[AU] La mariposa negra

Capítulo Cinco

—Marinette ¿Cómo?

—Lo recibí una semana después de que ella murió, por qué terminó en mis manos, no lo sé. Pero sé que ella por algún motivo me lo mandó a enviar antes de morir.

   Sacó una computadora y colocó un CD dentro, en el vídeo se mostraba a la señora Agreste sentada en una silla mirando a lo que podría haber sido una cámara y decía:

—Si estás viendo esto Marinette, significa que ya no estoy aquí, cuida bien este diario, tiene información muy valiosa, no dejes que nadie se entere, busca a Mireille, ella te ofrecerá ayuda.

   Alya no dejaba de taparse la boca de la impresión.

—La señora Agreste sabía que iba a morir, pero entonces.¿Por qué hasta ahora lo estás haciendo Marinette? ¿Por qué no antes?

   Marinette pausó el vídeo antes de hablar.

—Porque no me atrevía debido a la investigación que estaban haciendo, no quería que la policía comenzara a sospechar de mí si supieran del diario. Luego no supe como abrirlo, hasta que descubrí hace un mes que el broche era la llave de su candado. Ahora cuando supe por Adrien que iban a liberar a su padre decidí actuar y averiguar la razones por las cuales la señora Agreste me dejó a mí este diario, junto al broche y esto.

   Y le enseñó una vara para el cabello con un adorno en forma de mariposa color plateado.

—Cuenta conmigo amiga, y ¿por qué no leíste el diario para conseguir la prueba que necesitas?

—Está escrito en un idioma que no conozco.

   Le mostró una página del diario y efectivamente, estaba escrito en otro idioma, pero no era fácil de descifrar debido a que la letra de la señora Agreste no era sencilla de leer.

—Y no pudiste decírselo a nadie debido a lo que pasó. Entiendo,— hizo una pausa mirando a un lado—, no te preocupes, te ayudaré.

—Sospecho que fue Gabriel Agreste.

—Eso lo comenzaremos a averiguar las dos.

   Ambas amigas se abrazaron para darse fuerza la una de la otra, debían tenerlo si querían averiguar aquel súbito misterio que aguarda sobre la muerte de la señora Agreste.

     La frustración no dejaba de invadirle a Gabriel Agreste, Marinette tenía razón, esos diseños eran horribles, prácticamente pareciera que había perdido su magia en la creación, si su hijo se enterara de esto, lo despediría enseguida así fuera su propio padre y ¿De qué iba a trabajar después? No sabía hacer otra cosa, y con su edad avanzada no conseguiría trabajo, tampoco tenía los recursos para una pensión. Llevaba cinco años en prisión, tras las sombras y lo único que tenía en mente durante años fue probar su inocencia sin siquiera saber como lo haría.

—Necesito un café.

     Durante la trayectoria de su trabajo, Tikki veía las fotos de la escena del crimen junto con Plagg y analizando los interrogatorios de los testigos que fueron grabados hasta que fueron llamados por Duusuu; era quien se encargaba de la revisión de cadáveres en el departamento de autopsias y ahora necesitaba hablar con los detectives acerca del hallazgo que había obtenido por revisar el cuerpo de la víctima.

   En cuanto llegaron se encontraron con una mujer con bata de médico que cubría su camiseta azul, pero dejaba notar sus pantalones negros, con un cabello corto con un fleco de reflejo azul, sus ojos eran azules que estaban ocultos tras unos lentes y tenía una libreta en la mano