo muy extraño. 

Lindsey miró hacia todos lados para comprobar que estaban realmente solos.  

—¿Le has dicho esto a alguien más? 

Harry negó con la cabeza pero luego habló de nuevo.

—No vayas a pensar que estoy loc...

—¿Cómo se te ocurre pensar que yo creería algo así? Agradezco tu confianza, Harry, porque estoy aquí para apoyarte. No tengo la respuesta específica a lo que te sucede pero... sospecho que tal vez tenga que ver con lo que sucedió la última vez.

—¿Mi encuentro con él? 

—Sí, el hecho de que fue regenerado con tu sangre... En la sangre mágica hay mucho más que solo información genética, hay un conjunto de elementos que pueden crear cierta conexión por un tiempo. De hecho ya han habido registros de personas a las que se le han practicado transfusiones de sangre y de pronto adquieren habilidades mágicas que antes no habían desarrollado. Incluso hay un estudio en el Instituto de medimagia de Gales que afirma que mediante este método (si se perfecciona, claro está) se podría llegar a desarrollar la magia en individuos Squibs. No estoy segura pero tal vez... y solo tal vez también se pueden compartir las emociones. 

—¡Cielos! —exclamó Harry.

—Pero no dejes que eso te perturbe, corazón. Mientras esté lejos él no podrá hacerte ningún daño. Es de Umbridge de quien debes cuidarte más por ahora. Está insoportable con eso de las supervisiones, incluso Poppy y yo fuimos visitadas por ella. 

—¿Queeeé? 

—Sí, como lo oyes, según ella, todo el personal debía ser supervisado. 

—¿Y qué tal te fue? —preguntó Harry con nerviosismo. 

—No sabría decirlo, creo que bien porque me mantuve en una posición neutral pero ella hizo ciertas insinuaciones que no terminé de entender, algo que me desconcertó. 

—¿Algo como qué? 

—Dijo algo acerca de la disciplina... ¿Has tenido más problemas con ella aparte de ese castigo que te ganaste aquella vez? 

Por instinto, Harry se acarició el dorso de la mano que intentaba ocultar con el jersey. 

—Ella no quiere enseñarnos contenido de calidad en las clases... ¿Cómo se supone que estaremos preparados para combatir a Voldemort cuando él decida actuar, tía? 

—Tienes toda la razón del mundo pero no debes enfrentarla, Harry. No te pido que seas un cobarde, solo que uses la diplomacia porque ya sabes que ella adoraría expulsarte del colegio, lejos de la protección de Dumbledore y con esto quedarías muy vulnerable. 

Lindsey Cooper IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora