Las órdenes de Voldemort comienzan a ejecutarse

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Lindsey fue a ver al profesor Dumbledore en su despacho, quería comprobar por sí misma, la magnitud del daño que se había provocado con el posible horrocrux. Él la recibió con una sonrisa, como siempre, y aceptó gustoso el fuerte abrazo que ella le dio.

—Supongo que ya lo sabes, ¿no? —dijo Dumbledore—, y de ser así me alegra que Severus haya confiado en ti, pero sobre todo que tú confíes en él... te necesitará, ahora más que nunca. 

—Lo sé, profesor Dumbledore, pero, aún así no deja de ser duro lo que sucederá... ¡Déjeme ver su mano!

Dumbledore asintió y le obedeció, extendiendo la mano lastimada. Lindsey la sostuvo entre las suyas mientras la examinaba por unos segundos, luego la giró para examinar la palma, presionando un poco con los dedos.

—¿Duele? —preguntó.

—No, solo a veces me molesta un poco, aunque he notado que mis reflejos no son los mismos de antes, y tampoco tengo mucha fuerza en esa mano.

La medimaga asintió con una expresión reflexiva en el rostro.

—Fue un horrocrux, ¿no es así?

Dumbledore, que tenía la mirada fija en su mano, no pudo evitar elevarla para encontrarse con los ojos verdes de Lindsey.

—Pues...

—Esos son los efectos que provocan algunas de las maldiciones más terribles, entre ellas los horrocruxes... La debilidad, la pérdida de reflejos y la necrosis... son signos inconfundibles.  

—Sí, supongo que no puedo negarlo ante una medimaga, sobre todo una tan brillante —respondió el director mientras esbozaba una sonrisa. 

—Eso es lo de menos, el caso es ¿qué hacía usted manipulando algo tan peligroso? ¿acaso tiene algo que ver con Voldemort?... Por favor, no me esconda nada.

Dumbledore guardó silencio por unos segundos, probablemente pensando su respuesta.

—Sí —respondió finalmente—, tiene que ver con él y con un asunto del cual me he estado encargando por mi cuenta. 

—Pero ¿por qué no pidió ayuda? La Orden está precisamente para apoyar y trabajar en conjunto, por eso no entiendo porqué usted...

—Lindsey, hay cosas que es mejor hacerlas por uno mismo. Cuando no estás seguro de lo que te vas a enfrentar, es mejor asumir los riesgos sin involucrar a nadie.

—Pero... ¿acaso usted sabe lo valioso que es para todos nosotros? Y no me refiero solamente como líder, sino como amigo —dijo Lindsey con los ojos húmedos—. Yo particularmente le debo mucho: mi permanencia en este lugar, el haber conseguido a Harry, sus consejos, su cariño...

—Muchas gracias por esas palabras, muchacha, me alegra saber que me tienes afecto, pero hay veces que tenemos que hacer ciertos sacrificios si queremos lograr algo. Yo ya he vivido el tiempo suficiente, más de lo que podrías imaginar, así que ¿quien mejor que yo para asumir ese sacrificio?

—Severus vive atormentado ante lo que se le viene en el futuro, se siente presionado y asqueado, usted sabe lo que yo opino al respecto, sin embargo reconozco que... aunque me cueste aceptarlo, él es la mejor opción para ganarse la confianza de Voldemort, y a su vez ganar ventaja, es solo que... ¡Dios! Todo esto es tan difícil.

—Nadie dijo que iba a ser fácil, pero tampoco será imposible. Voldemort, como buen Slytherin, es muy astuto, y yo particularmente creo que solo podemos vencerlo usando su propio característica, es decir, la astucia. Es necesario hacerlo sentir seguro, confiado e incluso vencedor, solo así estará vulnerable. Yo lo conozco lo suficiente como para afirmar lo que te digo. 

Lindsey Cooper IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora