La fiesta de Slughorn

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El día de la fiesta de Slughorn, Lindsey lució un vestido negro que resaltaba su cintura, algo que Snape adoró, al verla en el umbral de la puerta de la enfermería cuando fue a recogerla.  

—Te ves tan hermosa —le dijo con toda honestidad mientras le ofrecía el brazo.

—Tú tampoco te quedas atrás, cariño, te ves estupendo. 


Ambos caminaron hasta el despacho de Slughorn, ubicado en el séptimo piso. Era bastante amplio, de hecho, el más amplio de todos los despachos de los profesores, razón por la cual el profesor se lo había exigido a Dumbledore como requisito para volver a enseñar en la escuela. 

Las paredes estaban decoradas con telas de color esmeralda y le daban la apariencia de una tienda enorme. Habían ya bastantes personas, entre alumnos y ex alumnos, de los cuales algunos eran celebridades del mundo de la música o el deporte. Lindsey estaba maravillada, sobre todo con las hadas que revoloteaban a su alrededor y se posaban en su cabello, dándole un aspecto más luminoso. 

Severus en cambio enarcó una ceja, estaba harto y eso que solo era el principio de aquella noche. Al menos le complació ver a un par de ex compañeros de clase de su generación que hoy en día trabajaban en el Ministerio de Magia, pero consideraba terriblemente fastidioso que Slughorn lo tomara del brazo a cada rato para presentarle a alguien nuevo que le había conseguido entradas para esto o aquello, o al sobrino del nuevo ministro o al hijo de fulano de tal que tenía un puesto muy importante.     

En cuanto Lindsey vio llegar a su sobrino, no dudó en saludarlo, se veía tan lindo con su túnica de gala, aunque ese cabello rebelde se negaba a ser peinado debidamente, de cualquier forma no podía negar que ése parecía ser su mayor atractivo, y que todas las miradas de las jovencitas se iban directamente a él.  

—¡Qué guapo te ves, mi cielo! —dijo Lindsey, ajustándole el corbatín—, ¿y Luna? 

—Debe estar por llegar —respondió Harry.

Y en efecto, la chica apareció en el umbral de la puerta unos minutos después, seguida por Cormac y Hermione que se veía aún más desanimada que Snape. 

Harry le hizo señas a Luna para que lo encontrara en medio de la gente y se reuniera con él, y casi inmediatamente escucharon suspiros de disconformidad a su alrededor, e incluso a ambos les pareció que una chica pronunció la palabra "lunática". 

En ese momento, Horas Slughorn se acercó a ambos en compañía de la profesora Trelawney, mientras le decía que Harry tenía habilidades extraordinarias en Pociones.  

—Me complace  que así sea —dijo Lindsey con una sonrisa, llena de orgullo.

—Pues claro que sí, mi querida Lindsey, tu sobrino tiene habilidades que igualan o superan a las de su madre, e incluso a las del propio... ¿dónde está tu novio? 

Harry pareció entrar en pánico de repente, Luna más bien se mostró indiferente. 

—Justo detrás de usted —respondió la pelirroja mientras Severus ponía los ojos en blanco.

—¡Alegra esa cara y ven con nosotros, muchacho! —dijo Slughorn—. Le decía a tu novia que debe estar muy orgullosa de su sobrino porque el muchacho ciertamente tiene grandes habilidades para elaborar brebajes, desde luego que tienes parte del crédito ya que estuviste enseñándole hasta el año pasado. 

En este punto Severus sí que comenzaba a tener interés en la conversación... ¿desde cuándo Potter se había vuelto tan bueno en la asignatura?... esto sonaba demasiado extraño e incluso sospechoso. Lindsey en cambio seguía sonriendo, feliz y orgullosa de su sobrino.

Lindsey Cooper IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora