Capítulo Treinta y Ocho

138 21 10
                                    


Comenzó a respirar agitadamente, al salir de su departamento sintió que el pánico se apoderaba de ella por temor a encontrarse nuevamente con Hawk Moth en el exterior y más temiendo que Gabriel fuera esta vez la víctima, estaba por salir cuando escuchó unos ruidos de pasos subiendo las escaleras del interior de edificio. Así que volvió a entrar a su hogar sin parar su agitada respiración, esta vez como si sus pulmones no pudieran abastecerse del aire necesario, alterándose por completo al tiempo que de manera involuntaria sus manos se iban hacia su cabeza con una mirada aterrorizada y se fue hacia la cocina cuando los mareos le empezaron a llegar para poder buscar algo dulce para calmar sus nervios que no fueron más que empeorando cuando sintió el sonido de la puerta moviéndose, teniendo como un rápido impulso agacharse y tratar de encogerse lo mejor que podía por debajo de la mesa de la cocina.

Cerró los ojos con fuerza dejando escapar algunas lágrimas al sentir como los pasos de alguien se iban acercando hacia ella.

—¿Marinette?

Abrió los ojos para encontrase con los ojos de Gabriel que en seguida había colocado su mano derecha sobre su mejilla para acariciarla con su pulgar y secar otra lágrima que se había derramado sobre sus ojos.

Lo que más le sorprendió a Gabriel fue ver como Marinette se abalanzó sobre él rodeándolo sobre su cuello. A lo que él respondió rodeando sus brazos sobre su espalda.

—Creí que te habías ido y temí que Hawk Moth te hubiera llevado...O pudiera tratar de llevarme a mí—susurró Marinette.

De buen gesto, Gabriel levantó a Marinette del suelo cargándola en sus brazos y depositándola en el sofá para después irse a la cocina por un vaso de agua con azúcar al ver que Marinette tenía un mal aspecto. 

—Estaba por irme—le explicó Gabriel mientras se sentaba a su lado.—Hasta que vi que alguien salió corriendo bajando las escaleras, así que fui corriendo detrás de él. Pero cuando intenté alcanzarlo afuera ya lo había perdido de vista. Solo pude ver que vestía con ropa oscura, no le pude ver la cara. 

Alzando la cabeza, Marinette tenía más dudas ahora que no se podía quitar, y mucho más temor 

—¿Y si fuera Hawk Moth y te hubiera secuestrado?—indagó la azabache.

—Mejor yo a que seas tú...—entonces carraspeó—Es decir...No quiero que te hagan daño.

Marinette volteó a verlo y le sonrió, acto seguido le depositó un beso en su mejilla.

—Gracias, por preocuparte por mí.

Gabriel le devolvió la sonrisa, observándola en silencio por unos momentos hasta que volteó nuevamente la mirada hacia otro lado.

—Discúlpame, me tengo que cambiar de ropa para irme a dormir.


Otro día había llegado, para el inspector Fu no estaba llegando a ser muy prometedor debido a una turbia reunión que estaba teniendo con la fiscal.

—Por favor, Marianne. Necesitamos más tiempo—suplicaba el inspector Fu a la fiscal.

Ambos se encontraban en una cafetería. Fuera del trabajo eran muy buenos amigos, pero cuando se trataba de cosas serias tenían ciertos límites, ahora Fu le suplicaba que les diera tiempo a él y a su unidad para resolver el caso de aquel asesino en serie conocido como Hawk Moth que ahora se estaba poniendo en boca del público. 

La fiscal estaba dispuesta a asignar a alguien más el caso que pudiera capturarlo antes de que hubiera otra víctima, darles más tiempo significaba más posibilidad de que el asesino consiguiera hacerse con alguien más.

[AU] La mariposa negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora