Lindsey Cooper, la hermana de Lily Potter ha llegado al Reino Unido para revolucionar la vida de todos: se ha ganado el cariño de su sobrino, el amor de Severus Snape y la simpatía de muchos dentro y fuera de Hogwarts. En esta ocasión todos intentar...
Aprovechando la soledad del hogar, Severus y Lindsey se entregaron el uno al otro, se amaron entre las sábanas de la cómoda habitación de la pelirroja, disfrutaron de cada beso y cada caricia antes de rendirse, Lindsey sobre la almohada, y él sobre ella, estrechándola, feliz de tenerla de nuevo consigo, solo para él.
Ella también disfrutaba el hecho de tenerlo consigo, así que se dispuso a acariciarlo mientras observaba a través de la ventana de la habitación.
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—¡Qué curioso! —exclamó mientras deslizaba los dedos con delicadeza sobre la espalda de Snape—. ¡Niebla en pleno verano! Desde que llegamos he notado eso.
—Es por los dementores —respondió él, sin levantar la cabeza—, ya sabes que están de parte de él. Olvidé decírtelo pero han sucedido unas cuantas cosas aquí durante tu ausencia, a parte de lo que ya te conté.
—¿Cosas como qué? —preguntó Lindsey, comenzando a preocuparse.
Severus se ubicó junto a ella y la refugió entre sus brazos.
—Los dementores, por ejemplo, ha habido reportes de sus ataques a los muggles, muchos reportes, se ensañan con ellos por razones obvias, no pueden verlos.
—¡Malditos cobardes! —se quejó Lindsey—, eso explica la niebla.
—Y pues... El Señor Tenebroso envió a algunos de mis compañeros a destruir el puente de Brockdale... vi las noticias muggles y culpaban al primer ministro por no usar bien los fondos de la nación, pero la realidad es que fueron los mortífagos.
—¡Por todos los cielos! ¿Murió alguien?
—Por desgracia, sí... Naturalmente Fudge dimitió y ahora está Scrimgeour en su lugar, antes era el Jefe de la Oficina de Aurores.
—Se acerca el momento... es evidente que aunque Voldemort prefiere mantenerse bajo perfíl, se acerca al poder. Tengo miedo por Harry... él es el elegido y no quiero que...
—No te preocupes por él, recibirá la ayuda que necesita en su debido momento, ya lo sabes.
—No quiero que sea El Elegido... no me gusta, no quiero perderlo a él, no quiero perderte a ti... ¡Los amo demasiado!
—No vas a perdernos, Lindsey... ¡Mírame! Yo sé cuidarme solo y a pesar de que me cueste, sé como actuar ante El Señor Tenebroso, con respecto a Potter... Albus se encargará de guiarlo y orientarlo en lo que necesite antes de... ya sabes, él mismo me lo dijo.
—¿Te dijo algo sobre eso?
—No, solo que hablaría con Potter, le daría una especie de... clases, pero no le adelantes nada, para no inquietarlo. No quiso ahondar en el tema conmigo, se nota que después de todo, Albus no confía en mí lo suficiente.
—¿Cómo puedes decir eso? Desde luego que confía en ti, confía tanto que te pidió que lo ayudaras a partir, en lugar de otro, y a su vez quiere que Voldemort confíe en ti (si lo considerara una jugada peligrosa no te lo habría pedido).