Clases de D.C.A.O que terminan en la enfermería

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—Todavía no puedo creer que ese estúpido mocoso haya hecho algo tan horrible —se quejó Lindsey, después de que Harry le hubiera contado lo que sucedió en el tren de Hogwarts, cuando se quedó solo con Malfoy.

—Está ardido porque su padre está preso, eso es todo.

—¿Pero tú qué hacías allí? No ganabas nada con espiarlo, solo que te rompiera la nariz y casi te enviara de vuelta Londres. 

—Sé que está tramando algo, tía... estoy casi seguro.

Ella guardó silencio y permaneció pensativa, a sabiendas de que en efecto, el muchacho estaría muy estresado, buscando la forma más efectiva de asesinar a Dumbledore, lo sabía porque Severus se lo había dicho... pero no podía confesárselo a Harry, no quería ponerlo nervioso. Lindsey no temía por Dumbledore porque sabía que Draco no podría hacerle daño, además de que estaba consciente del pacto que existía entre Snape y el director, pero temía por Harry, y sobre todo después del atentado que sufrió en el tren. 

—¡Tía! ¡Tía! ¿Me escuchas? 

—¡Ah! ¡Sí, cariño! Discúlpame... es solo que lo que te pasó me tiene nerviosa. Afortunadamente Tonks hizo un gran trabajo —concluyó mientras le escrutaba la nariz.

—Sí, es muy buena, pero descuida, Malfoy no...

—No vayas a intentar buscar venganza, Harry —lo advirtió Lindsey mientras lo señalaba con un dedo—. ¡Promételo!

Harry rodó los ojos.

—No quiero que ese chico se acerque de nuevo a ti, pero si lo provocas, él... 

—¡Yo no soy ningún cobarde! 

—Lo sé, Harry, y no tienes que demostrarlo, pero no me gustaría que sucediera de nuevo lo que te sucedió, o incluso algo peor —respondió Lindsey con los ojos húmedos—, no tienes idea del dolor que sentí cuando vi tu camisa manchada de sangre y posteriormente cuando supe lo que te había pasado.

Harry sonrió, conmovido y la abrazó.

—Tía Lindsey, estoy bien —dijo antes de besarla en la frente.

—Y quiero que permanezcas bien, mi cielo, ahora ve a tu sala común y descansa, pero ¡Espera! ¿Por qué tengo la impresión de que algo más te perturba?

—Ya deberías intuirlo.

—¿No me digas que es por el nuevo nombramiento de Severus? 

—Tía, sé lo que opinas sobre él, y también sé que jamás desconfiarás de él...

—Tienes toda la razón del mundo —respondió Lindsey asintiendo, pero Harry decidió continuar como si nada.

—Pero... D.C.A.O es una asignatura que él no debería impartir.

—¿Quién dice que no? 

—Dumbledore... él lo evitó por mucho tiempo.

—Sin embargo ahora opina todo lo contrario y por eso le dio el puesto —respondió Lindsey—. Harry, hijo, dale una oportunidad de demostrar como lo hace, probablemente te guste más como profesor de D.C.A.O que como profesor de Pociones. 

Harry rió por toda respuesta, contagiando también a la propia Lindsey.

—Solo lleva la fiesta en paz, ¿sí? 

Él asintió.

—Ve a descansar, mi cielo... y no te desveles. 


Al día siguiente llegó Charity, entonces ella y Lindsey se dedicaron toda la tarde libre a actualizar información. Charity le contó que efectivamente había estado en Francia, visitando a Gerald y que habían pasado unas hermosas vacaciones juntos, Lindsey, evidentemente no le contó lo del asunto que atormentaba a Snape, pero le habló del viaje a España, de lo bien que lo había pasado en compañía de los chicos, y de los hermosos momentos que había pasado junto a Severus.

Lindsey Cooper IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora