Capítulo Veintiséis

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     Tikki y Plagg estaban reunidos en una oficina junto con Nooroo, donde se encontraba un hombre alto con un cabello azabache con reflejos verdes, ojos ambarinos, tenía un rostro atigrado y vestía una camisa negra por encima de su chaqueta verde y unos pantalones de blue jean. Era el espectro en psiquiatría de la unidad de policías que se encargaba de analizar los perfiles de los criminales. 

—¿Qué nos puedes decir Ssass?—preguntó Tikki.

—Reuniendo las evidencias que tienen,— empezó a narrar Ssass sentándose en una silla y dejando los papeles que tenía en la mano en una mesa.—Puedo suponer que nuestro criminal tiene algún especie de trauma, tal vez un maltrato físico o la perdida de un ser querido que refleja en sus víctimas—hizo una pausa para mostrarle a Tikki y Plagg las fotos de Mireille y Aurore,—Hasta ahora sólo han sido mujeres las que son envueltas en crisálidas, su obsesión por la mariposas debe guardar relación por como las tortura.

—Está un procedimiento de dolor por el cual pasa la oruga antes de salir por la crisálida— empezó a decir Nooroo—, eso es por lo que pasan las víctimas, los golpes y tortura son una representación del dolor que pasa la oruga y las envuelve en crisálidas teniendo en mente el hecho de que después del dolor viene la metamorfosis de una bella mariposa.

—Exacto, Nooroo—dijo Ssass— El asesino ve el dolor y la belleza como una sola.

   Tanto Tikki como Plagg escuchaban atentamente las explicaciones de ambos hombres, aunque Nooro no estaba oficialmente en el caso, estaba dispuesto a ayudar en lo posible a los detectives a detener al asesino en caso de que fuera Gabriel Agreste. Con el secuestro de la señora Césaire, los detectives estaban cada vez más presionados en buscar al asesino antes de que se cobrara la vida de otra víctima.

   Aunque la señorita Alya Césaire les había otorgado los recortes de mariposa para indicarles el sitio exacto en el que posiblemente encontrar a la víctima, no encontraron nada sospechoso las veces en que fueron a peinar la zona.

—Ya quiero irme a dormir— bostezó Plagg.—Estaremos más concentrados en el caso si dormimos.

—Plagg, concéntrate— le reclamó Tikki— No debemos detenernos hasta obtener un perfil para que concuerde con los sospechosos.

—¿Hasta ahora cuales tienen?—quiso saber Ssass.

—Gabriel Agreste es uno, también sospechamos de su hijo, quizás esté cometiendo estos crímenes para poder culpar a su padre porque sigue resentido con la muerte de su madre.

—¿Y el señor Viktor Agreste?—intervino Plagg.

—Está discapacitado, no podría ser capaz de golpear a alguien teniendo que sostenerse de su bastón.

—Al menos que tenga un cómplice—observó Ssass—Mejor no descarten la teoría que nuestro sospechoso puede tener un ayudante.

—Aunque todo indica que es un asesino que trabaja solo— mencionó Tikki.



     Gabriel Agreste se disponía a pasar la noche en la mansión resguardándose en la soledad de su habitación, hasta que una llamada de su padre desde la entrada lo interrumpió.

Hijo, me gustaría que fueras al desfile. Has trabajado tan duro estas semanas, que me parece que te mereces un momento como estos y pasarla bien en la fiesta de recepción.

—Tu nieto me tiene prohibido ir.

Pero yo no. Prácticamente soy el jefe de tu jefe, así que yo te permito ir al evento. Así que arréglate y te espero en la limusina.

[AU] La mariposa negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora