Severus Snape acudió a la invitación de Lucius y se reunió con él en la mansión, Bellatrix estaba furiosa con él, no dejaba de insultarlo y atacarlo, tanto que Lucius tuvo que contenerla y obligarla a sentarse en un sillón mientras Narcisa y Draco lo contemplaban todo con miedo.
—¿Qué demonios sucedió con la espada, Snape? Se supone que tú la llevaste a mi bóveda.
Él se encogió de hombros por toda respuesta.
—Efectivamente allá debe estar, supongo que fuiste a comprobarlo, yo se la entregué a los duendes, lo que ellos hayan hecho después de marcharme, no es mi culpa.
Ella se quedó meditando la respuesta.
—En efecto estaba allá pero... ¿cómo podían tenerla consigo Potter y sus amigos? La sangre sucia dijo que la encontraron por casualidad.
—Interroga a los duendes —simplificó Snape—, tal vez ellos tengan la respuesta... o quizá el Señor Tenebroso, no lo sé.
—El duende que teníamos en el sótano afirmó que se trataba solo de una réplica.
—El Señor Tenebroso estaba fuera de sí —respondió Lucius—, nos castigó porque Potter huyó.
—¿Por qué lo dejaron escapar? —preguntó Snape enarcando una ceja.
—¡Todo fue por culpa de ustedes! —bramó Bellatrix señalando a los Malfoy.
—¿Nuestra? —preguntó Narcisa con incredulidad.
—Sí, porque fue su maldito elfo el que liberó a los prisioneros, si ustedes lo hubiesen matado antes...
—¿Quién iba a prever algo así? —preguntó Lucius con molestia—. No tengo poderes de vidente ¿Cómo iba a imaginar que Dobby salvaría a Potter?
—¡Maldita sea! Ahora Potter tiene mi varita.
—¿Te dejaste desarmar por una pequeña banda de adolescentes? —preguntó Snape en un tonó que denotaba falsa sorpresa.
Bellatrix lo fulminó con la mirada.
—¡Déjame en paz! —gritó furiosa antes de irse escaleras arriba.
—El Señor estaba furioso pero me parece que tiene un as bajo la manga —dijo Lucius—, algo estaba tramando.
—Tiene la varita de Dumbledore —respondió Snape—, la robó de su tumba.
—Espero que eso lo mantenga tranquilo hasta que pueda tener de nuevo a Potter al alcance de su mano.
—Debemos permanecer alerta a cualquier señal —indicó Snape—, pero no tomes decisiones precipitadas, espera sus instrucciones.
Después de hablar con Griphook y Ollivander, Harry, Ron y Hermione estuvieron muy pensativos, y no solo eso, estuvieron muy sospechosos. Durante un tiempo, los tres se encerraban con el duende en una de las habitaciones mientras los demás se preguntaban que estaría sucediendo adentro, algunas veces Bill le preguntaba a Lindsey si acaso Harry le había contado algo de sus planes, y ella lo negaba con sinceridad, aunque bien le hubiese gustado conocer todos los detalles y poder así proteger a su sobrino, pero él se negaba a revelarlos, aduciendo que sería mejor que ella supiera lo menos posible.
A veces ella se alejaba para contemplar el mar y poder meditar, tener a Harry consigo la llenaba de paz, pero la incertidumbre de no saber si lo que tramaba podía llegar a ser aun más peligroso que haber estado en casa de los Malfoy, la inquietaba bastante, no había forma de persuadir al muchacho para que la llevara consigo, ella aducía que podría resultarle útil por sus conocimientos en medimagia, pero él se rehusaba una y otra vez... ¿hasta cuando debían soportar el miedo y la opresión? ¿Cuándo terminaría todo aquello? Y Severus... ¿estaría bien? ¿Qué habría hecho Voldemort al enterarse que Harry había escapado una vez más de su alcance?
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Lindsey Cooper II
FanfictionLindsey Cooper, la hermana de Lily Potter ha llegado al Reino Unido para revolucionar la vida de todos: se ha ganado el cariño de su sobrino, el amor de Severus Snape y la simpatía de muchos dentro y fuera de Hogwarts. En esta ocasión todos intentar...