Capítulo Treinta y Seis

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No lo podía creer, ese mensaje le había dejado atónita, ¿quién era ese joven y por qué le envió ese papel? Estaba inquieta, mas debía de calmarse si no quería levantar sospechas ante nadie que la estuviera viendo. Debido a que la nota que le habían dejado decía así:

El Círculo de los Agreste te vigila, al igual que Hawk Moth. Pronto entraremos en contacto.

Nathalie.

¿En verdad Nathalie le estaba enviando ese mensaje? ¿Qué era el Círculo de los Agreste? Esas preguntas afloraban en su cabeza hasta que el descanso había terminado y ella no podía concentrarse en su trabajo debido a la nota.

En cuanto a Gabriel, el recordar como había visto a ese hombre coquetear con Marinette le causaba una molestia interna. En verdad no creía que Marinette fuera capaz de hasta aceptar que le diera su número telefónico ante alguien que apenas conocía. Al ver a Marinette entrar en la oficina no le dirigió la a palabra, sin embargo, alzó un momento la mirada extrañándose que no le dijera nada ni le comentara alguna cosa como suele hacerlo.

«Seguramente está pensando en ese joven rubio» pensaba Gabriel.

Sin embargo, lo que en verdad rondaba en la cabeza de Marinette, era la nota, meditaba si debía decírselo a Gabriel o callarlo, la nota no decía que no debía de comentarle nada a Gabriel, además, según la nota Hawk Moth la vigilaba, y el único que estaba ahora cerca de ella era Gabriel. Sin embargo con lo que había vivido anoche le hizo descartar la idea de que él fuera Hawk Moth, así que por eso tenía una buena razón para no callarse lo de la nota y decírselo, más que todo porque él estaba buscando a Nathalie.

—Gabriel—soltó Marinette—Tengo que decirte sobre la nota que me dejó...

—Oye, no estoy para escuchar toda tu vida y posibles relaciones que tengas, no me importa lo que hagas con ese hombre—masculló Gabriel—Aunque a simple vista, me sorprenda que te guste los tipos que con solo un simple coqueteo ya estés rendida ante él.

—No es lo que tu crees, la nota que me dio es...—se detuvo un momento, observándolo de manera inquisitiva—Espera, ¿acaso estás celoso?

A Marinette le estaba pareciendo que lo estaba por la forma en que se había molestado por mencionar la nota que le habían dejado, aunque eso le estaba pareciendo imposible, Gabriel Agreste no podría estar celoso porque ni siquiera está enamorado de ella. Tal vez era sólo una mala idea que se estaba teniendo debido a lo que había ocurrido anoche, algo que debía de olvidar, porque todo había pasado a causa del alcohol que había tomado Gabriel.

—No estoy celoso, niña—respondió él con un tono molesto.

—¡Que no soy una niña!—se molestó Marinette.

Ya no le parecía adecuado que le comentara sobre la nota si seguía diciendo esos comentarios innecesarios.

Pero ahora pensaba que si le parecía necesario convencerlo de que volviera a traducir el diario, tal vez aquello que haya comentado fuera un mal entendido, aunque si en verdad habrá sido así, con más razón debían de averiguar el por qué su esposa comentaba en su diario que ella no era feliz. Todos sus secretos que estaba resguardados en ese diario debían de ser descubiertos.

—Mira, sé que estás molesto porque lo que tradujiste te dolió—murmuró Marinette—Pero tienes que seguir traduciendo, aún debemos descubrir más cosas sobre lo que tu esposa escribió en el diario.

—No vale la pena seguir descubriendo que no he sido más que un mal esposo.

—Tienes que hacerlo, hay que saber que fue lo que sucedió para que dijera esas cosas. O más aún, buscar alguna pista que nos diga que sucedió esa noche—el tono de Marinette había cambiado a uno más suave para tratar de ser no sólo convincente, sino también para que Gabriel pudiera entrar en razón.

[AU] La mariposa negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora