Finalmente se fue

359 45 13
                                    

Severus llegó a la sala de los menesteres y la encontró cerrada obviamente, de todos modos pensó que no tenía caso interrumpir a Malfoy, ya sabía lo que estaba haciendo y debía dejarlo continuar, la hora ya estaba llegando y no había remedio, salvo hacerse cargo de la situación en el momento inevitable, de modo que se fue a su habitación, aunque la ansiedad lo estaba matando por dentro.  

Después de un par de horas, Lindsey también sentía que la angustia la estaba carcomiendo, sobre todo porque sabía que Harry estaba junto al profesor Dumbledore (aunque Severus le había garantizado su seguridad)

Ella estaba en la enfermería llenando unos formularios. Todo era quietud y calma, al menos en el ambiente porque el corazón de Lindsey era un torbellino, más de pronto escucharon a alguien gritar afuera.

—¿Qué fue eso? —preguntó Madame Pomfrey mientras el corazón de Lindsey casi se salía por su boca.

—Déjame ver —dijo Lindsey apresurándose a abrir la puerta, entonces la voz le llegó con más claridad.

—¡Mortífagos! ¡Hay mortífagos por todas partes! 

Era el profesor Flittwick que corría como una bala por el pasillo, en busca de las escaleras para decender. 

—¿Mortífagos? —preguntó la señora Pomfrey con voz alarmada mientras sacaba su varita. 

Ambas mujeres salieron armadas con sus varitas y al salir al pasillo encontraron a la profesora McGonagall corriendo, un poco despeinada y con una expresión de angustia, Charity la acompañaba. 

 —¿Qué está sucediendo? —preguntó Lindsey 

—Filius iba gritando que había mortífagos, ¿es eso cierto o se habrá confundido? —preguntó la señora Pomfrey.

—Es cierto —confirmó Charity—, los vieron en dirección a la Torre de Astronomía. Hay varios de ellos.

—La marca tenebrosa, eso es lo que me preocupa —dijo McGonagall—. Uno de los aurores la vio desde el exterior.

—¿Qué es eso? —preguntó Lindsey desconcertada.

—La marca de los mortífagos, ¿recuerdas? Como la que dejaron en los mundiales de Quidditch   —dijo Charity—, solo la dejan cuando asesinan a alguien, o solo para causar caos como en esa ocasión. 

Lindsey recordó que efectivamente había visto aquella marca en la foto del periódico, y que se había asustado mucho cuando supo su significado, además era la misma que Severus llevaba en su antebrazo y que lo acreditaba como un mortífago. 

—¡Harry! —exclamó por instinto—, ¿dónde está mi niño? 

De pronto se nubló ante la idea de imaginarse a Harry en medio de la línea de fuego... él estaba con Dumbledore. ¿y si de pronto Severus no pudo hacer nada por él...? ¿y si ese chico, Malfoy lo lastimaba?

—¡Dios mío!

—¡Lindsey, tranquila! Él debe estar bien, con sus amigos, ¿no? 

—¿Y Severus? ¿dónde está él?

—¿Y Severus? ¿dónde está él?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lindsey Cooper IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora