Harry estaba abrazado a su tía y no quería soltarla. A ella se le anegaron los ojos al sentirlo temblar pues sabía que el pobre había estado asustado.
—Ya pasó todo, mi vida. Ahora estás conmigo.
Nada fue más reconfortante que escuchar su voz y sentir su contacto. Lindsey le hacía mucho bien y se sentía agradecido de encontrarse por fin lejos de los Dursley y sus miradas acusadoras que lo hacían sentir mal.
—Tía, te juro que yo no... Sí invoqué el encantamiento Patronus pero fue para defendernos de los dementores. Si yo no lo hacía...
—Lo sé, mi vida —dijo Lindsey tomándole el rostro entre las manos mientras le dedicaba una sonrisa afable—. No tienes que explicarme nada.
Molly Weasley comenzó a secarse las lágrimas con un pañuelo mientras Remus y Sirius contemplaban también la escena a lo lejos, sin lagrimear pero con un nudo en la garganta.
—Fue una injusticia que dijeran que iban a expulsarte, afortunadamente Dumbledore consiguió derogar esa resolución aunque en su lugar tendrás una vista. No te preocupes que yo te apoyaré, de todos modos no se te olvide que todavía me falta consignar el documento muggle para que también me concedan la custodia en el mundo mágico —concluyó Lindsey sonriendo para brindarle confianza.
La señora Weasley se llevó a Harry escaleras arriba para mostrarle su habitación y también para que se reuniera con sus amigos pues no quería que estuviese presente para la reunión que estaba a punto de tener la orden.
Un rato después llegó el resto de la orden. Severus llegó junto con Dumbledore.
—¡Profesor Dumbledore! —lo saludó Lindsey—. ¡Cariño! —dijo luego abrazando a Snape.
Tonks se atragantó con su propia saliva, Sirius rodó los ojos y Remus no le quitaba la mirada de encima a la pareja.
—Te lo dije —susurró Sirius con un tono de decepción.
—¡Que bueno verte! —exclamó Lindsey contenta, le hacía tanta falta su apoyo.
Él la rodeó con un brazo y fulminó con la mirada a los demás, como para advertirles que no hicieran estúpidos comentarios a su costa.
—Potter ya está aquí entonces —dedujo Snape tomando asiento en la mesa de la cocina junto a Lindsey.
—Así es, cielo. El pobrecito estaba asustado por lo de su vista pero le hice saber que le brindaría todo mi apoyo.
Una vez que todos estuvieron ubicados alrededor de la mesa, Dumbledore comenzó a dar su opinión respecto a la situación del ministerio. Todos sabían que Cornelius Fudge insistía (desde el último día del Torneo) en fingir que nada sucedía, que Voldemort no había vuelto y que todo estaba en orden en el mundo mágico. Para colmo, los numerosos artículos que Sketeer había escrito previamente habían dado pie a otros autores que se ensañaron con el pobre Potter y por todo el mundo mágico comenzaba a correrse el rumor de que el chico solo quería llamar la atención mientras que Dumbledore comenzaba a chochear.
—Debemos estar preparados porque como les dije, esto apenas es el comienzo. Cornelius pretenderá sacarme del juego poco a poco porque sabe que no me quedaré tranquilo —dijo el director y líder de la organización—, así que utilizará a esa mujer para intentar coaccionarme.
—¿Se refiere usted a esa tal Umbridge? —preguntó Kingsley.
—Exactamente.
—¿Pero está seguro de que ese Fudge la enviará a Hogwarts para vigilarlo? —preguntó Lindsey.
ESTÁS LEYENDO
Lindsey Cooper II
FanficLindsey Cooper, la hermana de Lily Potter ha llegado al Reino Unido para revolucionar la vida de todos: se ha ganado el cariño de su sobrino, el amor de Severus Snape y la simpatía de muchos dentro y fuera de Hogwarts. En esta ocasión todos intentar...