Período de Prueba

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Uno de esos días, cuando Harry y Ron fueron a visitar a Lindsey en la enfermería, ella lo notó ojeroso, paliducho y mareado. 

—Es por las clases de Oclumancia —dijo Ron—, deberías verlo como llega por las noches cuando le toca clases con Snape. 

—¡Ron! —exclamo Harry en tono admonitorio.

—Cielo santo, ¿será que te están afectando demasiado? —dijo Lindsey jalándo con el pulgar la piel de debajo de los ojos de Harry para revisarlo—. Sí que estás pálido, déjame revisar tu corazón.

—Estoy bien, tía, solo... bueno, yo.

—¿Qué, Harry? Dime, por favor. 

—Solo me duele la cicatriz, ¡pero no ahora! —se apresuró a añadir al ver que ella despegaba los labios para hablar—, me refiero durante las sesiones.

—Sí, bueno, es normal, conociendo la conexión que tienes con Voldemort. 

Ron se estremeció ante la mención del nombre.

—Severus dice que deberías vaciar tu mente por las noches y...

—También dice que no me esfuerzo en lo absoluto pero yo te puedo asegurar lo contrario, de verdad que lo intento pero... él me toma desprevenido cada vez.

—De eso se trata, Harry —respondió Lindsey—. Voldemort no tendría contemplaciones contigo. Trata de relajarte lo más que puedas a la hora de dormir, de no pensaren nada, sé que es difícil pero intentalo, guarda tus energías para usarlas en clases con Severus, para poder bloquearle el acceso. Piensa que de verdad no quieres esa intromisión, lucha por expulsarlo, piensa que no es él sino el propio Voldemort.


Harry decidió poner en práctica el consejo de su tía a ver si le daba resultados y de cierta manera así fue e incluso Severus pudo notarlo al ver que en un par de ocasiones, si bien franqueó las barreras del muchacho, le costó mucho más acceder a sus pensamientos.


—No lo estás haciendo tan mal, Potter pero concéntrate, no me dejes pasar.

—Lo intento pero es difícil —respondió el muchacho intentando recuperar el aliento por el esfuerzo.

—No lloriquees —espetó Snape, mirándolo con desdén—, te ves patético. Haz un esfuerzo más y sobre todo concéntrate.


Esa misma noche Snape invitó a Lindsey a conversar con el profesor Dumbledore.  

—Potter ha visto algo... o mejor dicho, El Señor Tenebroso —empezó Snape—, insiste en hacerle ver al muchacho la puerta que accede al Departamento de Misterios, eso fue lo que vi hace poco en sus pensamientos y al parecer él lo ha estado visualizando en sueños sin saber que era, pero ayer finalmente recordó haberla visto en el Ministerio cuando fue el día de la vista.

—¡Rayos! —exclamó Lindsey—. Él me dijo que usualmente le duele la cicatriz después de las sesionares pero creí que era normal por aquello del esfuerzo, sin embargo tal vez el dolor esté relacionado con la conexión que existe entre Harry y Voldemort. 

Dumbledore asintió mientras se rascaba la barba.

—Exactamente, ha sucedido otras veces. La energía que Voldemort posee difiere de la energía de Harry, independientemente de que haya un lazo que los conecte. Harry está protegido por la magia del amor de su madre y aunque Voldemort pueda tocarlo, estoy seguro de que no podrá llegar a matarlo.

Lindsey suspiró con alivio, Snape asintió y continuó relatando.   

—Quiso saber qué había ahí, estaba muy nervioso. Evidentemente le respondí que ése no era asunto suyo.

Lindsey Cooper IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora