Capítulo Cuarente y Nueve

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Marinette soltó un grito cuando sintió la bala rozar sobre un lado de ella el susto fue tan grande que se paralizó de miedo al ver que aún le seguía apuntando, la bala había rozado sobre su mejilla al moverse y sintió un gran ardor.

—¡Quieto! ¡Policía! —escuchó alguien por la espalda de Su-Han.

Ella inclinó la cabeza hacia un lado fijándose que el sargento Wayzz estaba apuntándole a Su-Han con una pistola, en sus pensamientos agradecía que ya la policía hubiera llegado mientras intentaba mantener sus fuerzas firmes para correr dejando a Su-Han y a Wayzz mientras que ella estaba adentrándose en un largo pasillo en la vuelta de la esquina.

—¡Señorita! ¡Espere! —exclamó Su-Han.

—He dicho que se quede quieto—exigió Wayzz.



—¿Pero en qué pensabas?—exclamó Nino.

Se encontraba en la unidad junto con Alya; tras haberse enterado por parte de su novia lo que había ocurrido salió corriendo a la unidad oficial, trasladaron a Chris a la unidad luego de haberlo capturado, aún con la conmoción la morena pudo avisarle a Nino lo que ocurrió cuando había sido llevado a ser interrogado. Mas las cosas empeoraron cuando Nino llegó al recinto, se había puesto como loco y exigió ver a Chris. Estaba tan molesto que estuvo a punto de golpear a su hermano con tal de que pudiera confesar lo que había hecho, quería saber su explicación si no fuera porque los detectives los alejaron para poder interrogar en privado a Chris y así hacer su trabajo.

Cuando Nino se había tranquilizado, rompió a llorar.

—¿Qué hice? ¡Dios! ¡Qué fue lo que hice?! —gimoteó Nino.

—Tranquilo—susurró Alya—Tiene que haber alguna explicación.

—¿Qué orilló a mi hermano a hacer algo así?

Aunque Alya intentaba consolarlo, en el fondo estaba prácticamente atemorizada por el hecho de que su casi cuñado habría sido parte de todo esto, y más aún si él había ayudado a Theo a asesinar a su madre. Todo parecía indicar que Chris era simplemente un cómplice cuando Pollen salió a explicarles a los jóvenes sobre cómo iba el interrogatorio.



Su-Han se encontraba de rodillas mientras que Wayzz le quitaba su pistola y lo esposaba en la espalda.

—Estamos del mismo bando—explicó Su-Han tranquilamente. —Mire mi identificación, está guardaba en mi bolsillo.

Wayzz sacó una cartera de la chaqueta de Su-han, la abrió y observó su identificación y una placa oficial. Resultaba que Su-Han era un inspector de la UC, a lo que el sargento le ofreció unas disculpas y lo desposó, Su-Han entendía bien su trabajo por eso no sentía ningún reproche por lo que Wayzz había hecho aunque si escuchó ese disparo y quería saber el por qué lo provocó.

—Le disparé a una rata—contestó él.

Como Marinette estaba tan apurada intentando marcharse, no se dio cuenta que había una rata gigante retorciéndose de dolor en el suelo sobre un pequeño charco lleno de sangre que de ésta brotaba por la bala que tenía enterrada en su cuerpo.

—Estaba a punto de saltar sobre ella, parece que quiso morder a la señorita Dupain-Cheng—explicó Su-Han. —Solo intentaba protegerla.

Continuaron el mismo camino que Marinette mientras ella a dos metros por delante siguió avanzando hasta encontrarse con unas escaleras que daban a un piso de abajo. Juraba estar escuchando gritos hacia abajo aunque podría ser el eco del sitio el cual provocaba ella de igual modo bajó con el corazón en la garganta temiendo que fuera demasiado tarde para Gabriel Agreste. Sin embargo ella tropezó por las escaleras debido a la oscuridad que había abajo y dio contra el suelo muy fuerte llevándose un duro golpe en su cadera; por suerte Su-Han y Wayzz habían llegado y le ayudaron a levantarse, Marinette apenas podía quedarse de pie debido a que su tobillo también se fracturó durante la caída.

[AU] La mariposa negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora