Capítulo Siete

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     Lo que más le sorprendió a Gabriel al entrar en su oficina es no ver a Marinette dentro de esta, supuso que algo debió haberle retrasado así que comenzó a hacer su trabajo sin ella, o al menos trataba de hacerlo. Empezaba por diseñar simples vestidos los cuales observaba y buscaba que más podría agregarles para que se vieran fantásticos.

   Pero claro, no podía concentrarse debido a lo que tenía planeado hacer; durante el descanso lo haría, con la dirección que tenía encontraría a esa persona que tal vez le ayudaría a tener alguna pista sobre la muerte de su esposa. Algo que le ayudara a limpiar su nombre y probar que él no la mató.

«Todo a su debido tiempo, mi hijo pronto se dará cuenta que yo no lo hice y tendrá que suplicarme por su perdón» pensaba.

   A la hora de su descanso salió rápidamente del edificio y se fue hacia una parada de autobús el cual lo conduciría hacia su destino, miraba su reloj y calculaba el tiempo que tendría para hacerlo antes de que su hijo se diera cuenta que no estaba en su oficina cuando se terminara el descanso.

«Tengo que hacerlo rápido».

   Pasaron unos cuantos minutos de los que esperaba tener para poder subirse al autobús, pero ya no había vuelta atrás, se había montado en el vehículo y ahora iba rumbo a su destino.


—Le llegó un paquete, señor Fu.

   El señor Fu vio aquel paquete que no era más que un simple sobre amarillo el cual no tenía ningún remitente y, con sospecha, abrió el paquete y se encontró con un disco de reproducción de vídeos.

—Mmmm...

   Una vez instalado el reproductor de discos, colocó el disco dentro de este y tocó el botón para que comenzara a reproducir el contenido del disco. 

   El vídeo mostraba una especie de habitación oscura, unos minutos después se ilumina por una sola luz que alumbra a una chica atada a una silla de metal y la joven estaba inconsciente; al moverse la chica, el señor Fu se dio cuenta que era Mireille, ella mira hacia todos lados aterrada para luego fijar su vista hacia la cámara. 

—¿Quién eres? ¿Qué quieres? No...No te vayas, espera...

   No se veía al captor pero por los gestos y los sonidos que había en el vídeo supuso que el sujeto que encendió la cámara había salido de la habitación. La pantalla se oscureció y apareció otra toma, Mireille estaba en otra posición de la cámara en modo perfil, su captor intentaba alimentarla con papilla y ella se negaba a comer hasta que su captor tuvo que forzarla a alimentarse. La siguiente toma mostraba a Mireille deshidratada, suplicando por agua mientras su captor se acercaba y le mostraba un vaso con agua.

Por favor, yo no sé nada, pero por favor dame agua, me estoy muriendo de sed. Por favor... agua....agua...

   La siguiente toma mostraba a Mireille siendo golpeada por su captor que buscaba buenos ángulos para no ser visto el rostro en ningún momento, sólo se le podían notar algunos rasgos como sus ropas oscuras y guantes puestos. El objeto que usaba para golpear a Mireille era un largo y fino bastón.

   Cada vez era atroz verlo, toda la tortura que estaba sufriendo esa joven, incluso hubo un momento en que ella intentó escapar y fue golpeada en sus piernas y terminó cayendo al suelo. No sabía cuanto tiempo habría estado siendo torturada, pero luego observó como ella terminaba con la garganta cortada, en pantalla aparecieron unas letras que dictaron la frase:

Esto fue el comienzo.

   Llamó enseguida a los detectives Tikki y Plagg para que vieran la atrocidad que acabalaba de ver.

[AU] La mariposa negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora