[AU] La mariposa negra

Capítulo Treinta y Siete

Al ver que no podía hacer entrar en razón a su mejor amiga debido al gran dolor que estaba sintiendo por la muerte de su madre, se alejó de la funeraria dirigiéndose hacia la otra calle donde se encontraba Gabriel Agreste sentado en una banca mirando su teléfono.

En el día de ayer, luego de haber tomado la decisión de continuar traduciendo el diario, estaba dispuesto a marcharse a la casa del abuelo de Marinette si no fuera porque temía que Hawk Moth fuera a secuestrarla directamente a su casa así que se quedó una noche más durmiendo en casa de Marinette lo cual ella no se lo negó, en parte, porque ella tenía miedo de poder quedarse sola y terminar siendo llevaba por Hawk Moth. Si era verdad lo que decía la nota que tenía, posiblemente escrita por Nathalie, entonces estaba siendo vigilada y eso también significaba que Hawk Moth debía saber donde vive; y si no se la ha llevado como lo intentó aquella noche era porque seguramente Gabriel Agreste estaba con ella. Tenía hasta la impresión que si en cualquier momento terminaba estando sola Hawk Moth aprovecharía e intentaría secuestrarla nuevamente.

Pero ahora, debía enfocar su mente en otra cosa, esperando a que después del duelo que estaba pasando Alya, les pudiera ayudar con la investigación que tenían en manos.

—Parece que por el momento, estamos solos en esto. Sé que con ayuda de Alya, podemos aclarar todo el misterio.

—Hay algo que no le veo sentido—empezó a decir Gabriel—¿Por qué Nathalie estaría buscando contactarse contigo? Nunca conociste a mi esposa y solamente estuviste relacionada con mi hijo por...¿Cuánto tiempo es que habían sido novios?

—Unos cuantos meses—respondió Marinette—O años, no quiero hablar de eso.

Por aquella mirada, Gabriel Agreste se dio cuenta que no era un tema muy apropiado para ella conversar, mas aún así debía dejarle en claro todas aquellas dudas que en esos momentos estaba teniendo, aunque no le fueran a gustar a Marinette.

—No tiene mucho sentido, tanto como el por qué te habrá dejado ella su diario si no tenías ninguna relación directa con ella. 

—Quizás podamos conseguir esa información en su diario—sugirió ella.

—Sabes que eso es un poco imposible, recuerda que mi latín está un poco oxidado, me costará mucho tiempo traducirlo todo—.

Ninguno de los dos podría darse cuenta de que alguien los estaba mirando desde una camioneta, les tomó unas fotografías y se marchó de la calle donde se encontraba estacionada. 

Minutos después, en la funeraria, Adrien Agreste estacionada su auto y se bajaba del vehículo, entró a la sala Oval para poder darle las condolencias a la familia Césaire, sobre todo a su compañera de clases, Alya, quien ahora se encontraba sujetada de Nino mientras que él le ofrecía un vaso con café azucarado.

—Me alegro que hayas venido, viejo—le comentó Nino al verlo acercarse—No lo están pasando bien.

Entre las personas, se encontró con Chloé, quien al verlo, le hizo una seña con un rostro de seriedad para que pudiera salir del salón Oval sin que nadie pudiera interrumpirles, porque en verdad necesitaba hablar con su amado rubio sobre la situación que se había presentado. Aunque fuera el funeral de la chef de su hotel, no iba a dejar pasar la oportunidad de hablar con Adrien sin que nadie lo supiera, ese parecía una buena oportunidad debido a que Viktor Agreste no se encontraba presente con su nieto.

—No puedo creer que haya tenido que cancelar nuestros planes de poder irnos porque querías venir al funeral de la chef del hotel.

Para Chloé no era realmente la gran cosa, eso era aparente, pero no lo diría en voz alta para no causar una mala reputación hacia su persona.