Capítulo Veintinueve

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     Cuando Gabriel Agreste salió a entregar los bocetos de los nuevos diseños, se topó con su padre en el ascensor.

—Eres un mentiroso—promulgó Viktor—Pero sabía que algo estás sintiendo por esa jovencita. Lo lamento, hijo, pero debo ponerme del lado de mi nieto.

—Tú también, padre—exclamó—No hay nada entre nosotros, yo no siento nada por ella.

—Vas a tener que buscarte un lugar a donde vivir a partir de ahora. Te puedo dar dinero para un cuarto de hotel, pero sólo por una noche para que así puedas conseguir una nueva vivienda.

   Lo que parecía pedirle era imposible ¿Cómo encontrar dónde vivir en tan sólo un día? Y además, que fuera un lugar con el que pagar con el salario que tenía. Era imposible, y no estaba dispuesto a pagar un sitio de muy baja categoría para poder vivir.

   Cuando Viktor salió del ascensor, Gabriel esperó a que se parara en su piso y en esos pocos minutos, bajó su cabeza y se tocó las sienes con los dedos de su mano izquierda. La preocupación de ser corrido de su propio hogar lo estaba invadiendo, no tendría otro lugar a donde ir, su hijo prácticamente estaba llevándolo a vivir en la calle y ahora que su padre no fuera a intervenir en su ayuda estaba en peores condiciones.

«No tengo a nadie que pueda ayudarme».

   Antes de que pudiera salir, observó en el suelo del ascensor un origami en forma de mariposa y enseguida lo recogió.

   Cuando llegó a la oficina, le mostró a Marinette el origami de mariposa y enseguida lo desdobló.

—¿Dónde lo encontraste?—le preguntó leyendo la hoja.

—En el ascensor— le explicó Gabriel —Justo después de hablar con mi padre...

   Se detuvo, pensando en lo que había, de manera sorpersiva miró a Marinette y luego empezó a decir:

—¿Y qué tal si él...

   Salió rápidamente tomando el papel que sostenía Marinette en sus manos, más bien, la estaba arrastrando junto con él y ella no entendía lo que estaba haciendo.

—Detente ¿A dónde me llevas?— le exigió Marinette.

—Tenemos que enfrentarnos a mi padre.

—¿Qué?—se exaltó Marinette—Ni loca me voy a acercar a él.

   Marinette trató de soltarse, pero el agarre de Gabriel era muy fuerte, entonces cuando estuvieron en las puertas de la oficina de Viktor Agreste, Marinette detuvo a Gabriel en su proceso de abrir la puerta.

—Dime por qué me involucras a mí—murmuró ella.

—Porque creo que tiró este origami a propósito para que lo encontrara.

—Entra solo, no puedo verlo—le suplicó—Por favor, Gabriel, tengo miedo.

   Con ese tono de suplica no podía negarse a su petición.

   Entró rápidamente haciendo que su padre alzara la vista hacia él, Marinette no entró en ningún momento y se quedó afuera del otro lado de la puerta.

—¿Me lo tiraste a propósito?— preguntó Gabriel mostrando el papel desdoblado del origami.

—Tal vez en realidad se me pudo caer por accidente.

—No sé por qué no puedo creerte— replicó Gabriel.

   Ambos hombres se miraron retadoramente, no iba a decaer, Gabriel no estaba dispuesto a hacerlo.

[AU] La mariposa negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora