Navidad

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Al llegar a Londres, Harry y Lindsey se dirigieron a su casa a descansar, pues al día siguiente saldrían desde temprano para hacer las compras correspondientes a navidad antes de partir a La Madriguera, ya que pensaban reunirse con los Weasley. 

Harry dejó de preguntarle a Lindsey acerca del Juramento Inquebrantable porque consideraba obvio que ella no se lo diría, lo que exacerbaba todavía más su curiosidad, de todos modos no le importaba, pensaba preguntárselo a Ron o tal vez al señor Weasley, quizá ellos lo sabrían. Era una pena que Hermione no quisiera ir a la Madriguera en esta ocasión por estar enfadada con Ron, porque estaba completamente seguro de que ella sabía la respuesta a esa pregunta que tanto le comía el cerebro. ¿Qué tenía de especial ese Juramento Inquebrantable?  

Cuando llegaron a Londres, Lindsey y Harry se despidieron de los Weasley con la promesa de ir al día siguiente para celebrar la navidad, como tenían previsto. Al llegar a casa, Harry estaba muy complacido porque tía Lindsey había ordenado pizzas.

—Pero no te acostumbres, ¿eh? —le dijo ella riendo—, las pizzas no son precisamente una cena saludable, pero de vez en cuando no está mal.

—Están deliciosas —dijo Harry mientras tomaba un trozo.


Al día siguiente, Lindsey despidió a Harry frente a la chimenea, pues él se adelantaría a la Madriguera, mientras tanto ella iría a Diagon para hacer las últimas compras de navidad y de regreso pasaría por la casa de Tonks a ver como estaba, sabía que Molly la había invitado a la cena, pero al estar Lupin invitado también, Lindsey no creía que la metamorfomaga se animaría a ir. 

En efecto, luego de hacer las compras correspondientes, cuando Lindsey visitó a su amiga en su casa, ella le confirmó sus sospechas. 

—Pero ¿qué tiene de malo que vayas aunque él esté presente? —preguntó Lindsey ante la respuesta negativa de Tonks. 

—No me siento preparada para enfrentarlo, Lindsey, ni siquiera quiero verlo porque... creí que lo olvidaría, pero me ha sido imposible —respondió la metamorfomaga.

—Sé como te sientes, amiga, pero no puedes continuar así, tarde o temprano tendrás que enfrentarlo. Ambos pertenecen a la Orden, tienen los mismos amigos, terminarán encontrándose en algún sitio.

—Por más que lo intento no puedo evitar amarlo, Lindsey... y lo que más me duele es que... estoy segura de que me corresponde, pero es un cabeza dura.

—Tarde o temprano él terminará entrando en razón, pero mientras no puedes dejarte caer... ¡A ver! ¿Dónde pretendes pasar navidad, aquí con tus padres? 

—No lo creo, tal vez vaya por ahí... a algún sitio —respondió Tonks desanimada.

—No, comprendo que no quieras encontrarte con Remus, pero no debes aislarte, quédate con tus padres al menos, y si quieres yo también...

—No, Lindsey, tú ve a La Madriguera, es justo que estés junto a Harry, yo estaré bien.

—Pero tú...

—Me quedaré aquí con mis padres.

—Si es así, me quedó más tranquila —dijo Lindsey con una sonrisa de alivio, pero en ese momento la puerta de la calle se abrió y ella se sobresaltó al ver entrar a los padres de Tonks.

En realidad su extrema sorpresa surgió cuando vio a la madre de su amiga, había algo diferente en ella, pero en términos generales era tan parecida a...

—¡Por todos los cielos! —dijo llevando su mano a la varita por instinto. 

Tonks lo comprendió todo y la tranquilizó enseguida. La reacción de Lindsey la hizo reír y también a su madre, pues no era la primera que algo así le sucedía.

Lindsey Cooper IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora