Capítulo Cincuenta

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Marinette se encontraba en la cafetería con un enorme vaso de helado con chocolate batido justo cuando en ese momento llegó Su-Han con preocupación y se sentó en la misma mesa donde estaba Marinette preguntándole si se encontraba bien. Había escuchado de un gran escándalo por los disparos que había recibido Viktor mientras que el sargento Wayzz trataba de que todos estuvieran en calma junto al oficial Rogers que ayudaba en el área mientras los paramédicos llevaban al anciano herido hacia adentro del hospital para ser atendido.

—¿Te encuentras bien? — indagó Su-Han.

—Eso creo—especuló Marinette. —Me sorprende que Hawk Moth fuera tras Viktor Agreste y no tras de mí.

—Lo que sea por qué ocurrió, debes pensar que tienes suerte de estar a salvo.

Y colocó su mano encima del hombro de la azabache y le sonríe, ella también lo hace por el gesto que tuvo aunque se le borró al instante la sonrisa que tenía en su rostro.

—No puedo decir que realmente me encuentre a salvo mientras él siga por ahí rondando—comentó Marinette.

Se disculpó un momento cuando observó que Adrien entraba en la cafetería y compraba un vaso de té caliente.

—¿Marinette? —soltó él cuando vio a la joven—Espera, Marinette, por favor.

No le hizo caso, si no fuera por su pie podría correr más rápido pero al final Adrien la detuvo y le tomó del brazo con un agarre tan fuerte que no estaba dispuesto a soltarla por ningún motivo.

—Marinette, espera.

Miró un momento al rostro de Adrien, en sus ojos se vio un brillo diferente al de frialdad que siempre parecía mostrar. Ahora parecía un niño asustado lo que supuso que podría ser porque debió enterarse lo que pasó con su abuelo, aunque para ella era un hombre muy despreciable ante los ojos del joven Agreste era el hombre que lo fue criando cuando su padre había ido a prisión llegando hasta el punto en el que terminó queriéndolo como el padre que tanto necesitaba. Entendía que fue difícil para él en aquella etapa de su vida que prácticamente fue como perder a sus padres y ahora temía porque a la única figura paterna que tenía se encontraba en peligro de muerte.

—Adrien...

Tenía un gran nudo en la garganta cuando lo vio llorar y abrazarla con fuerza, qué podía hacer en aquellos momentos, estaba muy aprisionada en sus brazos que apenas y se podía mover.

—Me han dicho que las heridas son graves, no me gustaría que mi abuelo muriera. Ha sido mi padre por muchos años y...

—Todo va a estar bien—fue lo único que pudo decir Marinette para consolarlo.

No era el mejor momento para lanzar cizañas contra Adrien por lo que él le había hecho a ella. Ahora no era el momento para hacerlo pero ahora estaba decidida a confesarle a Adrien todo sin importar lo que él al final pensara de ella, Gabriel lo sabía y no pensó que era una perra.

—Todo esto es culpa de Gabriel, desde que salió de la prisión ha causado muchos males—gruñó Adrien. —Debió recibir cadena perpetua.

Y en ese momento el rostro de Marinette se oscureció. Podría ser que comenzara a sentir lástima por ver como Adrien sufría al saber que su abuelo está herido de gravedad pero eso no significara que aún sintiera tanta rabia al ver como el rubio despreciaba a su padre que no tenía ninguna culpa de todo lo que estaba sucediendo.

—Perdón, pero debo irme.

—Aún no terminamos de hablar, Marinette.

Y le agarró con fuerza la mano, el brillo tierno de sus ojos había cambiado a uno frío que siempre mostraba en la empresa, era una mirada que Marinette conocía a la perfección.

[AU] La mariposa negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora