[AU] La mariposa negra

Capítulo Veintiuno

     Ahora las cosas se ponían graves. Luego de enterarse por medio de Gabriel que la madre de Alya era la chef personal de la señora Agreste, comenzó a sospechar que por eso habría sido que le habían enviado esa nota a Alya; y eso no hacia más que aumentar sus temores por la seguridad de su amiga.

   ¿Y si ella termina siendo la víctima? Si su madre trabajaba para la señora Agreste, entonces ella también estaría en peligro, incluso toda la familia podría tener la misma suerte, aunque eso esa muy improbable.

«¿Sería capaz de ir por toda la familia? ¿Incluso las hermanas de Alya? Excepto por Nora, creo, ella está lejos de París» pensaba Marinette.

   No sabía como actuaría el asesino. Lo único que sabía era que Aurore murió, seguramente, por ser amiga de Mireille. No sabría pensar con seguridad que el asesino fuera capaz de lograr tal atrocidad con la familia de Alya, ni siquiera sabía como actuaba realmente, la única pista hasta ahora era que mataba a los que tuvieran relación con la esposa de Gabriel Agreste.

—¿Qué voy a hacer? ¿Cómo se lo voy explicar a Alya? Si ella se entera de lo que estamos haciendo, podría perder su confianza—balbuceaba de manera frenética.

—Cálmate, niña. Si te preocupa tu amiga, trata de buscar hablar con su madre de forma sutil. Como lo hiciste con Grimault.

—¿Y cómo esperas que vaya a preguntarle, genio?— alegó Marinette—No puedo simplemente ir con ella y decirle lo que sé. Podría sentirse incomoda y Alya querrá respuestas. 

—Eres muy lista, algo se te ocurrirá.

   Marinette lo meditaba, no iba a ser posible, pero trataría de sacarle alguna información a la señora Césaire, y para eso necesitaría la ayuda de su mejor amiga para tener una charla con ella. Aunque si lo hacía, tendría que explicarle alguna excusa del por qué ella quería hablar precisamente con su madre.

   La joven resopló sentándose en la silla de la oficina mientras se sobaba las sienes con fuerzas. Luego, se levantó de la silla y se acercó hacia Gabriel Agreste.

—Mas te vale que seas inocente, porque estoy arriesgando mucho por tu supuesta inocencia.

—Que te quede bien claro una cosa: soy inocente de haber asesinado a mi esposa— le musitó casi cerca de su rostro.

—¿Interrumpo?—.    

   Ambos se voltearon a la puerta donde una empleada con cabello negro y mechones purpura entraba con un paquete y un sobre en sus manos.

—Esto acaba de llegar, me dijeron que lo dejara en esta oficina.

—Gracias, Juleka—dijo Marinette—¿Para quién es?

—No tiene destinatario, sólo dijeron que lo dejaran en esta oficina, lo más extraño que me han pedido, hasta ahora.

   Luego de entregar la correspondencia, Juleka se marchó. Con curiosidad, Marinette observó el sobre y el paquete, era tan pequeño que podría caber fácilmente un libro adentro. Abrió el paquete, encontrándose con una caja que al abrirla, se encontró con un CD, después fue por el sobre y lo abrió encontrándose dentro con un origami de mariposa y un mensaje que decía: 

Eres digna de admirar mi última metamorfosis. Hawk Moth.

—¿Qué es eso?— preguntó con curiosidad Gabriel.

—Eso lo averiguaré cuando llegue a mi casa, lo que sea que haya en este CD, debe tener relación con el asesino. 

—¿Cómo estás tan segura, niña?