Harry preocupado

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Después que la señora Weasley llegó a Grimauld Place y les dijo que ya su marido se encontraba estable, estuvieron mucho más aliviados y entonces Harry, ya sin poder contenerse habló con Sirius y le confesó que mientras tuvo aquella visión del ataque del Sr Weasley, él era la serpiente. Eso lo perturbaba porque estaba casi convencido de que de alguna forma había logrado convertirse en ese animal. Su padrino lo tranquilizó diciéndole que tal vez solo se trataba de que el sueño había sido lo bastante vívido como para impresionarlo hasta el punto de creer que él era la serpiente.

—Pero Sirius, yo... sentí un odio inexplicable hacia el profesor Dumbledore cuando pude hacer contacto visual con él al tomar el traslador. No sé qué me sucede... no sé porqué me siento así, pero te puedo asegurar que no me gusta.

—No te preocupes, Harry, tú no eres una mala persona y eso lo sabemos todos.


Cuando Lindsey llegó, encontró a Molly y a los chicos en la cocina, habían terminado de desayunar y solo conversaban. La pelirroja quiso saber enseguida el estado del señor Weasley.

—Se pondrá bien, lograron estabilizarlo e incluso hablé con él, es solo que esa serpiente que lo atacó era venenosa y no han logrado dar con el veneno. Está cubierto por un vendaje que mantiene sus heridas seguras.

Lindsey se quedó pensando un rato.

—¿Qué tipo de serpiente era? —preguntó mientras se quitaba el abrigo y la señora Weasley le ofrecía una taza de café.

—La verdad no lo sé, dentro de un rato llevaré a los niños al hospital para que vean a su padre y entonces podré preguntarle a su medimago.

—Yo iré con ustedes, me gustaría hablar con él personalmente —respondió Lindsey—. ¿Dónde está Harry?

—Está con Sirius.

—No se preocupen, Molly, chicos. Arthur estará como nuevo muy pronto, ya verán que sí.

—Gracias por tus palabras —respondió la señora Weasley.

Lindsey agradeció la información y salió de la cocina en busca de su sobrino. Lo halló saliendo de una habitación seguido de Sirius.

—¡Tía! —exclamó con un tono entre sorpresa y alegría.

—¡Lindsey! —exclamó Sirius, también gratamente sorprendido.

—Ya estoy aquí, Harry —dijo la mujer con un tono maternal mientras lo estrechaba y le sonreía a Sirius—. Apenas me enteré de lo que sucedió fui a ver a Dumbledore y él me dijo que era mejor que yo estuviera contigo.

—Es un placer recibirte —intervino Sirius apresurándose a saludarla con un par de besos en las mejillas, como ella acostumbraba hacerlo—. Harry estaba muy preocupado por lo que aconteció... se siente un poco culpable. ¡Hey! Se trata de tu tía, muchacho, debes confiar en ella —añadió Sirius al ver la mirada de contundencia que le dedicaba su ahijado.

—No es que no confíe en ti, tía, es solo que... es difícil hablar de esto, siento que fui yo quien atacó al señor Weasley... ése no fue un simple sueño sino una especie de visión y en ella... yo era la serpiente que atacaba.

—No quiero que te tortures más, Harry, es suficiente. Tú no eres una mala persona —afirmó Lindsey con un tono certero, tomándolo por lo hombros para mirarlo a los ojos—, si hubieses tenido de verdad malas intenciones, jamás habrías notificado de esto.

—Muy buen punto —resaltó Sirius, haciendo sonreír a Harry.

—Ve a descansar un poco, ¿quieres? —le pidió Lindsey a su sobrino al verlo ojeroso—, dentro de poco iremos a visitar a Arthur.

Lindsey Cooper IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora